Rodríguez del Cueto explica los resultados de las excavaciones a un grupo de visitantes. FOTO: BELÉN G. HIDALGO |
PASADIZO A LA CÁMARA FUNERARIA
Pero no ha sido la única novedad de esta segunda campaña. Al haber ampliado la excavación, se ha descubierto un pórtico que permitía, a través de una suerte de pasadizo, el acceso a la cámara funeraria. El conjunto evidencia lo complejo de la estructura y de su construcción: «Hasta aquí han traslado cestas y cestas de tierra.
Los estudios de los geólogos han determinado que la arcilla hallada no pertenece únicamente a este lugar, procede de la zona de Valderrodero», cuenta. Ese esfuerzo pone de manifiesto también la importancia que estos antepasados otorgaban a esta construcción: «Levantaron este conjunto funerario para honrar a alguien poderoso, respetado, querido...», relata Rodríguez del Cueto. Insiste en que resulta imposible hallar restos óseos de los antepasados salenses del Neolítico por las características de la tierra. «Lo que sí está constatado es la existencia de estructuras previas al dolmen. El discurso ha evolucionado y hemos comprobado que la cámara dolménica es el momento final de un proceso constructivo largo en el tiempo», concluye.
EQUIPO DE TRABAJO
En esta campaña han participado siete estudiantes del grado de Historia o Arqueología y del Máster de Arqueología de la Universidad de Oviedo, Barcelona, Santiago, las Palmas de Gran Canaria y la Universidad Complutense de Madrid. La coordinación corre a cargo del área de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, bajo la dirección del catedrático Miguel Ángel de Blas Cortina, director científico de los trabajos.
Olaya López también es estudiante de Historia y acudía por primera vez a este yacimiento como visitante. Aunque no estaba interesada en estudiar nada relacionado con la arqueología reconocía que «es un complemento a sus estudios».
A su compañera, Covadonga López, le llamaba la atención la estructura del monumento funerario: «Sobre todo, descubrir que no son únicamente las piedras del dolmen, que existe mucho más alrededor que aporta información muy relevante», señalaba.
Sorprendida e interesada, por partes iguales, se mostraba Clara García, que veranea en un caserío de La Mallecina, en Salas. «Me parece impresionante y me maravilla el trabajo de estos profesionales, que sean capaces de reconstruir una historia tan lejana en el tiempo y, sobre todo, me fascina el hecho de que si regresas el año que viene, esa historia que han ido armando se sigue completando, continúa», afirma.
EQUIPO DE TRABAJO
En esta campaña han participado siete estudiantes del grado de Historia o Arqueología y del Máster de Arqueología de la Universidad de Oviedo, Barcelona, Santiago, las Palmas de Gran Canaria y la Universidad Complutense de Madrid. La coordinación corre a cargo del área de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, bajo la dirección del catedrático Miguel Ángel de Blas Cortina, director científico de los trabajos.
Olaya López también es estudiante de Historia y acudía por primera vez a este yacimiento como visitante. Aunque no estaba interesada en estudiar nada relacionado con la arqueología reconocía que «es un complemento a sus estudios».
A su compañera, Covadonga López, le llamaba la atención la estructura del monumento funerario: «Sobre todo, descubrir que no son únicamente las piedras del dolmen, que existe mucho más alrededor que aporta información muy relevante», señalaba.
Sorprendida e interesada, por partes iguales, se mostraba Clara García, que veranea en un caserío de La Mallecina, en Salas. «Me parece impresionante y me maravilla el trabajo de estos profesionales, que sean capaces de reconstruir una historia tan lejana en el tiempo y, sobre todo, me fascina el hecho de que si regresas el año que viene, esa historia que han ido armando se sigue completando, continúa», afirma.
(Fuente: El Comercio / Belén G. Hidalgo)
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