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12 de junio de 2020

Descubren un gran templo tardo-romano bajo una ermita de Soneja (Castellón)

Los expertos proponen una primera cronología de alrededor de los siglos VI-VII, datación que coincidiría con la conversión al catolicismo de la población visigoda, llevada a cabo hacia el año 589. Incluye el baptisterio más inmersión más antiguo de la diócesis de Segorbe-Castellón.
En el interior de la ermita han documentado un gran templo con más de 20 metros de longitud. FOTO: GOZALBO
Los trabajos arqueológicos llevados a cabo durante estas últimas semanas en la ermita de San Francisco Javier de Soneja han sacado a la luz importantes hallazgos para la historia de la iglesia diocesana de Segorbe-Castellón ya que se ha descubierto el baptisterio por inmersión más antiguo de la diócesis.

Así lo manifestaba el vicario general de la propia diócesis, Javier Aparici, en la visita que realizó este miércoles junto al arquitecto diocesano Ángel Albert y David Montolío, de la Delegación de Patrimonio también de la diócesis.

Aparici ha destacado que "el descubrimiento permite sacar a la luz la comunidad cristiana más antigua conocida de la diócesis de Segorbe-Castellón perteneciente a los siglos iniciales del cristianismo en nuestras tierras valencianas", según han informado fuentes de la diócesis.

El equipo de restauración desveló hace algunos días diferentes fases constructivas del edificio barroco y neoclásico e importantes restos históricos tardoantiguos de gran importancia para la historia religiosa de la diócesis.

GRAN ESTRUCTURA RELIGIOSA

David Montolío ha señalado que "dentro de la gran estructura religiosa datada más de mil años antes del inicio de la construcción de la ermita y con orientación norte-sur se ha ubicado la presencia de un gran templo, con una nave principal de más de veinte metros de longitud, con numerosos enterramientos vinculados y una gran capilla bautismal adyacente, con una fuente por inmersión excavada en el suelo".

La estructura bautismal, ubicada en el centro de una construcción propia, dispone de tres escalones de ingreso y otros tres de salida y responde a otras similares localizadas arqueológicamente en ámbito hispánico, en este caso de planimetría circular y probablemente –según el arqueólogo que lleva a cabo estos trabajos, Rafael Martínez- tendría estuco decorativo en sus paredes a raíz de los fragmentos documentados.

El recinto se complementa con muros de mampostería y argamasa de cal y la presencia de fosas simples y múltiples, con cubierta de losas de piedra y enterramientos humanos en su interior, un pavimento central realizado en opus signinum (material de construcción utilizado en la antigua Roma) a modo de vía sacra.

Todo ello ha permitido a los expertos proponer una primera cronología de alrededor de los siglos VI-VII, datación que coincidiría con la conversión al catolicismo de la población visigoda, llevada a cabo hacia el año 589.

Los investigadores han encontrado también restos de mármoles y molduras trabajadas y estucos decorados que hablan de la gran riqueza interior que debió tener el edificio en su tiempo de máximo esplendor.

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