La datación de los tesoros del prerrománico asturiano, que sitúa sus arquitecturas en el siglo IX, no ha sido nunca una certeza absoluta. Se tiene conocimiento en muchos casos del término de la obra, pero persisten en otros tantos las dudas sobre la orden que la hizo levantar y el momento en que se puso la primera piedra.
Un reciente estudio petrológico comparativo destinado, precisamente, a su datación cronológica, realizado por la geóloga Araceli Rojo, tira por tierra la teoría en dos casos concretos, el de Santa Cristina de Lena y San Salvador, de Valdediós. Datada habitualmente la primera en torno al año 850 y décadas posteriores, y la segunda, en la que más interrogantes caben, hacia 875, ahora todo parece indicar a que su origen responde al siglo anterior. «Los análisis han movido todo cien años atrás», dice la experta. A tenor de los resultados de los últimas investigaciones, realizadas sobre los morteros de sus cubiertas («los más protegidos», según Rojo) «estaríamos hablando de que ambas edificaciones se levantaron en el siglo VIII»
CAUTELA PARA AVANZAR EN LA INVESTIGACIÓN
De todos modos, la geóloga que ha presentado las conclusiones de su estudio y las comparativas analíticas en el Museo Arqueológico, con el apoyo del arquitecto Jorge Hevia y el arqueólogo Sergio Ríos, pide «mucha cautela» para asumir estos nuevos datos. «Tenemos que avanzar más en la investigación. Hay que tener en cuenta que hemos realizado solo tres catas en Santa Cristina, entre las que una quedó contaminada, y en San Salvador solo dos, con una de ellas también contaminada. Lo riguroso sería tomar más muestras y llevar a cabo más análisis, pero la financiación se acabó», recuerda.
Una financiación que partió de un convenio entre el Ayuntamiento de Lena y el Ministerio de Cultura y que ha permitido culminar este importante informe, que, aunque «con reservas en los resultados», convierte en incógnitas indiscutibles datos que se tenían por definitivos.
FASES CONSTRUCTIVAS
Un reciente estudio petrológico comparativo destinado, precisamente, a su datación cronológica, realizado por la geóloga Araceli Rojo, tira por tierra la teoría en dos casos concretos, el de Santa Cristina de Lena y San Salvador, de Valdediós. Datada habitualmente la primera en torno al año 850 y décadas posteriores, y la segunda, en la que más interrogantes caben, hacia 875, ahora todo parece indicar a que su origen responde al siglo anterior. «Los análisis han movido todo cien años atrás», dice la experta. A tenor de los resultados de los últimas investigaciones, realizadas sobre los morteros de sus cubiertas («los más protegidos», según Rojo) «estaríamos hablando de que ambas edificaciones se levantaron en el siglo VIII»
CAUTELA PARA AVANZAR EN LA INVESTIGACIÓN
De todos modos, la geóloga que ha presentado las conclusiones de su estudio y las comparativas analíticas en el Museo Arqueológico, con el apoyo del arquitecto Jorge Hevia y el arqueólogo Sergio Ríos, pide «mucha cautela» para asumir estos nuevos datos. «Tenemos que avanzar más en la investigación. Hay que tener en cuenta que hemos realizado solo tres catas en Santa Cristina, entre las que una quedó contaminada, y en San Salvador solo dos, con una de ellas también contaminada. Lo riguroso sería tomar más muestras y llevar a cabo más análisis, pero la financiación se acabó», recuerda.
Una financiación que partió de un convenio entre el Ayuntamiento de Lena y el Ministerio de Cultura y que ha permitido culminar este importante informe, que, aunque «con reservas en los resultados», convierte en incógnitas indiscutibles datos que se tenían por definitivos.
FASES CONSTRUCTIVAS
Pero no solo habla de datación el estudio. También arroja resultados singulares en otros terrenos. Sin ir más lejos, por ejemplo, diferencia entre los morteros que se utilizaban en construcciones palatinas y los que eran de uso común en la arquitectura popular. Además llama la atención sobre las diferentes fases constructivas del prerrománico. Rojo asegura que se han «podido establecer las distintas épocas».
En el caso de San Salvador los datos hallados dan la razón a García de Castro, que en sus últimos trabajos hablaba de dos fases. En el de Santa Cristina se han determinado más. «Están claras las intervenciones que hubo y las hemos podido precisar estudiando las capas de los morteros». Unas veces los resultados se han obtenido con análisis de carbono 14, «al modo arqueológico», otras utilizando otras técnicas.
El resumen de todo quedará descrito en cinco paneles sintéticos en el Aula de Interpretación del Prerrománico de Pola de Lena. Allí, según Jorge Hevia, se ofrecen los datos de cada lugar, los de los análisis de las catas y morteros y la comparativa de todo.
En el caso de San Salvador los datos hallados dan la razón a García de Castro, que en sus últimos trabajos hablaba de dos fases. En el de Santa Cristina se han determinado más. «Están claras las intervenciones que hubo y las hemos podido precisar estudiando las capas de los morteros». Unas veces los resultados se han obtenido con análisis de carbono 14, «al modo arqueológico», otras utilizando otras técnicas.
El resumen de todo quedará descrito en cinco paneles sintéticos en el Aula de Interpretación del Prerrománico de Pola de Lena. Allí, según Jorge Hevia, se ofrecen los datos de cada lugar, los de los análisis de las catas y morteros y la comparativa de todo.
(Fuente: Paché Merayo / El Comercio)
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