Muros de piedra aflorados al bajar el nivel del agua. FOTO: E.MAURIZ |
El agua lo ha limpiado y dejado en disposición para investigarlo. Mientras perdure la sequía y hasta que las precipitaciones sumerjan los restos, la Universidad de Córdoba llevará a cabo una labor de urgencia, autorizada por la Junta de Andalucía y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, para salvaguardar los valores históricos de este yacimiento. Monterroso informó de que se encuentran en la fase de labores preparativas antes de iniciar la excavación, unos trabajos de excavación que podrían iniciarse antes de que termine el año y, en todo caso, no más allá del mes de enero.
- DESTACA UN ZÓCALO DE PIEDRA CON UN ESPESOR QUE ALCANZA LOS 60 CENTÍMETROS
Respecto a su función, Monterroso se mostró cauteloso y señaló que hasta que no inicien la fase investigativa no podrán demostrar si se trata de un área doméstica, industrial o sacra. Dentro de los restos que han visualizado, no obstante, destaca un zócalo de piedra con un espesor de 60 centímetros.
"El Alto Guadiato siempre fue vanguardia industrial cuando tuvo las condiciones", dijo Monterroso, quien añadió que esta excavación va a permitir seguir avanzando en el descubrimiento de la fase prerromana de Beturia Túrdula. La excavación será dirigida por Araceli Cristo.
Los túrdulos fueron un pueblo prerromano asentado entre los valles del río Guadiana y el Guadalquivir, desde La Serena hasta la vega del Genil en Granada, cuya capital fue el antiguo oppidum de Ibolca, conocida como Obulco en tiempos de los romanos, y que se corresponde actualmente con la ciudad de Porcuna (Jaén). Entre otras particularidades, se cree que se diferenciaban de los demás pueblos ibéricos en el idioma, supuestamente de origen tartesio. Su frontera natural al Sur era la cordillera Penibética.
(Fuente: El Día de Córdoba / Ernesto Mauriz)
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