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10 de marzo de 2023

Recuperación de las termas romanas de Arkaia (Álava)

La Diputación de Álava y el Gobierno Vasco han finalizado la intervención para recuperar, difundir y poner en valor el yacimiento arqueológico de las termas romanas de la localidad alavesa de Arkaia, con una inversión de 263.000 euros en total.

La Diputación de Álava y el Gobierno Vasco han finalizado la intervención para recuperar, difundir y poner en valor el yacimiento arqueológico de las termas romanas de la localidad alavesa de Arkaia, con una inversión de 263.000 euros en total.

El consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, y la diputada de Cultura y Deportes, Ana del Val, han visitado este jueves el conjunto monumental romano de Arkaia.

Zupiria ha destacado la "colaboración institucional" para preservar el patrimonio cultural, así como el "gran interés" que posee el yacimiento romano de Arkaia, al ser "muchos los vestigios de su ocupación a lo largo de la historia".

Por su parte, Del Val ha puesto en valor el trabajo de excavación, restauración, mejora y conservación del patrimonio arqueológico de Álava, por su "indudable interés público" y "su capacidad de atracción turística". 

Restauración del conjunto monumental
La intervención final se ha centrado en varios aspectos para completar los trabajos de investigación efectuados hace décadas. A este respecto, se ha excavado el espacio situado en la zona norte de las termas, donde se ha constatado los restos de un pórtico de entrada.

Además, se han consolidado las estructuras arqueológicas, los muros de las termas y se ha intervenido en las diferentes estancias para proteger sus suelos. También, se han instalado nuevos paneles y recursos informativos complementarios para facilitar la explicación de los restos y posibilitar una visita adecuada y, por último, se han mejorado los vallados y cierres para proteger el conjunto monumental y facilitar las condiciones de visita.

Las termas romanas de Arkaia se encuentran incluidas en la zona arqueológica de Arkaia, que fue declarada Conjunto Monumental por el Decreto 159/2000 del 28 de julio. En consecuencia, constituyen un conjunto arqueológico de máximo interés y un recurso cultural excepcional que requiere de una adecuada conservación y puesta en valor.

El Servicio de Museos y Arqueología de la Diputación de Álava ha desarrollado diversos trabajos de revisión de los resultados arqueológicos y de conservación, consolidación, restauración y puesta en valor del conjunto de las termas desde el pasado 2016.

La UJA pondrá en valor los mosaicos romanos del Valle del Alto Guadalquivir

Entre los mosaicos destacan especialmente los de la villa de Bruñel (Quesada), de Cástulo y Casablanca (Linares), de la Villa de Fuente de la Peñuela (Santisteban del Puerto), de Marroquíes Altos (Jaén) o de la Villa del Altillo (Rus). El proyecto del Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén (UJA) tiene una duración de tres años y cuenta con una financiación de 109.040 euros por parte de la Junta de Andalucía
Análisis fotográfico del mosaico de Casablanca (Museo Arqueológico de Linares-Monográfico de Cástulo).

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén (UJA) ha iniciado un proyecto para ampliar el nivel de conocimiento sobre el importante conjunto de mosaicos romanos del Alto Guadalquivir datados entre los siglos II y V d.C. y que actualmente se hayan en los museos de Jaén y Linares, además de en diversos lugares arqueológicos de la provincia jiennense.

Entre estos, destacan los mosaicos de la villa de Bruñel (Quesada), de Cástulo y Casablanca (Linares), de la Villa de Fuente de la Peñuela (Santisteban del Puerto), de Marroquíes Altos (Jaén) o de la Villa del Altillo (Rus), según ha informado este jueves la institución académica.

Denominado 'Análisis geoquímicos para la investigación y puesta en valor de los mosaicos romanos del Valle del Alto Guadalquivir (GeoChem-Mos)', el proyecto tiene como objetivos la identificación de materias primas (piedra, vidrio, cerámica), agentes cromóforos y opacificantes empleados en la fabricación de los mosaicos y la evolución de su uso en el espacio y en el tiempo.

A ello habría que sumar otros aspectos de relevancia, como la mejora del conocimiento sobre los procesos de trabajo implicados y la definición con más detalle de un taller de ejecución de mosaicos en el valle del Alto Guadalquivir.

Finalmente, el proyecto evaluará las alteraciones físicas y químicas sufridas por los mosaicos para que puedan realizarse propuestas oportunas de conservación y/o restauración.

"En definitiva, se trata de aumentar el conocimiento de estos conjuntos patrimoniales para que, a través de una ambiciosa actividad de difusión, consolidarlos como referente científico para la comunidad investigadora y como atractivo turístico, cultural e identitario para la ciudadanía", ha explicado Alberto Sánchez, investigador responsable.

El proyecto, que tiene un carácter arqueométrico, se desarrollará en dos fases. La primera será la generación de fotografías de alta resolución en cada mosaico para dirigir el desarrollo de los análisis físico-químicos y para potenciar la difusión de los resultados.

La segunda fase estará centrada en análisis mineralógicos y elementales, tanto in situ como sobre teselas sueltas, aplicando análisis ópticos en láminas delgadas, micro-espectroscopía Raman y fluorescencia de rayos X.

Además, esta iniciativa tiene un marcado perfil internacional ya que, además de contar con investigadores del Instituto de Arqueología Ibérica y del Departamento de Química Física y Analítica de la UJA, cuenta con la colaboración de los departamentos de Arqueología y de Química de la Universidad de Gante (Bélgica).

Tiene una duración de tres años y cuenta con una financiación de 109.040 euros por parte de la Junta de Andalucía en el marco del Plan Andaluz de Investigación en la modalidad de Proyectos de investigación orientados a los retos de la sociedad.

9 de marzo de 2023

El Museo del Mar de Torrevieja recibe seis ánforas donadas por familias

Tres de los recipientes cerámicos están datados entre los siglos I y el III d.c y se empleaban para almacenar aceite y garum

El Ayuntamiento de Torrevieja (Alicante) ha recepcionado una donación de material arqueológico compuesto por seis ánforas, cuyo destino final será su exposición permanente en el Museo del Mar y La Sal. Las piezas provienen de dos familias torrevejenses que las han hallado en almacenes familiares.

Según ha explicado el concejal de Cultura, Antonio Quesada, tras el hallazgo se pusieron "inmediatamente en contacto" con la Concejalía de Cultura.

Con lo que, señala el edil, cumplen con lo dispuesto en la Ley 4/98 del Patrimonio Cultural Valenciano, que establece que las piezas arqueológicas, como objetos que integran el Patrimonio Histórico, son bienes de dominio público propiedad de la administración.

El concejal agradece "la responsabilidad" en el cumplimiento del artículo 65 de esta ley, que obliga a toda persona que encuentre un objeto arqueológico a comunicarlo a las autoridades tan pronto como se produzca el hallazgo.

Las piezas son las siguientes y se han analizado preliminarmente como:

1 ánfora Bética, datada del 50 al 125 d.c (siglo I)

1 ánfora Itálica, datada del 125 al 25 a.c.

1 ánfora Púnica, datada del 500 al 250 a.c.

3 ánforas de almacenamiento, datadas ampliamente del siglo XVI al XIX.
Aceite y garum

En su mayoría, las ánforas halladas en esta zona eran oleícolas, utilizadas para el transporte de aceite procedente de la zona bética de la península y embarcadas en el Portus Ilicitanus para su traslado a Roma.

Otras también eran utilizadas para el transporte de vino y de salsas de pescado (garum) muy apreciadas por los romanos. Por la morfología que presentan estas tres piezas, podría tratarse de ánforas dedicadas al almacenamiento y transporte de alguno de estos productos.

Según las mismas fuentes, antaño era habitual que en la zona marítima de Torrevieja los pescadores de la flota artesanal recogieran envueltas en sus redes de pescar gran número de ánforas y objetos cerámicos que pasan ahora a formar parte del patrimonio arqueológico.

Las piezas se suelen encontrar según carta arqueológica subacuática en enclaves como los de Cabo Cervera, Punta del Salaret, Playa de los Locos (Torrevieja), Bahía – Puerto de Torrevieja y Cala Ferrís.

El museo
El actual Museo del Mar y de la Sal apenas presenta condiciones para poder exhibir e incluso almacenar esas piezas con garantías de conservación. Está ubicado en un bajo comercial alquilado a un particular desde 1994 en la calle Patricio Pérez.

En su acceso principal sigue figurando el cartel original de "provisional". El Ayuntamiento está redactando el proyecto para levantar un nuevo museo de la historia de Torrevieja en las Eras de la Sal.

Descubren los restos del antiguo castillo de Valladolid

Los vestigios del castillo de la ciudad, datados en el s.XII, están localizados en el actual complejo de San Benito. Javier Moreda, responsable del equipo de arqueólogos, ha destacado la dimensión del hallazgo porque se trata de descubrir los orígenes de la ciudad.

El alcazarejo fue la primera edificación defensiva cuando se produjo la separación de los Reinos de León y Castilla. Valladolid se convirtió con esta fortaleza en un punto seguro capaz de atraer a los habitantes de las poblaciones más cercanas. El patio es el lugar donde están los restos arqueológicos, según han comprobado el alcalde, Óscar Puente, junto al concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia; la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo; y la concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Sánchez. Las excavaciones de las campañas de 1989 y 1990, en las que también estaba el arqueólogo Miguel Ángel Martín, permitieron localizar restos de la antigua villa. Hoy se puede ver, entre otros elementos, uno de los cubos circulares de la antigua fortaleza.

Esta obra que se realiza en San Benito es fundamental para habilitar el patio como el espacio que acogerá temporalmente el registro y el departamento de atención a los ciudadanos cuando comiencen las obras de remodelación de la Casa Consistorial con criterios de eficiencia energética, según el proyecto financiado con Fondos Europeos.

Javier Moreda, responsable del equipo de arqueólogos, ha destacado la dimensión del hallazgo porque se trata de descubrir los orígenes de la ciudad. La cronología del alcazarejo constata que se levantó en el periodo de Alfonso VII, llamado «el Emperador» (1105- 1157). El castillo estuvo en pie hasta 1702, cuando se derribó la estructura para construir la nueva edificación.

8 de marzo de 2023

Los restos del Puerto tartésico de Huelva se expondrán en su lugar original

La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico da luz verde a la nueva propuesta, que contempla un espacio museográfico que posibilitará la visita pública

Ahora sí, parece que ya hay una decisión en firme, y que cuenta con el aval de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Huelva, sobre las obras de rehabilitación del edificio de Hacienda: los valiosos restos arqueológicos se integrarán en la futura sede de la Junta de Andalucía en Huelva y podrán ser disfrutados por los onubenses, pero antes serán desmontados.

Se trata de una solución que, como se dice coloquialmente, tira por la calle de enmedio, esto es, no se sacan totalmente de contexto los restos del puerto protohistórico, como se planteó en un principio, ni tampoco se tapan, como se decidió en segunda instancia. Se quedarán en su sitio original pero unos centímetros elevados para salvar el nivel freático, por lo que para ello primero habrá que desmontar todos los restos y después devolverlos a su lugar de origen.

Así lo ha indicado este martes la Delegación del Gobierno en Huelva en un comunicado en el que da cuenta de la decisión tomada por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Huelva durante su última sesión, celebrada este mismo lunes.

En esa reunión se ratificó la propuesta de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, promotora del proyecto básico y de ejecución de las obras de rehabilitación del antiguo edificio de Hacienda, para el desmontaje de las estructuras arqueológicas de los siglos VII-VI a.C. halladas, para su futura puesta en valor ‘in situ’ en las dependencias del futuro edificio administrativo.

Según ha indicado la Junta, el equipo de arqueólogos y restauración, perteneciente al grupo VRBANITAS de la Universidad de Huelva y que se encuentra desarrollando la actividad arqueológica en el referido solar, ha elevado un nuevo informe en el que, por la “singularidad e interés científico y patrimonial del registro arqueológico documentado”, ha propuesto el desmontaje de las estructuras arqueológicas del posible puerto protohistórico de Huelva para su posterior integración y musealización.

Para ello, las estructuras arqueológicas mantendrán la posición original en que fueron documentadas, es decir se reintegrarán en sus mismas coordenadas, pero “elevándose entorno a unos 50 centímetros de su cota original”.

Asimismo, la nueva propuesta presentada del proyecto de terminación de las obras de rehabilitación del antiguo edificio de Hacienda contempla un espacio independiente al resto de dependencias administrativas para la exposición de los restos arqueológicos con entrada y salida propias.

Dicho espacio posibilitará la visita pública independiente al resto del edificio administrativo, un espacio museográfico con una instalación expositiva “que acerque a la ciudadanía a la protohistoria de la ciudad de Huelva y su entorno más próximo” y que “se constituirá en un recurso turístico relevante sobre el rico y singular patrimonio cultural onubense”.

La Comisión Provincial ha considerado que la opción “más adecuada” para la puesta en valor de las estructuras arqueológicas documentadas es la propuesta presentada, “respaldada tanto por la dirección facultativa como por la dirección de la actividad arqueológica”, ya que “no pone en peligro la conservación general de las estructuras arqueológicas ni introduce maquinarias ni elementos que puedan suponer impacto o destrucción”.

“Más aún, considerando el riesgo añadido que conlleva con respecto a la estabilidad de los taludes existentes en la obra y en las edificaciones colindantes, cuyas cimentaciones son superficiales y no soportan los movimientos de terreno que pueden generarse por cambios de nivel freático ni los impactos de técnicas de apantallamiento que se introducen en el terreno por golpes”, ha subrayado la administración andaluza.

De este modo, la Comisión, con su informe, avala la propuesta de desmontaje por considerarse la opción “más coherente” que admite la puesta en valor del patrimonio arqueológico documentado, así como “su protección, la estabilidad de las obras y las posibilidades reales de ejecución”.

Excepcionalidad
Todo ello “queda amparado en la excepcionalidad que admite tanto el art. 33.1 Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía como las Instrucciones Particulares de la Zona Arqueológica de Huelva”, dado “el interés social de la puesta en valor de las estructuras arqueológicas relacionadas con el puerto protohistórico de Huelva, mediante su musealización y la difusión de sus valores científicos y patrimoniales”, ha subrayado la Junta.

Ahora la Delegación territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte tiene que autorizar la propuesta de conservación preventiva para el desmontaje y almacenamiento provisional de las estructuras arqueológicas, contemplando además la definición del lugar, las condiciones donde se almacenarán las estructuras arqueológicas extraídas y un adecuado programa de mantenimiento.

El tesoro ibérico y de la Edad del Bronce del Matarraña ya reposa en el Museo de Teruel

Se trata de 399 piezas cerámicas y metálicas en su mayor parte, que fueron excavadas entre finales de los años 70 y principios de los 80 por Josep María Ubiergo Monclús, antes de que fueran depositadas en el Museo de Amposta en 2011 y que ahora ceden por cinco años para su restauración y catalogación
Diego Piñeiro, Manuel Rando, Pilar Punter y Jaime Vicente (de izda. a dcha.) muestran algunas de las 399 piezas que el Museo de las Terres de l’Ebre ha decido al Museo de Teruel.

El equipo de restauradores del Museo Provincial de Teruel ya ha comenzado a trabajar sobre las 399 piezas arqueológicas procedentes del Matarraña que han sido cedidas por el Museo de les Terres de l’Ebre, en Amposta, y que tras un trabajo previo de inventariado, restauración e investigación, serán expuestas al menos en las dos localidades de cuyos yacimientos proceden, Ráfales y Fuentespalda.

Se trata de 399 piezas cerámicas y metálicas en su mayor parte, que fueron excavadas entre finales de los años 70 y principios de los 80 por Josep María Ubiergo Monclús, antes de que fueran depositadas en el Museo de Amposta en 2011. Casi un centenar de piezas proceden del yacimiento Cova de la Ribera del Tastavins, en Fuentespalda, un yacimiento de la Edad del Bronce con piezas cuya edad se eleva en algunos casos hasta los 3.500 años. Las otras 301 piezas están datadas en época íbera, las del yacimiento del Tossal de les Vinyes de Ráfales, y sus piezas podrían datarse en torno al siglo IV o V antes de nuestra era.

Manuel Rando, presidente de la Diputación Provincial de quien depende el Museo de Teruel, visitó ayer lunes las instalaciones del Polígono la Paz donde se clasifican y almacenan cuidadosamente las piezas y donde los restauradores tienen su taller. Acompañado por Diego Piñeiro, diputado de Cultura y Patrimonio, del director del Museo de Teruel, Jaime Vicente, y de la restauradora Pilar Punter, Rando celebró que dichas piezas, que cubren un importante vacío arqueológico que existía en el discurso del Museo, referido al Matarraña, y agradeció al Museo de Amposta su colaboración “porque así es como se hacen las cosas bien”.

Rando explicó que ahora la intención de los técnicos del museo es restaurar, catalogar e investigar las piezas a fondo, con el objetivo final de que sean expuestas en sus dos municipios de procedencia, Ráfales y Fuentespalda, tal y como ya se ha acordado con sendos ayuntamientos. Para ello en cada uno de los dos pueblos se habilitará un espacio expositivo acondicionado para el mantenimiento de los objetos, en el que se mostrará una selección de las piezas más significativas.

Para Jaime Vicente Redón, director del Museo, tiene todo el sentido que estas piezas se cataloguen y expongan en la provincia de Teruel, “por su vinculación con el territorio y sobre todo porque significa ponerlas al servicio de los investigadores y de los habitantes del territorio”.

Importancia arqueológica
Las 399 piezas procedentes del Matarraña se encontraban en un almacén visitable que tiene el Museo de las Terres de l’Ebre. Según Jaime Vicente, la importancia de estas piezas es doble para el patrimonio turolense. “Primero en sentido territorial, ya que en el Museo tenemos algo de material procedente de la cuenca del Matarraña, de yacimientos antiguos de principios de siglo, pero nos faltaba una visión más precisa de las características de los poblamientos de esta comarca”, visión que aportan en buena medida estas casi 400 nuevas piezas.

Y en segundo lugar, Vicente recordó que, sobre todo en el caso de Ráfales, se trata de un yacimiento ibérico muy especial. “Está fortificado y es muy pequeño, con materiales de la época de transición entre la edad del hierro y el ibérico. Su antigüedad y el contacto con la zona de la costa hace que sus materiales sean muy especiales. Ese proceso de la influencia mediterránea lo tenemos constatado ya en otros yacimientos, pero no con la intensidad con la que se produce en Ráfales. Así que cuando tengamos la información científica ligada a las piezas, puede ser un material muy importante para conocer mejor cómo se forma la cultura ibérica en el Bajo Aragón y en resto del territorio aragonés”.

La Diputación Provincial ya ha elaborado un plan de intervención en ese yacimiento con la idea de profundizar en su conocimiento, ya que se cree que todavía guarda muchas sorpresas para los investigadores.

Comienza un trabajo laborioso para restaurar y contextualizar todo el material
Las 399 piezas que están ya en manos del personal del Museo de Teruel y que una vez termine el trabajo previo podrán verse expuestas en Ráfales y Fuentespalda fueron excavadas entre finales de los 70 y principios de los 80 por Josep María Ubiergo Monclús, aficionado a la arqueología y las antigüedades. Cuando este falleció, en 2007, Jesús Bru, su heredero universal, donó parte del legado arqueológico que se encontraba en diferentes propiedades de Peñarroya de Tastavins Sentmenat (Barcelona), y Vilalba dels Arcs (Tarragona), donde tenía intención de crear una fundación. Entre las piezas donadas en 2011 al Museo de les Terres de l’Ebre se encontraban las procedentes de Ráfales y Fuentespalda, y el consorcio de esa institución documentó el fondo e informó en 2012 a las direcciones generales de Patrimonio Cultural de los gobiernos catalán y aragonés. En 2020 el Museo de Teruel solicitó el préstamo de los objetos y finalmente el acuerdo se rubricó en diciembre de 2022. Desde entonces las 399 piezas han sido cuidadosamente embaladas y transportadas en cajas hasta el Museo de Teruel, donde se va a proceder a desembalar, catalogar y restaurar.

En su día las piezas fueron excavadas por aficionados y eso complica el trabajo que tiene que realizar el equipo del museo. “Es un material que nos llega descontextualizado”, explicó Jaime Vicente. “Nos faltan las referencias topográficas que se toman en las excavaciones, con sus referencias, los estratos en los que aparecen las piezas... y los propios aficionados que extrajeron las piezas las restauraron y recompusieron ellos mismos”. Aunque la legislación sobre expolio que prohibe la excavación de piezas arqueológicas existe desde principios del siglo XX, Jaime Vicente explicó que al menos en la extracción original de estos materiales no hubo un afán de venta o enriquecimiento, y que para estar restaurados sin aplicar los procesos científicos habituales en la época “no se han causado demasiados daños en el material”.

Pilar Punter, conservadora del Museo y coordinadora de los trabajos de transporte de las piezas desde Amposta a Teruel, explicó que “el hecho de que las piezas aparezcan ya restauradas generalmente es más un inconveniente que una ventaja, porque algunos materiales utilizados han envejecido y han perdido su eficacia, y en esos casos es más complejo retirarlos o rectificarlos que abordar una pieza desde cero. Pero tampoco es la primera vez que nos enfrentamos a este tipo de contingencias, por lo que no ofrece más dificultad que en otras ocasiones”.

Hallan cerámicas de hace 3.500 años bajo una iglesia de Monforte (Alicante)

Las excavaciones realizadas en la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de la localidad alicantina sacan a la luz restos cerámicos de la Edad del Bronce de hace 4.000 años y de Época Ibérica de los siglos V al III antes de Cristo
Las excavaciones arqueológicas en el pasillo próximo a la sacristía de la iglesia de Monforte. INFORMACIÓN

Restos cerámicos de hace entre 3.500 y 4.000 años (Edad del Bronce y periodo Ibérico) han sido hallados en una excavación arqueológica en la iglesia parroquial Nuestra Señora de las Nieves de Monforte del Cid (Alicante).

Se trata de fragmentos de cerámicas realizadas a mano con superficies poco tratadas, alguna de las cuales presenta un borde, y varias lascas de sílex sin retoque asociadas a extracciones para la confección de material lítico, es decir, a la vida cotidiana de los habitantes.

Según fuentes municipales, los hallazgos se han encontrado bajo los pasillos cercanos a la sacristía y apuntan a un posible poblamiento muy anterior a lo anteriormente documentado en el cerro que ocupa la iglesia.

El templo (siglo XVI) se levantó donde también habían aparecido piezas de época medieval y de la etapa musulmana, ya que este punto albergó una alquería fortificada islámica.

El concejal de Cultura, Juan Manuel Sabater, ha calificado de "importantísimo" el hallazgo porque "aporta una nueva percepción de la historia" de Monforte del Cid.

Los arqueólogos han considerado que los primeros pueblos que habitaron la zona aprovecharon las defensas naturales que les proporciona un lugar elevado como es el cerro, al igual que ocurre en otros puntos con poblaciones de la Edad del Bronce.

Análisis de los vestigios
En lo concerniente a la Edad del Bronce se trata de fragmentos de cerámica realizada a mano, con superficies poco tratadas y varias lascas de sílex sin retoque, asociadas a extracciones para la confección de material lítico. Elementos asociados a la actividad cotidiana de un asentamiento prehistórico ubicado en el cerro en torno al 2.000-1.500 a. C., es decir hace unos 3.500-4.000 años.

Respecto a la Época Ibérica se han localizado fragmentos informes de cerámica decorada en óxido de hierro a modo de bandas o figuras geométricas, muy deteriorada, así como restos de tejas y ladrillos de un periodo cronológico comprendido entre los siglos V y III a. C.

Los especialistas de la empresa arqueológica Alebus Patrimonio Histórico, encargada de realizar el estudio, han identificado restos cerámicos tanto de la Edad del Bronce como del Periodo Ibérico junto a otros pertenecientes a la Edad Media. Estos últimos vestigios están relacionados con el asentamiento en el cerro de una alquería fortificada islámica, previa al enclave cristiano primitivo de siglos más tarde que culminó en el siglo XVI con la construcción de la iglesia, catalogada Bien de Relevancia Local y ubicada en un entorno declarado Bien de Interés Cultural.

El proyecto de investigación está siendo dirigido por el arqueólogo José David Busquier, que está al frente del Museo Ibero de Monforte del Cid, y la intervención se ha centrado en dos salas del edificio religioso. Una en la parte izquierda del altar mayor, bajo un altar menor existente en esta parte de la iglesia; y otra en el interior de una sala abovedada, ubicada en el margen izquierdo del altar mayor, donde se localizaban restos variados de escombros y basura, propia de intervenciones anteriores.

Junto a las zonas anteriores se plantearon otros dos sondeos en la zona de paso hacia la sacristía, en la margen derecha de la nave principal del edificio, y los hallazgos han sido muy relevantes.

7 de marzo de 2023

Descubren en Toledo una nueva pieza del sistema de termas romanas "más importante" de España

Se trata de piscinas frías del siglo II d. C. con elementos decorativos importantes. El arqueólogo responsable del proyecto, Carmelo Fernández, ha señalado que con esta nueva intervención “podemos hablar de los restos termales más importantes de la Hispania romana, muy bien conservados y de una gran monumentalidad”. Se podrá visitar después de Semana Santa.
Milagros Tolón ha anunciado presupuesto para continuar con las excavaciones en este enclave.

La alcaldesa y presidenta del Consorcio de la Ciudad de Toledo, Milagros Tolón, ha visitado un nuevo espacio arqueológico en el entorno de la plaza de Amador de los Ríos que se corresponde con parte del complejo termal público romano “más importante” de cuantos se han hallado en España hasta la fecha.

El resultado de esta intervención, como han avanzado en la visita, se podrá visitar a través de las rutas Patrimonio Desconocido que gestiona el Consorcio después de Semana Santa. Durante la visita, y acompañada por el gerente de la entidad patrimonial, Jesús Corroto, la alcaldesa ha anunciado presupuesto para continuar con las excavaciones en este enclave, en concreto para realizar una serie de catas arqueológicas en la misma plaza de Amador de los Ríos.

Como ha recordado Milagros Tolón, la investigación y los proyectos arqueológicos sobe el Toledo romano se remontan al año 2004. “Enhorabuena al Consorcio porque esto no es trabajo de un día, de forma gradual y desde 2004 se ha venido investigando y poniendo luz al patrimonio y pasado de la ciudad”, ha indicado la alcaldesa para recalcar que “estamos ante el sistema hidráulico público de época romana más importante de España, un complejo que forma parte del patrimonio y de la historia del Toledo romano”.

En este sentido, la también presidenta del Consorcio ha apuntado que la investigación y las excavaciones “van a continuar, contamos con presupuesto para hacer catas en la plaza Amador de los Ríos, un hecho que será un evento arqueológico muy importante” si se confirma con bajo el suelo de este espacio existen lo que serán las instalaciones de servicio del complejo termal romano que perdura en el subsuelo de varios inmuebles de la zona, como éste de la calle Navarro Ledesma.

Piscinas frías del siglo II d. C.
La visita de este lunes se ha centrado en los últimos hallazgos. Se trata de piscinas frías del siglo II d. C. con elementos decorativos importantes. “Agradezco una vez más al Consorcio la labor que desempeña en nuestro Casco Histórico, miramos al futuro con la rehabilitación de viviendas para residentes y miramos al pasado con estas intervenciones arqueológicas y de recuperación del patrimonio”, ha dicho la primera edil.

Por su parte, el gerente de la entidad ha afirmado que continuar con los estudios sobre el Toledo romano iniciados en 2004 “es toda una alegría, la investigación no cesa”, además de explicar que la ciudadanía tendrá oportunidad de visitar los nuevos hallazgos de la calle Navarro Ledesma tras Semana Santa conforme a un calendario de visitas gratuitas que se dará a conocer en las próximas semanas.

De otro lado, el arqueólogo responsable del proyecto, Carmelo Fernández, ha señalado que con esta nueva intervención “podemos hablar de los restos termales más importantes de la Hispania romana, muy bien conservados y de una gran monumentalidad”.

Compatible con el uso residencial
Asimismo, el arqueólogo ha destacado el método de trabajo que el Consorcio de la Ciudad de Toledo aplica en este tipo de proyectos, donde se llega a acuerdos con los propietarios de los inmuebles para las excavaciones a la par que se interviene en los edificios, por ejemplo, en fachadas y en viviendas. “Es un proceso muy laborioso, una labor de rehabilitación de los inmuebles que se compagina con los trabajos arqueológicos gracias a un gran equipo multidisciplinar”, ha apuntado.

En cuanto al trabajo técnico, el arquitecto José Antonio Losada ha compartido con los medios la dificultad de compaginar este tipo de intervenciones con el día a día de la propiedad del edificio, además de la complejidad arquitectónica del proyecto. “El suelo de este inmueble se ha rebajado 3 metros respecto a la cota de suelo actual, eso requiere labores de sujeción en su cimentación y una integración de los restos arqueológicos con la arquitectura del edificio, hablamos de hacer compatible una excavación arqueológica con un edificio en pie”, ha dicho.