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3 de agosto de 2017

En búsqueda de la casa de El Cid, en Burgos

La excavación iniciada en el Solar del Cid trata de dar respuesta a la pregunta sobre si Rodrigo Díaz de Vivar tuvo una vivienda en ese espacio. Ya se han extraído numerosos restos de cerámica, hierro y monedas.
Excavaciones iniciadas en el Solar del Cid, en la calle Fernán González. FOTO: LA TRIBUNA DE SALAMANCA
La tradición oral establece un vínculo de Rodrigo Díaz de Vivar, 'el Cid', con la iglesia de San Martín, que estuvo ubicada cerca del Arco de San Martín, al final de calle Fernán González y donde se levanta lo que hoy se conoce como "el Solar del Cid". Un espacio en el que se están llevando a cabo unas excavaciones arqueológicas dirigidas por Fabiola Monzón, arqueóloga responsable también de los trabajos que se están realizando en la iglesia deSan Román, para encontrar restos que puedan acreditar la existencia de las llamadas ‘Casas del Cid’.

Los primeros hallazgos de las excavaciones, en las que están participando la asociación Ego Ruderico, que puso en conocimiento del Ayuntamiento la investigación que estaba realizando sobre este espacio, el Consistorio y la Junta, no se han hecho esperar, aunque, como advierte Monzón, no hay todavía resultados concluyentes. Se han sacado numerosos restos de cerámica, hierros, «algunas monedas, que están en proceso de limpieza, un hacha pulimentada», muchos objetos que se van a a analizar, aunque adelantó que pueden pertenecer a la Edad Media.

La arqueóloga destacó que el objetivo es «comprobar la estratigrafía y el estado de los restos arqueológicos». Monzón recordó que las primeras noticias documentadas del Solar del Cid y de las ‘Casas del Cid’ están vinculadas al Monasterio de San Pedro de Cardeña y se remontan al siglo XV. Es entonces cuando queda constancia del deseo de los monjes de arrendar unas casas que fueron del Cid. Con el paso de los años, estas viviendas están prácticamente en ruinas y en 1593 «el Ayuntamiento decide obtener a censo perpetuo lo que habían sido supuestamente las casas del Cid», apunta la arqueóloga. Lo hace a cambio de pagar 500 maravedíes anuales y levantar un arco. No hay constancia de que se levantara ese monumento. No será hasta el año 1784 cuando se erige el actual, con el escudo delCid en el centro, flanqueado por los de Burgos y Cardeña.

La pregunta es inevitable: ¿Tuvo el Cid una casa aquí? La responsable de la excavación recuerda que «siempre ha habido una tradición vinculada con esa iglesia, pero realmente no hay una documentación escrita que nos lo aporte». A ello añade el hecho de que «es Fernando VI el que potencia esta zona con el Camino de Santiago, el hospital del emperador SanJuan,... y ¿por qué no? si él no tuvo casa le pudo donar algún solar o casas, cabe esa posibilidad, que por el momento desconocemos».

Lo que sí se sabe es que el Solar del Cid ha permanecido prácticamente inalterado con el paso de los años. Aunque sí ha cambiado mucho el entorno. Monzón mostró u grabado y una fotografía para reflejar esa transformación. Enseñó un grabado publicado en 1820, pero que «estaría hecho antes, ya que este barrio se derriba con la iglesia de San Román en la Guerra de la Independencia», por lo que sería de 1808.

Respecto a lo que los investigadores se han encontrado en las primeras prospecciones que se han realizado, Monzón indicó que «hemos visto distintas fases constructivas dentro de este sondeo, que a pesar de ser pequeño ha sido muy fructífero». Así, se han encontrado una serie de fosas y silos, dedicados a almacenar el grano, que «se asocian a periodos altomedievales». Por otro lado, se ha preparado una zanja en el terreno natural para ejecutar una serie de construcciones subterráneas. Hacia la zona este han encontrado unas estructuras relacionadas con una actividad artesanal.De todas formas,Monzón recordó que en su día la calle donde se ubica el Solar del Cid se llamaba Tenebregosa, y estuvo ocupada por gremios. Las estructuras son muros de tapial con revestimientos de yeso y cal.

Estas estructuras están sobre «un gran pavimento, espectacular desde el punto de vista arqueológico, sobre todo, por las dimensiones. Pensamos que podía ser una calle pero lo descartamos porque hay un círculo con un pilar y una urna con una decoración que converge en ese punto». Otro de los descubrimientos es un muro más moderno, del que solo se puede ver una pequeña parte, por lo que no se ha podido determinar todavía su función y características. Debajo del muro «hay una gran piedra caliza con los restos de madera, por lo que se estaría hablando de que existe una puerta».

Estos trabajos se incluyen dentro de las ya iniciados en la iglesia de San Román, que cuentan con un presupuesto de 80.000 euros.

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