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4 de febrero de 2011

Málaga pide paso como referente del arte rupestre de todo el Mediterráneo

En los últimos 25 años Málaga ha logrado erigirse en referente indiscutible del arte rupestre de todo el Mediterráneo. Pero su difusión no parece haber caminado paralela a su relevancia. "Los malagueños debemos reivindicar el papel protagonista de la provincia y que se declare Patrimonio de la Humanidad como el arte rupestre de la Cornisa Cantábrica y el del Levante", sostiene el arqueólogo Pedro Cantalejo, director de la Red de Patrimonio Guadalteba.
La Cueva de Ardales.

"La culpa es nuestra, de los investigadores que a veces nos convertimos en policías de los yacimientos, en ese afán por protegerlos y evitar expolios", reconoce el experto. A su juicio, ese exceso de celo obstaculiza la comunicación de los hallazgos y su relevancia al resto de la sociedad, una circunstancia que no afecta a otras piezas del patrimonio cultural. "La razón está en que el arte que no es monumental no se puede restaurar. Tiene muy poco arreglo porque es muy frágil", explica el arqueólogo. Cantalejo considera que el patrimonio a veces ha ido "por detrás del medio ambiente, se ha confundido divulgación con protección", añade.

De los 101 municipios de la provincia, 25 conservan este tipo de manifestación artística, algunos tan reconocidos como la Cueva de La Pileta, la de Ardales o la Cueva del Tesoro, subraya el experto. La prehistoria tiene en la Costa del Sol un punto de mira con yacimientos -más de 40 en los últimos años- y enclaves imprescindibles para relatar el origen del arte humano, "como la cueva de Marbella, de unos 30.000 años de antigüedad", apostilla Cantalejo. Ejemplos como éste ilustran el papel preponderante de Málaga en patrimonio rupestre, sobre todo perteneciente al Paleolítico Superior. 

Málaga se convirtió en "hábitat permanente" para los grupos humanos del Paleolítico que asumieron un "curioso" estilo de vida, el de "nómadas restringidos", define el experto. Recurrían así a un doble asentamiento, "la costa durante la época fría y los valles interiores en verano, donde ejercían las labores de caza y otras rutinas", detalla. Además, esta dinámica les permitía un mayor control de la exogamia, es decir, "buscaban parejas fuera de su comunidad para evitar la consanguinidad", comenta. 

Desde que los humanos desarrollan las primeras grafías "Málaga está ahí y no abandona nunca su presencia", sostiene el conferenciante. De ahí que eleve la provincia, en lo que a riqueza patrimonial se refiere, a la categoría de "el Santiago del Paleolítico".
(Fuente: Málaga Hoy)

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