Luis Ángel Valero Bernabé (Madrid, 1954) es un buscador de tesoros. Asegura Valero que los lingotes de oro y plata que cargan los más de 3.000 barcos hundidos en las costas españolas servirían para poner fin a la crisis de la economía española. Así, de un plumazo.
Sólo el 'HMS Sussex', un buque de bandera inglesa de 48 metros de eslora, 80 cañones y 560 marineros a bordo, naufragado frente a Gibraltar en 1694, podría darle una buena alegría a la Hacienda pública. El navío cargaba nada menos que 10 toneladas de oro y 100 de plata, en hermosos lingotes, destinados a comprar la fidelidad del duque de Saboya en la guerra contra Francia. El valor se estima en más de 500 millones de euros. Y, eso por no hablar de los famosos galeones de Rande, hundidos en 1702 frente a la bahía de Vigo con riquezas fabulosas. Tanta fama tenía aquel tesoro, tapado hoy bajo miles de toneladas de lodo, que Julio Verne hizo que el capitán Nemo enviara a Rande a los tripulantes del 'Nautilus' para aprovisionarse de oro en sus '20.000 leguas de viaje submarino'. La semana pasada, durante la presentación de una novela de ficción, el anuncio del improbable hallazgo en esas mismas aguas gallegas del galeón 'Santo Cristo de Maracaibo', cargado con el oro de la flota de Indias, volvió a colocar en el primer plano de la actualidad la riqueza del patrimonio sumergido español.
«Sólo en el interior de los galeones de la época colonial, de 1492 a 1898, calculamos que hay unas 800 toneladas de oro y 12.000 de plata, oro suficiente como para acabar con la crisis en España», insiste Valero apoyándose en los estudios de su colaborador Claudio Bonifacio, investigador en el Archivo de Indias y autor del libro 'Galeones con tesoros', obra en la que se ofrece una exhaustiva información sobre cientos de pecios, su carga y su supuesta posición.
Tratar de rescatar alguno de esos buques no sería tarea fácil. Aunque la mayoría, por no decir todos los naufragios, están bien documentados en los archivos. Eran barcos del Rey, llenos de riquezas de la Corona y de particulares, por lo que su pérdida era una cuestión de Estado. Lo cierto es que, pese a su número, no hubo demasiados naufragios si tenemos en cuenta que cada año, durante dos siglos y medio, atravesaban el Atlántico convoyes de una docena o más de galeones sobrecargados, que navegaban por estima y no disponían de más previsiones meteorológicas que la experiencia. Por eso mismo, los avatares del naufragio, los testimonios de los supervivientes, las posiciones, las circunstancias y el manifiesto de carga aparecen anotados por los escribanos de la Corona con su picuda letra cortesana.
Valero conoce la lista completa de pecios españoles. Y es como para ponerse a soñar de inmediato con lingotes, monedas, esmeraldas y cadenas de oro. Anoten: la nao 'Santa Cruz' se hundió en Zahara de los Atunes en 1555. En ese mismo año se fue a pique en la playa portuguesa de Buarcos y Carrapateira la 'San Salvador'. En 1563 se hundió en Bahamas la capitana de la Flota de Nueva España. En 1589, en la playa de Troia (Portugal), desapareció la nao 'Nuestra Señora del Rosario'. En 1600, el 'San Diego' zozobró en Cavite (Filipinas) ante el ataque de una flota holandesa (este barco ha sido excavado y parte de sus restos están en el Museo Naval).
Sigan apuntando: 'San Roque', 'Santo Domingo', 'San Ambrosio', 'Nuestra Señora de Begoña', 'Nuestra Señora de los Remedios' (en Zacatula, México), la nao 'San Antonio' (costa de Tabasco), el 'Nuestra Señora de Atocha', hundido por un huracán en Florida, la almiranta de la Flota de Nueva España, 'Nuestra Señora de la Concepción', la almiranta de la Armada de Tierra Firme, 'Nuestra Señora de las Maravillas'... Miles de millones de euros hundidos en el mar a la espera de rescate. Miles de millones de lecciones de historia a la espera de que alguien se ponga las gafas de bucear y se anime a leerlas... (Diario Montañés: http://www.eldiariomontanes.es/v/20100606/sociedad/destacados/hundido-para-acabar-crisis-20100606.html
Casi parece basado en el argumento de una novela de Arturo Pérez Reverte.
ResponderEliminarQué interesante, Enrique.
¿Y si conseguimos un equipo de buceo para pagarnos el "terracing" de por vida?
:)