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30 de mayo de 2023

Una radiografía determina cómo se restaurará el campanario de la Colegiata de Gandia

El detallado estudio con técnicas modernas precede a la inversión de 800.000 euros
Cubiertas desprendidas y vigas deterioradas. ALBERTO GARSÁN

El Servicio Municipal de Arqueología del Ayuntamiento de Gandia está realizando desde hace unos días catas murarias en el interior del campanario de la Colegiata gandiense. Estos trabajos, ejecutados por la empresa Estudis Arqueològics, bajo la dirección de técnicos municipales, ayudarán al proyecto posterior de rehabilitación, que cuenta con 800.000 euros de financiación consignados por Diputación, Generalitat y el Consistorio.

Los trabajos consisten en el repicado y eliminación de las diferentes capas de enlucidos y revestimientos de las paredes en una superficie de un metro cuadrado. Estos sondeos se repiten en diez puntos diferentes. «El objetivo es conocer las fases de construcción del campanario y las reformas que se han hecho a lo largo de su historia», explica el arqueólogo municipal, Joan Negre.

Tras ello se ofrecerá al equipo redactor las soluciones técnicas adecuadas que deben adoptarse en la restauración, por ejemplo a la hora de eliminar elementos impropios o de restituir volúmenes, ya que las obras de reforma que se realicen deben respetar los materiales y las técnicas originales.

Además, se elaborará una documentación tridimensional mediante láser-escáner del monumento, y se hará un estudio topográfico y fotogramétrico. Estos trabajos previos son preceptivos, ya que el monumento está declarado Bien de Interés Cultural.

Las muestras de mortero y enlucidos recogidas se enviarán a analizar a la Universidad de Sevilla, en concreto al laboratorio de Francisco Javier Alejandre, en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación. Se trata de un centro puntero en esta materia, y el mismo que ya analizó los restos obtenidos en el castillo de Bairén, durante la consolidación que se ha llevado a cabo durante los últimos tres años.

En cuanto a documentación, los trabajos toman como referencia los estudios que realizaron Concha Camps y Joan Cardona en la capilla de San Martín y la planta baja del campanario, y el de Cristina Vidal en el cementerio de la Colegiata. El proyecto contempla la recuperación y significación de las distintas fases del edificio, además de su consolidación estructural para asegurar su pervivencia a lo largo de los siglos venideros, sin añadir ni quitar nada.

La intención es que el campanario, cuando acabe su restauración, sea visitable. A principios de este mes la Colegiata estrenó un circuito de visitas turísticas con audioguías.

Momentos cruciales del campanario
Primera mitad del siglo XIV. Se construye el primer campanario tras derribar la muralla que cerraba el recinto primitivo de la villa, a la altura del cementerio de la iglesia. Era de hormigón de cal y sillares esquineros. De forma paralela se hizo un gran pasillo que conectaría el campanario con la iglesia.

A partir de 1400. Entre los años 1385 y 1422 los duques Alfons el Vell y luego su hijo Alfons el Jove construyen un nuevo templo sobre los restos del anterior, que desmontan para reaprovechar materiales. Se abre una nueva puerta en el segundo nivel desde la que se accede a la terraza de una capilla situada entre la iglesia y el campanario. Se construyen ocho arcos de medio punto para emplazar las campanas.

Primera mitad del siglo XVI. La duquesa María Enriquez finaliza la Colegiata y amplía en altura el campanario, con nuevos arcos para campanas y una sala para el reloj. Se instala un pináculo sobre la terraza que le dará un aspecto similar al que un siglo después adquiriría la Torre dels Pares, y que aún conserva.

Terremotos. Después de tres importantes terremotos a lo largo de los siglos XVII y XVIII, el Consell de la Vila aprueba en 1756 el proyecto de Onofre Trotonda para la reforma y ampliación del campanario. Se desmonta el pináculo y las almenas y se recrece la torre, adquiriendo la imagen de hoy en día.

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