Además del carro, también se ha encontrado munición (glandes de plomo) y restos de lo que pudo ser un campamento romano. |
Montemayor acoge desde hace un par de semanas a un equipo multidisciplinar, comandado por Javier Moralejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, y coordinado por el director del Departamento de Prehistoria y Arqueología, Fernando Quesada. Financiada por el Ayuntamiento, la campaña de prospección tiene hasta un nombre literario: Buscando a Julio César. Y lo que se han encontrado, desde luego, es algo más que al general romano que anduvo por la zona hace un par de milenios haciéndole la guerra civil (y ganándosela) a los hijos de Pompeyo.
Los profesionales -además de múltiple munición y restos de lo que parece a buen seguro fue uno de los campamentos militares que tuvo Julio César en la provincia mientras preparaba el asalto a Ategua o a Corduba- han descubierto una pieza única: un carro íbero, cuyo origen y antigüedad aún no están claros pero que podría llegar a tener 2.500 años de historia.
El hallazgo, conocido entre bromas por algunos arqueólogos como el Land Rover de Julio César, ya está documentado. La Guardia Civil y la Policía Autonómica, y los propios descubridores, custodian noche y día el lugar en el que ha aparecido mientras siguen los trabajos de extracción, para evitar la llegada de posibles expoliadores. Y ahora será sometido a todas las pruebas pertinentes para asegurar bien su antigüedad y su origen.
CARBONO 14
El equipo de arqueólogos quiere hacerle la prueba del Carbono 14 a los restos orgánicos hallados en la zona para resolver una duda: ¿Es un carro de guerra de las tropas auxiliares de origen íbero usadas por Julio César como apoyo a sus legiones o se trata por el contrario de un carro aún más antiguo, usado por los pobladores previos a la llegada a la Península de los romanos? La prueba del Carbono 14 determinará su antigüedad exacta.
Mientras, aunque este hallazgo ha concentrado todos los esfuerzos, el equipo multidisciplinar trabaja en la zona y está recuperando y documentando muchísimas piezas. Así, se han hallado restos de proyectiles, de hondas, tachuelas de sandalias romanas, monedas… Restos de lo que parece que fue un campamento militar o un lugar en el que se produjo una batalla. Ahora, está por ver si más abajo aún de este cerro aparecen cadáveres. Y de quiénes son: si de legionarios romanos o de soldados íberos.
Todavía, la excavación en Montemayor, una de las más interesantes por las preguntas que despierta en la provincia, aportará más sorpresas. El subsuelo cordobés sigue escondiendo una multitud de secretos.
(Fuente: Cordópolis)
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