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24 de abril de 2023

Las obras del AVE destapan en Madrid tumbas de la Edad de Bronce y un edificio romano

Los restos encontrados al sur de la Comunidad de Madrid, en las terrazas del Manzanares, datan del 3.000 a. C. a la Guerra Civil e incluyen huesos, flechas y cuencos
Restos del edificio y camino romanos hallados durante las obras del AVE en las terrazas del Manzanares ARQUEOESTUDIO S. COOP.

Las obras que Adif Alta Velocidad realiza en la Comunidad de Madrid para conectar las líneas Madrid Barcelona y Madrid-Levante han sacado a la luz vestigios de cuatro yacimientos en las terrazas del Manzanares del sur de la región, una zona que por su importancia fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría arqueológica en 1993.

Dos de las cuatro áreas en las que se trabaja corresponden a ocupaciones prehistóricas; otra, a un poblado carpetano con restos romanos; y la última, la más reciente, a la Guerra Civil española. Del año 3.000 antes de Cristo a los años treinta del siglo XX, el hallazgo permite comprender cómo eran los asentamientos, los poblados y el modo de vida en la zona sur de la Comunidad de Madrid, incluso su evolución.

Los expertos se afanan en una superficie de, aproximadamente, siete kilómetros de longitud, de las más ricas en lo que a restos materiales conservados en el tiempo se refiere, con más de un centenar de yacimientos, arqueológicos y paleontológicos, descubiertos. La lista sigue creciendo.

En las ocupaciones prehistóricas, las tareas –que están siendo realizados por la empresa especializada Arqueoestudio S. Coop. y supervisadas por los servicios técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid– consisten en fosas excavadas que se han interpretado como silos para almacenar cereales o frutos, fondos de cabaña, agujeros para la colocación de postes y hornos y hasta hogares identificados por superficies refractadas por la acción del fuego.

De restos óseos a ollas
En estas fosas, según han informado fuentes de Adif, se han recuperado restos óseos en un enterramiento humano de la época prehistórica y en otro de animales de la etapa visigoda; además de materiales líticos, como puntas de flecha, cuchillos de sílex y hachas pulimentadas empleadas para cazar o cortar carne, y cerámicos, como ollas y cuencos. «Su estudio van a permitir conocer las diferentes fases cronológicas de ocupación que, a priori, corresponden a diferentes fases del Calcolítico, entre los años 3000 y 2000 a. C., y la Edad de Bronce, y las formas de vida de cada momento», explican desde la entidad pública adscrita al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, responsable de las obras en las líneas de alta velocidad.

En la zona de la vega del río Manzanares, bajo el Cerro de la Gavia, se excava otro yacimiento relacionado con un conocido poblado carpetano datado de los siglos IV y I a. C que presenta estructuras murarias y fosas coetáneas al poblado. Aquí viene otro de los grandes descubrimientos realizados por los arqueólogos de Arqueoestudio: restos de un edificio romano, de en torno al siglo II después de Cristo, que estaría, según los primeros análisis, relacionado con la explotación agropecuaria del entorno, con muros de mampostería de piedra caliza y yesos. Se han recuperado ya cerámicas diversas.

Por último, en esta suerte de hallazgos cronológicos, se han localizado estructuras relacionadas con la Guerra Civil como trincheras, galerías y refugios excavados en los yesos y que forman parte del dispositivo de defensa republicano del sur de Madrid.

Desde su inicio, el proyecto de Adif contemplaba la presencia y actuación de equipos de Arqueología y Paleontología, en coordinación con los técnicos de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, debido a que las obras del AVE se desarrollan en el entorno de un BIC de gran riqueza arqueológica. En este contexto, los trabajos se iniciaron en agosto con una fase de sondeos para localizar y delimitar los restos patrimoniales, y el objetivo de documentarlos y, tras estudios exhaustivos, valorar todo lo que ha asomado a la superficie.

La actual fase, de excavación metodológica, continuará los próximos meses hasta completar el análisis de los terrenos afectados por las obras de AVE. «Estos trabajos de excavación y documentación se verán completados con el minucioso estudio de laboratorio, que permitirá un conocimiento más detallado de los yacimientos localizados y una visión general sobre la ocupación en esta área desde la Prehistoria hasta el siglo XX«, concluyen desde Adif, que especifican que por ahora las obras de conexión de líneas de alta velocidad entre Madrid-Barcelona y Madrid-Levante que permiten llevar los trenes hasta la estación de Chamartín no se han visto retrasadas ni paralizadas por los hallazgos.

Riqueza del entorno
«La zona, pese a encontrarse muy transformada por grandes obras de infraestructura ferroviaria, carreteras o depuradoras, conserva una importante riqueza arqueológica y paleontológica», precisan desde la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.

«El hallazgo incluye restos de un periodo cronológico entre el Calcolítico y Edad de Bronce y, la información que se obtengan de los estudios posteriores nos dará más detalles para profundizar y ver la relevancia de lo encontrado», apuntan Lucas García, subdirector de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, y Eduardo Lillo, técnico arqueólogo de Patrimonio Cultural asignado a este expediente, que califican la ubicación de «gran importancia» dentro de la Comunidad de Madrid.

«Se ha comprobado que existieron asentamientos de distintas épocas, por eso la terraza del Manzanares está protegida, con yacimientos documentados que limitan esos asentamientos«, añaden. Que fuera en esta zona no es casual: el río era otrora toda la fuente de vida. »Los animales acudían a beber y se reunían en las orillas. Después, en la Prehistoria, llegaron los primeros humanos, que necesitaban agua para vivir, como bien fundamental, y construyeron estos espacios en los que se asentaron durante el Calcolítico«, argumentan.

«Cuando finalicen, pediremos la documentación para determinar la relevancia y dictaminar las medidas correctoras y compensatorias oportunas, pero ya solo con la excavación nos sirve para comprender cómo eran los asentamientos, ver la evolución e incluso compararlos con otros de la zona», aseguran los dos expertos. Comprender y aproximarse lo máximo posible a cómo era la vida en estos lugares que ahora pertenecen a la Comunidad de Madrid podrá ser una realidad gracias a la Arqueología y Paleontología. Aunque hayan pasado siglos y siglos de historia.

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