- Es el primer enterramiento colectivo de esta época hallado en Asturias
La historia empezó a construirse hace mucho tiempo. Aunque sólo con la llegada de la sociedad contemporánea comenzó a constatarse con los restos hallados en yacimientos y rincones del mundo. El Oriente de Asturias atesora siglos de humanidad a través de fósiles, huesos, útiles... Escondidos entre las tierras y las cavernas de la comarca, tan rica como extensa, están las entrañas de nuestro pasado. Las que nos cuentan cómo y dónde empezó todo, cuándo y quién vivió antes que nosotros.
Expertos trabajan en el nuevo yacimiento. |
El patrimonio artístico prehistórico que el Oriente de Asturias ha aportado a la ciencia, en constante actualidad por los continuos descubrimientos, es de sobra conocido. Algo menos se sabe de las necrópolis o enterramientos individuales de humanos prehistóricos o de relativamente épocas más recientes. Hace unos días se ha descubierto, por casualidad, la existencia de una necrópolis romana en las inmediaciones de la parroquia de San Román, en Piloña. Ha sido esta última noticia la que ha puesto de relevancia la importancia arqueológica del Oriente asturiano. Seguro que aún queda mucho por descubrir, la arqueología es una ciencia muy viva, sólo es necesaria la unión de casualidad, trabajo, partidas económicas y estudios posteriores.
Las novedades de Piloña, aún sin conocer completamente, se unen a una lista de descubrimientos extensa. Las últimas noticias sobre el hallazgo piloñés confirmaban la existencia de un edículo de tres metros de ancho por tres de largo, enlucido por dentro, en cuyo interior hay dos tumbas de romanos que, con probabilidad, tenían cierto nivel social. Así se desprende tras encontrar junto a ellos materiales de ofrenda interesantes, algún bronce y vidrio. Además, es el primer enterramiento colectivo de esta época que se localiza en Asturias.
Es cierto que hay más, pero aquí se citarán sólo los hallazgos hechos públicos desde hace unos años correspondientes a distintas épocas. Algunos de los más relevantes, aunque sólo sea hasta el momento. Cabrales, Llanes, Cangas de Onís, Colunga, Peñamellera Alta o Piloña son los concejos donde más restos se han encontrado hasta el momento ya sean de la época anterior a Cristo o de la posterior. Seguramente existan más o hayan existido, aunque no hayan llegado hasta nuestros días.
Un ejemplo de ello es la Sierra Plana de la Borbolla. Ahí, recuerda el catedrático en Prehistoria Miguel Ángel de Blas, «se contaron al menos hasta 60 túmulos». En muchos casos «eran tumbas dolménicas». No se hallaron en su interior esqueletos porque, explica, «para que se conserven tiene que haber condiciones físicas y químicas adecuadas». Algo que falla en la Sierra Plana donde «los suelos son muy ácidos» y la consecuencia a largo plazo es que «un cuerpo humano enterrado ahí dure realmente poco tiempo». La acidez del suelo «destruye tanto la parte orgánica como la parte mineral y, en consecuencia, un dolmen en la zona de Peña Tú o un túmulo que haya contenido cuerpos humanos varios miles de años no tiene en su interior absolutamente nada, ni siquiera un diente, la parte más resistente».
(Fuente: El Comercio Digital)
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