La Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana Cueva del Ángel (en Lucena, Córdoba) emiten un comunicado en el que manifiestan su preocupación por el futuro y denuncian su abandono:
«En estos momentos en que la ciudadanía enfrenta la elección de la corporación municipal, la fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana quiere manifestar una vez más su preocupación acerca del futuro del yacimiento arqueológico de la Cueva y Sima del Ángel, así como llamar la atención sobre él, sin duda el más importante de nuestro patrimonio y uno de los más relevantes de España en su género. Al mismo tiempo que denunciar la situación de abandono y de desatención en que permanece desde hace años, al menos desde que en 2014, la Dirección General de Bienes Culturales prohibió excavar bajo la estructura de chapa que lo protege con el argumento de que las elevadas temperaturas del verano podían afectar a los excavadores, e instó al Ayuntamiento a resolver el problema, hecho hasta hoy no efectuado, manteniéndose la vieja y deteriorada cobertura como muestra del escaso interés mostrado hacia un yacimiento que merece ser considerado Patrimonio de la Humanidad y, consecuentemente provocando la detención durante casi una década de los trabajos arqueológicos en la zona, razón por la que en 2016 la labor se dirigió a la sima, aunque bajo la amenaza de prohibirla ya que podía molestar a la colonia de murciélagos que habitan la cavidad.
Hasta el 2019, los obstáculos contra el proyecto y contra su director Cecilio Barroso se incrementaron. Sus conocimientos y categoría científica, reconocida en toda Europa, lo convertían en un rival con el que no se podía competir directa y honradamente. Así que se trató de anularlo, desprestigiarlo y socavar sus proyectos y sus apoyos. Indudablemente había entre los responsables de otorgar los permisos de excavación quienes estaban interesados en torpedear el proyecto para traspasarlo a sus afines, estableciendo condiciones absurdas, sembrado dudas, críticas, desconfianzas y recelos contra Barroso que trascendieron a nuestras autoridades. Se llegó a celebrar una especie de juicio intelectual contra él en Sevilla al que asistieron nuestros representantes municipales, y en el que el director del proyecto resultó culpable de múltiples defectos administrativos y condenado en ausencia sin tener posibilidad de defenderse. Con tales precedentes, su memoria final del sexenio fue rechazada alegando motivos unas veces pueriles y otras injustificados, y el proyecto que permitiría proseguir las excavaciones y la investigación ni siquiera fue tomado en consideración.
Pese a ello, fue redactada una nueva memoria.
Finalmente, fueron tantas las presiones y tan insoportables por parte del gobierno municipal contra Barroso que en octubre de 2019 dimitió de la dirección del proyecto, aunque para asegurar la continuidad del equipo y de los trabajos, propuso, e inicialmente le fueron aceptados, nuevos directores.
Por las mismas fechas, el grupo de gobierno invirtió 8.000 € en la elaboración de un informe que clarificara la labor del Sr. Barroso. Efectuado por el catedrático de la universidad de Burgos Carlos Díez Fernández-Lomana y fechado el 6 de enero de 2020, consideró correctas las excavaciones realizadas por aquel y adecuados los planteamientos teóricos y la metodología empleada, calificándolo como redescubridor del yacimiento, aglutinador de un variado y competente equipo interdisciplinar, dinamizador del patrimonio de Lucena e impulsor de publicaciones científicas que acrecientan la comprensión de la historia de la Tierra y de la vida.
El dictamen de este costoso informe no fue tenido en cuenta por nuestros dirigentes municipales y la ‘persecución’ contra Cecilio se mantuvo, alentada por algunos sectores de la política local, incapaces de reconocer no sólo sus méritos y entrega desinteresada durante veinticinco años al descubrimiento y puesta en valor del yacimiento, sino su indiscutible valía científica, muy por encima de la de los pretendientes a hacerse con la excavación, entre ellos algunos de los que rechazaron la indicada memoria.
Coincidiendo con la recepción de dicho informe, el grupo de gobierno municipal decidió prescindir del equipo que hasta entonces había gestionado el yacimiento y lo encomendó, así como la investigación de los materiales, al grupo de Prehistoria de la Universidad de Córdoba formado por cinco profesores, de los cuales sólo dos pueden vincularse por su especialidad con las características arqueológicas de la cueva.
Contrasta tan reducido personal con el equipo que ha llevado adelante, desde 1995, la excavación y las investigaciones y que ya en 2022, una vez pasada la pandemia, se ofreció, y se ofrece, a continuar la tarea. Lo constituyen más de cuarenta miembros, que han trabajado siempre desinteresadamente por Lucena, todos con destacados currículos: arqueólogos y especialistas de relevancia nacional e internacional vinculados a importantes universidades, cuyos conocimientos y experiencia en los trabajos en la cueva y la sima han producido tesis doctorales, artículos publicados en revistas científicas de primera línea mundial y ponencias en congresos sobre el tema al que se vincula nuestro yacimiento. Este equipo, del que se ha pretendido prescindir, causando con ello un daño irreparable a uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa, ha sido el que ha colocado a Lucena en un mapa cultural y científico en el que muy pocos lugares del mundo pueden aparecer. Llama la atención su renuncia a cualquier tipo de beneficio en contraste con la referencia a “remuneración” que aparece en el acuerdo previo con la universidad cordobesa, aprobado en sesión plenaria municipal de 29 de marzo pasado, por el grupo de gobierno gracias al apoyo del edil de IU y con la oposición de los diez concejales del PP, Cs y VOX.
La apuesta por la UCO resulta tan onerosa para las arcas públicas, que solamente para que su equipo, del que en su mayor parte se desconoce el currículo, tome contacto con las características del yacimiento y estudie los materiales depositados en el museo, pues la prohibición de excavar bajo la mencionada chapa sigue vigente, el Ayuntamiento debe desembolsar 40.000 €.
Es pues el momento de llamar la atención a las personas que han de regir los destinos de nuestra ciudad para exigirles en este ámbito patrimonial el ejercicio de la prudencia y la justicia, adoptando las decisiones que menos daños causen a un yacimiento tan excepcional y delicado, y que más beneficien a la Ciencia y a Lucena».
Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana (Cueva y Sima del Ángel)
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