En la zona estarán trabajando quince personas, seis arqueólogos y nueve auxiliares de arqueología, hasta finales de septiembre. FOTO: CARMELA QUEIJEIRO |
Vidal asegura que el mayor hallazgo de esta segunda fase han sido las cinco cuentas de pasta vítrea. Los arqueólogos creen que formaron parte de un collar o una pulsera. «Esto nos hace pensar que hace 2.500 años a nuestros abuelos ya les gustaba adornarse, dice el director con una sonrisa.
Por el momento todavía necesitan realizar las pruebas del carbono catorce a las piezas halladas, aunque creen que todo pertenece al siglo X antes de Cristo, lo que los expertos denominan la primera edad del hierro. A pesar del poco tiempo del que disponen (terminan el día 30 de este mes) el grupo está muy contento. «Conseguimos pezas de moito valor histórico. Segundo os cálculos, pódese calcular que neste castro chegaron a vivir preto de cen persoas», asegura Vidal.
MEDIO MES DE TRABAJO
El equipo tiene todavía medio mes de trabajo en campo: «Seguiremos excavando, buscamos pruebas que nos permitan conocer la edad real de esta zona e incluso tenemos la sospecha de que pudo haber un herrero que trabajara el cobre o el bronce en esta zona».
Vidal cree, por la cantidad de cabañas por metro cuadrado que están descubriendo, que este castro se puede convertir en uno de los más importantes de la comarca. Una vez terminen con la excavación pasarán al laboratorio y a los despachos, luego tendrán que consolidar la zona para que la gente pueda visitarla sin dañar las pruebas. Todos esperan volver al castro da Cidade el próximo año. Vidal es el primero.
(Fuente: La Voz de Galicia / Álvaro Sevilla)
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