El Patronato de la Alhambra y el Generalife ha adquirido las 3.000 piezas de la biblioteca, la colección fotográfica y el archivo personal del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, que ejerció de responsable de conservación del monumento nazarí entre 1923 y 1936.
El fondo Torres Balbás, valorado en 90.000 euros, contiene una biblioteca con 1.528 ejemplares, entre libros, publicaciones suyas, fragmentos y separatas de publicaciones especializadas en arquitectura y arqueología medieval, cristiana e islámica, ha informado hoy en la presentación del archivo la directora del Patronato, María del Mar Villafranca.
La colección fotográfica incluye 1.400 piezas entre negativos en cristal, linterna mágica -aparato óptico precursor del cinematógrafo- y acetato de diferentes monumentos de los que fue responsable y de sus numerosos viajes durante los años veinte y treinta del siglo XX.
En el archivo también existen materiales que corresponden a su labor docente como profesor de Historia de Arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Madrid, los manuscritos de sus investigaciones y publicaciones o su cuaderno de dibujos de los monumentos visitados en los viajes que hacía, con un total de cuatro metros lineales de documentación textual ordenados cronológicamente desde 1882 hasta 1961.
Como parte de su archivo personal se encuentra la correspondencia del arquitecto con compañeros y personajes de la talla del Conde de las Infantas, Manuel de Falla o Gregorio Marañón, y con otros restauradores como Giovannoni, Terrasse o Marçais, además de diarios de juventud y guerra, fotografías propias y familiares y documentos de su familia más directa.
Villafranca ha destacado que sin la obra de Torres Balbás "no hubiera sido posible mantener la Alhambra que hoy todos podemos observar", ya que fue un personaje que "entregó su vida a la conservación de este lugar".
Estos archivos que ha adquirido ahora el Patronato de la Alhambra han permanecido "ocultos" durante más de 42 años en el sótano de casa de su hijo, sufriendo algunos daños por inundaciones, por lo que el trabajo de recuperación ha sido "similar al de una excavación arqueológica", ha relatado el propio hijo, Rafael Torres, quien incluso desconocía la dimensión de los documentos que allí había.
"Los trece años que pasó en Granada y en la Alhambra es una razón poderosa para que el archivo se quede aquí", ha explicado Torres, quien considera que la custodia "queda garantizada de la mejor forma posible".
El arquitecto Julián Esteban Chapapría, que se ha encargado de la recopilación del archivo, ha afirmado que se trata de un fondo "importantísimo" con una "altísima calidad y especialidad en temas medievales, cristianos e islámicos".
Ha explicado que su filosofía de restauración era la de "la mínima intervención" sobre los monumentos, por lo que su actuación en la Alhambra, que estaba muy deteriorada, y en concreto en el Patio de los Leones, levantó una gran polémica entre la sociedad granadina de la época, aunque finalmente sus compañeros acabaron reconociendo su mérito.
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