También se han identificado las cimentaciones del Hospital Militar del S. XIX. FOTO: HOY |
Los trabajos arqueológicos han destapado construcciones históricas de importancia, como un portillo de época islámica o unas cañoneras del siglo XIX. La puerta se ha localizado en la franja del muro cercana a la cafetería de la Facultad de Comunicación, en el subsuelo. Esta abertura se encontraba hasta este momento cegada. El acceso comunica la zona intramuros de la Alcazaba con la torre Vieja, lo que permite conectar el interior del recinto árabe con los jardines de La Galera recientemente rehabilitados.
CAÑONERAS EN LA PARTE ORIENTAL
Las cañoneras del siglo XIX han salido a la luz en la parte oriental de la zona. Cerca de ella ha aparecido otra torre semicircular. Las excavaciones en el subsuelo tienen el objetivo de localizar las líneas interiores de la muralla y el coronamiento de las estructuras medievales que se conservan. De hecho, en varios puntos se han descubierto diferentes muros de esta época, que están siendo objeto de estudio.Durante estas labores se ha retirado mucha vegetación, cuyas raíces dañan el monumento
Por otro lado, en la torre que aún permanece en pie en este espacio se ha identificado cimentaciones del antiguo Hospital Militar, construido a mediados del siglo XIX sobre lo que fuera el Hospital del Rey. También ha salido a la luz una puerta y unas escaleras que posiblemente correspondiesen al citado hospital.
CATAS SOBRE EL LIENZO DE LA MURALLA
Aparte de los sondeos en el suelo, también se están llevando a cabo catas arqueológicas sobre el lienzo. Gracias a estas labores se ha conseguido documentar las distintas fases históricas en esta parte del monumento, desde la época taifa hasta la primera mitad del siglo XX.
Estos sondeos comenzaron el 15 de septiembre y tendrán una duración de un mes aproximadamente. Por lo tanto, está previsto que los trabajos finalicen a mediados de octubre. Posteriormente la empresa Tera, encargada de realizar esta tarea, elaborará el informe arqueológico que se tendrá en cuenta para la redacción del proyecto de rehabilitación.
Se trata del estudio arqueológico previo que se tiene que realizar antes de que se retome los trabajos de recuperación de la muralla de la Alcazaba. La restauración del conjunto islámico se reanudará por el entorno del Alpéndiz. La intención del Ayuntamiento pacense es que esta reparación empiece antes de que finalice el año.
UN MILLÓN DE EUROS
La próxima obra se ejecutará en el muro de la Alcazaba que discurre entre esta puerta almohade y el tramo ubicado en los jardines de la Galera, recuperado hace pocos meses. El objetivo es arreglar este sector para conectar ambos puntos. Esto permitirá, además, unir la franja de lienzo rehabilitada en la primera fase (efectuada entre Puerta de Carros y Puerta del Alpéndiz) con la ejecutada recientemente en los jardines de la Galera.
La financiación de la próxima intervención llega desde la Junta de Extremadura, que aporta un millón de euros. Esta inversión nace de un acuerdo que se realiza a dos bandas, entre el Ayuntamiento y la Administración regional. Cada una aporta la misma cantidad de dinero en virtud de dicho convenio, que tendrá una duración de dos años.
Los primeros trabajos consistirán en sanear la parte del muro sobre la que se va a actuar. La idea es recuperar en la medida de lo posible el paseo de ronda, tal y como se ha estado haciendo en las diferentes obras que se han ejecutado ya en este monumento para que los visitantes puedan realizar el recorrido por encima del lienzo. El fin es que esta parte del recinto amurallado sea visitable y transitable.
Esta nueva intervención permitirá también limpiar y consolidar los elementos arquitectónicos y arqueológicos del enclave, que ayudarán a mejorar la lectura y comprensión histórica del conjunto.
DETERIORO
Esta zona del recinto está en delicadas condiciones. La muralla se encuentra muy deteriorada en esta zona de la Alcazaba. Sufre numerosos daños por desprendimientos originados por la falta de cuidado y mantenimiento. La suciedad, la vegetación y las grietas se extienden por el entorno del conjunto del Alpéndiz.
De hecho, uno de los mayores problemas que afecta al monumento es la presencia del árbol 'Ailanthus altissima'. Se trata de una especie invasora originaria de China que fue introducida en Europa, concretamente en Inglaterra, en el año 1751. Es un árbol que tiene un crecimiento rápido y de gran resistencia. Crece en la muralla y es de muy difícil erradicación. De hecho, durante las labores arqueológicas se han retirado muchas de estas plantas.
(Fuente: Hoy / Tania Agúndez)
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