Dieciséis estudiantes universitarios realizaron el lavado, pesado, documentación fotográfica, catalogación, etiquetado y procesamiento informático de las cerámicas recuperadas por las excavaciones arqueológicas en el conjunto arqueológico de Linares (Jaén) durante 2020 y 2021.
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía apoya la formación práctica de estudiantes del Grado de Arqueología de la Universidad de Jaén a través del programa de voluntariado universitario del Conjunto Arqueológico de Cástulo. Un total de 16 estudiantes han trabajado desde el lunes 4 de octubre hasta el pasado viernes 15, en horario de mañana y tarde, en el Museo Arqueológico de Linares, bajo la supervisión del arqueólogo David Expósito Mangas, contratado por la Delegación Territorial de la Consejería para coordinar esta actividad. Los trabajos han consistido en el lavado, pesado, documentación fotográfica, catalogación, etiquetado y procesamiento informático de las cerámicas recuperadas por las excavaciones arqueológicas durante 2020 y 2021.
El delegado territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Jesús Estrella, y el Vicerrector de Estrategia y Gestión del Cambio de la Universidad de Jaén, Juan Manuel Rosas, han clausurado este programa en el campus de las Lagunillas de la Universidad agradeciendo a los participantes su trabajo. El delegado territorial se ha referido a la colaboración entre la Consejería de Cultura y la UJA como “una alianza estratégica para la recuperación y puesta en valor del patrimonio de la provincia ”.
Jesús Estrella ha destacado la oportunidad que la Consejería ha ofrecido a los participantes de familiarizarse con la diversidad de materiales cerámicos que contiene la larga secuencia de la ciudad de Cástulo, desde la Prehistoria hasta la edad Moderna, consolidando con esta experiencia práctica su formación universitaria”.
Los participantes en el programa han podido conocer el procedimiento seguido en el Conjunto Arqueológico de Cástulo para el inventario y catalogación de las cerámicas arqueológicas. Los trabajos asignados empiezan con la limpieza de los materiales, para seguir después con la clasificación de los millares de fragmentos recuperados, su pesado, documentación fotográfica y asignación a cada uno de un código QR individual, recogido en la correspondiente etiqueta. Este código permite acceder a toda la información de campo y laboratorio asociada a cada uno de los fragmentos, desde las coordenadas de su localización original en un concreto estrato de Cástulo hasta su actual localización en los almacenes del Museo Arqueológico. Este minucioso trabajo de catalogación permite un control y trazabilidad de los materiales que tienen entrada en el Museo y de toda la información relativa a los mismos.
Como resultado de este tratamiento, se conoce la evolución de las tecnologías, las formas de los recipientes y los modos de trabajo de la alfarería a través de un largo periodo de tiempo. Asimismo, sirve para caracterizar cada uno de los estratos excavados en Cástulo por las distintas clases de cerámica que contiene, generando una ingente cantidad de información que requiere un tratamiento estadístico para llegar a proponer un tiempo específico para la formación de cada uno de esos estratos. Por otra parte, el alumnado universitario voluntario ha participado en otra actividad del Conjunto Arqueológico iniciada a principios de septiembre dirigida al voluntariado de personas mayores, procedentes en su mayoría de la Asociación “28 de febrero”.
“Este trabajo realizado codo con codo entre jóvenes y mayores supone una experiencia ejemplar de cooperación intergeneracional y de compromiso activo de la ciudadanía con el conocimiento y conservación de los bienes arqueológicos”, ha subrayado Jesús Estrella.
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