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8 de noviembre de 2010

Arqueología submarina: Los restos de dos fragatas del S. XVIII hallados en el río Eo podrían ser el primer pecio en el Principado de Asturias

Los cuatro buzos que encontraron catorce cañones en la ría creen que los restos son de 1719 y que constituyen el primer pecio hallado en Asturias.
Los restos de las dos fragatas del S. XVII pertenecen al Principado.

Desde pequeños siempre han escuchado historias que hablaban de naufragios y tesoros escondidos en el fondo de la ría del Eo. Eso sí, nunca ningún ribereño encontró nada que constatara las viejas leyendas. Hasta que un día, por casualidad, cuatro buzos de Figueras dieron con parte del tesoro. Ahora Francisco Javier Martínez, Moncho Martínez, Amador Marqués y Valentín López podrán contar a sus descendientes que ellos fueron los primeros en descubrir los secretos que esconde el Eo

Tras levantarse la prohibición de la pesca submarina en las rías, allá por el año 2007, estos cuatro amigos pusieron en marcha un club de pesca submarina: Figueras Actividades Acuáticas (FIGAS). De esta forma comenzaron a recorrer el fondo submarino de la ría. Y un buen día, pescando en la bocana de la ría, se encontraron con lo que parecían piedras, luego tubos y finalmente acabaron por ser cañones y restos de un naufragio.
  • «No se conserva nada de la estructura del barco, al menos a simple vista. Sólo los cañones y otros restos como bolas o trozos de cerámica y vajilla antigua»
Fue Francisco Javier, Pachi para sus amigos, el primero en dar parte del hallazgo. «Primero encontramos cuatro y luego fueron apareciendo más hasta contar catorce cañones». Aseguran que en una superficie de unos dos metros cuadrados se hallan apilados todos los restos de antiguos barcos. «Están camuflados por vegetación y cuesta encontrarlos pero no hay duda una vez que te acercas ya que mantienen la fisonomía de los cañones», explican. Eso sí, que nadie crea que los restos se parecen a los naufragios que aparecen en películas y documentales sobre el fondo marino. «No se conserva nada de la estructura del barco, al menos a simple vista. Sólo los cañones y otros restos como bolas o trozos de cerámica y vajilla antigua». No obstante, explican, es posible que cuando se realice una investigación y se inicien los trabajos en la zona aparezca, hundida bajo tierra, la estructura de algún viejo barco.
  • Ahora se lamentan por la lentitud de la Administración que hasta ahora no ha iniciado de modo oficial ninguna operación para el rescate de lo que en principio pueda ser el primer pecio o resto de un naufragio hallado en Asturias
Enseguida dieron parte de lo acontecido al Ayuntamiento y al Principado con la esperanza de que se rescataran los cañones. Ahora se lamentan por la lentitud de la Administración que hasta ahora no ha iniciado de modo oficial ninguna operación para el rescate de lo que en principio pueda ser el primer pecio o resto de un naufragio hallado en Asturias. Ellos aseguran que están dispuestos a colaborar con los técnicos en lo que haga falta. «De hecho nos necesitan porque los restos son difíciles de localizar», añaden. A la dificultad de acceso se añaden las condiciones de poca visibilidad características del fondo marino de la ría del Eo. «Hay siempre mucho movimiento de arena, por lo que cuesta ver las cosas con claridad». La última vez que se sumergieron fue en noviembre, acompañando a la experta en arqueología submarina, María Noval, a la que el Principado envió para investigar el hallazgo de la ría.

Ahora, tras el último temporal que ha azotado el Cantábrico, están ansiosos por volver a sumergirse en las profundidades de la ría para comprobar que el tesoro sigue intacto. «Es difícil que se vaya a ningún sitio ya que los cañones pesan muchísimo, pero lo que puede pasar es que queden ocultos por la arena», apuntan. Otro motivo más para pedir rapidez a las autoridades. «Tendremos que acabar llamando a Odissey», bromean los buzos en referencia a la popular empresa dedicada a la caza de tesoros en el fondo marino.
  • Ahora guardan el secreto de la localización exacta del naufragio para evitar que nadie intente llevarse nada de la zona
Precisamente, los temporales que periódicamente sacuden las aguas cantábricas tienen mucho que ver en esta historia. Cuando en marzo de 2007 hallaron los cañones fue poco después de un importante temporal que provocó enormes destrozos en zonas costeras como Cudillero, Tazones o Gijón.

Ahora guardan el secreto de la localización exacta del naufragio para evitar que nadie intente llevarse nada de la zona. Porque, eso sí, tienen claro que una vez se extraigan los cañones Figueras es el lugar donde deben permanecer. «Sería un elemento simbólico del pueblo y es importante que se queden aquí», apuntan estos buzos figueirenses.
  • Según su investigación podría tratarse de las fragatas españolas «El Galgo de Andalucía» y el «San Francisco»
El Eo puede esconder más sorpresas.

Paralelamente al hallazgo, estos cuatro amigos empezaron a investigar a qué naufragio podrían corresponderse los restos. Según su investigación podría tratarse de las fragatas españolas «El Galgo de Andalucía» y el «San Francisco». «En 1719 los ingleses atacaron la ría y se sabe que los españoles, temiendo el secuestro de las embarcaciones, decidieron quemarlas». La información recabada por los buzos constata que la primera embarcación estaba armada con veinte cañones y la segunda con veintiséis.

A la espera de que el Principado pueda ofrecer el resultado de la investigación iniciada sobre el asunto, estos cuatro buzos recuerdan que en la zona existen topónimos como «El banco da carabela» o «La playa del cañón», que hacen referencia a otros barcos, otras historias hundidas en el fondo de esta ría fronteriza.

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