google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

16 de septiembre de 2020

Investigadores de la UJA destacan el valor de las paredes de Cástulo

Los resultados obtenidos por investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) resaltan la singularidad de las paredes del conjunto arqueológico de Cástulo, el óptimo estado de conservación de las decoraciones y la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada en su decoración
Para el estudio se seleccionaron once piezas del edificio dedicado al culto del emperador Domiciano. 

Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Jaén (UJA) ha realizado un estudio de las pinturas y pigmentos utilizados en el conjunto arqueológico de Cástulo, en Linares, en el que concluyen, entre otros aspectos, que la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada convierte a las paredes decoradas de este yacimiento en un ejemplo de la pintura mural romana en la época alto-imperial en toda la cuenca mediterránea.

El estudio, realizado por investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica y el Departamento de Química Física y Analítica de la UJA, y que ha sido publicado en la revista Scientific Reports del grupo Nature, propone un enfoque multidisciplinar combinando mapas de composición elemental elaborados mediante fluorescencia de rayos X de energías dispersivas y análisis puntuales realizados con Microscopía Raman.

En este sentido, los investigadores resaltan que se necesitan métodos no invasivos, precisos y multidisciplinares para abordar con éxito el estudio de este tipo de materiales de elevado valor patrimonial. En concreto, el método analítico implementado para el estudio de este tipo de muestras debe permitir una separación precisa de la información química de los fondos y escenas, permitiendo la identificación de los componentes del pigmento en capas superpuestas, la detección de componentes minoritarios y el esclarecimiento de mezclas de pigmentos.

ESPLENDOR
Según informa la UJA, para realizar este estudio se emplearon once fragmentos de las paredes decoradas de la habitación 6 del Edificio D del conjunto arqueológico de Cástulo. Este edificio, de finales del siglo I d.C, y dedicado al culto al emperador Domiciano, representa uno de los momentos de mayor esplendor de esta ciudad romana.

Los fragmentos analizados se han clasificado de la siguiente manera: fragmentos con decoración figurativa, en los que se registraron una deidad romana identificada como un Lar (dioses de la casa u hogar) y un personaje indeterminado que porta un objeto en la cabeza; figuras de animales, como un mochuelo, que es alegórico de la diosa Minerva, y una cabra, posiblemente Amaltea que, de acuerdo con el relato mitológico, amamantó de niño a Júpiter; además, otro fragmento mostraba un carcaj, símbolo de Cupido que, aunque no se identifica en dicha estancia, sí que aparece en el denominado mosaico de ‘Los Amores’, descubierto en la habitación contigua.

COMBINACIÓN CROMÁTICA
En estas muestras, el rojo y el amarillo cubren grandes áreas o paneles donde el primero se superpone al segundo en parte y ambos son delimitados con líneas blancas. Los paneles rojos sirven de fondo a la decoración figurativa en la que se emplea el repertorio típico romano de colores blanco, amarillo, rojo, rosa, marrón, verde y azul. A estos fragmentos hay que añadir otros con decoración no figurativa de superficies y bandas.

El primer grupo consta de azul, con una capa de un solo color aplicada directamente sobre la pared. Los fragmentos restantes muestran capas superpuestas de pintura, donde el amarillo está parcialmente cubierto por una capa de líneas rojas y blancas que separan el amarillo del rojo. Los colores restantes se aplicaron sobre estos fondos. Los datos recopilados hasta ahora permitieron clasificar las pinturas como del tercer o cuarto estilo pompeyano, según la paleta utilizada y las figuras mitológicas representadas.

RESULTADOS
Respecto a los resultados, la elaboración de mapas de composición elemental permitió obtener una visión general diferencial de la composición de la ropa, los cuerpos y las áreas decoradas con líneas blancas, en comparación con los fondos de color.

No en vano, se detectó una concentración relativa del elemento estroncio (Sr) en la superficie de los fragmentos con decoración figurativa tres veces mayor que en los fondos rojos y amarillos. Lo mismo puede decirse de las líneas blancas que separan superficies de diferente color en los fragmentos con decoración no figurativa.

Así, los investigadores concluyen que las distintas figuras presentes en la decoración fueron realizadas con pigmentos que compartían una base mineral común, en la que la cantidad de estroncio era significativa y posiblemente intencional, en la búsqueda de otorgar una mayor luminosidad a las figuras.

COMPONENTES
Los componentes minerales mayoritarios detectados en las muestras estudiadas comprenden hematites y cinabrio (rojos), goethita y compuestos de plomo (amarillos), carbón vegetal (negro), calcita (blanco), azul egipcio (azul) y glauconita/celadonita (verdes). Estos componentes además se mezclaron de diferentes maneras: azul egipcio y calcita para obtener un blanco más luminoso, hematites y carbón para conseguir el color marrón y los diferentes tonos de verdes se consiguieron mezclando la glauconita/celadonita con azul egipcio.

Los resultados obtenidos de este estudio resaltan la singularidad de las paredes del conjunto arqueológico de Cástulo, el óptimo estado de conservación de las decoraciones y la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada en su decoración, “que las convierten en un excelente y representativo ejemplo de pintura mural romana”. Además, ponen de relieve el valor arqueológico, histórico y artístico único de las pinturas de Cástulo y subrayan su relevancia en su marco cronológico, en la Península Ibérica y en la cuenca del Mediterráneo occidental.

La investigación se ha realizado en el marco del proyecto de investigación ‘Cástulo: Investigación arqueométrica y transferencia social (HAR2016-74917-R)’. El trabajo ha sido dirigido por el profesor doctor Alberto Sánchez Vizcaíno y llevado a cabo por un equipo multidisciplinar de arqueólogos y químicos miembros del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica.
(Fuente; Diario Jaén)

15 de septiembre de 2020

Documentan la estructura de un dolmen incrustado en la 'Peña de los Enamorados' de Antequera

Se trataría de un nuevo monumento megalítico que formaría parte de un espacio sagrado anterior al dolmen de Menga. Los restos están surgiendo de los últimos trabajos realizados por la Universidad de Sevilla.
Excavaciones en el abrigo de Matacabra en la propia Peña de los Enamorados / SUR

La Peña de los Enamorados tuvo un dolmen con uso funerario, como se anunció tras unos primeros estudios, pero cuyos restos están surgiendo de los últimos trabajos realizados por la Universidad de Sevilla, coordinados por el catedrático de Prehistoria Leonardo García Sanjuán, que se lo ha desvelado al alcalde de Antequera, Manuel Barón.

Según el consistorio se trataría de un nuevo monumento megalítico que «formaría parte de un espacio sagrado para las comunidades neolíticas de nuestra zona antes de que se construyera el dolmen de Menga».

Aluden a «recientes excavaciones en nuestro municipio que determinan la existencia de un hasta ahora no identificado monumento megalítico anterior a Menga que conformaría un espacio sagrado datado en el Neolítico. Los nuevos datos que se están recopilando permitirán comprender mejor los procesos que condujeron a la creación de un monumento tan extraordinario como el dolmen de Menga», siguen desde el consistorio.

Los nuevos datos en hallazgo y estudio «permitirán también comprender mejor los procesos que condujeron a la creación de Menga y a explicar su singular y pionera orientación, teniendo como objetivo general datar con mayor precisión la actividad neolítica documentada en nuestro municipio mediante la aplicación de métodos de datación científica como radiocarbono y luminiscencia por estimulación óptica, permitiendo también conocer mejor la sociedad y el medio ambiente existentes en la época en que se construyó Menga», concluyen desde el consistorio.

Por su parte, el propio García Sanjuán, que ya lleva años trabajando en el entorno de la Peña de los Enamorados en busca de poblados y monumentos, expone que tras estos últimos trabajos de campo es una «posibilidad que sea anterior a Menga, pero no tenemos todavía las pruebas fehacientes como para decirlo, pero es posible».

Se trata de «una estructura dolménica integrada en el afloramiento rocoso natural del sitio; mitad rupestre, mitad megalítica». Prosigue con «mis investigaciones que expusieron que la Peña era el primer referente como santuario en la vega de Antequera», publicadas en 2018.

La novedad con respecto a estudios que se han ido divulgando en los últimos 15 años es que «lo que hemos descubierto es que aquí también hay una actividad funeraria y megalítica, que lo acabamos de comprobar. Pueden ser los ancestros de los constructores de los Dólmenes de Menga.

14 de septiembre de 2020

Los arqueólogos constatan la monumentalidad de la ciudad visigoda de Valencia La Vella

En la última campaña llevada a cabo en el yacimiento de Ribarroja del Túria (Valencia) se ha documentado un muro de tres metros de anchura que delimitaría una de las plazas principales y serviría de base a una muralla interior que a su vez protegía uno de los barrios de la ciudad

Entre finales de agosto e inicios de septiembre se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavación arqueológica en la ciudad visigoda de València la Vella (Riba-roja de Túria). La intervención forma parte del proyecto de investigación y de difusión impulsado, desde el año 2016, por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria con la colaboración y supervisión científica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona. La actuación cuenta, al igual que los años anteriores, con la financiación del área de Cultura de la Diputación de València.

Este año, desgraciadamente, la pandemia COVID-19 ha desaconsejado la realización del V Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda, en que participaban una veintena de estudiantes de arqueología. Se ha optado por una intervención arqueológica profesional, sin estudiantes, en colaboración con la empresa Global Mediterráneo. Los trabajos de excavación han sido dirigidos por Miquel Rosselló i Alejandro Lara, veteranos de otras campañas. Josep M. Macias; del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona, ha co-dirigido los trabajos y se ha encargado de la topografía de la excavación, de revisar sobre el terreno el trazado de la muralla en su parte occidental y de la delimitación de la fortificación interna de la parte superior del yacimiento. También se ha contado, como otros años, con la colaboración del profesor Jordi Padin (Departamento de Geodesia de la Universitat Politècnica de València) para realizar una prospección previa con Geo-radar. La coordinación del proyecto ha estado a cargo de Albert Ribera.

Las cuatro campañas anteriores (2016-2019) habían definido el marco cronológico principal del yacimiento, entre los fines del siglo VI y el inicio del VIII, habían delimitado el espacio del recinto fortificado, excepto el límite occidental, habían confirmado la categoría urbana de València la Vella, habían evidenciado la existencia de varios edificios monumentales, todavía por terminar de excavar, y habían descubierto una vida cotidiana muy dinámica con el uso abundante de la moneda (visigoda, bizantina, vándala, romana reutilizada…), la fabricación de vidrio y el consumo normal de productos (óleo y vino sobre todo, además de vajilla) importados del Norte de África, Siria-Palestina y el Egeo.

Además, los trabajos de excavación cuentan con la realización de prospecciones geofísicas sectoriales que, progresivamente, definen las principales características de un extenso subsuelo arqueológico y sirven para programar las futuras excavaciones.

Los resultados de la campaña de 2020, todavía en fase de estudio, permiten avanzar todavía más en el conocimiento y la caracterización de los diferentes sectores urbanísticos de la ciudad visigoda, mediante los hallazgos arqueológicos, la topografía y las cada vez más evidentes estructuras de aterrazamiento, que se confunden o están ocultas por los márgenes de los campos de cultivos modernos.

En cuanto a los resultados recientemente obtenidos, hay que destacar la constatación de la monumentalidad interior de la ciudad visigoda reflejada, por ejemplo, con el gran muro de borde 3 metros de anchura que, al mismo tiempo, delimitaba una de las plazas principales y serviría de base en una muralla interior que delimitaba uno de los barrios de la ciudad, el intermedio, que, de momento, parece que alojaría actividades productivas (fabricación de vidrio, grandes silos de almacenamiento de cereal,…) y de vivienda de buena parte de la población. 

HORNOS Y EDIFICIO MONUMENTAL
En esta línea, a la campaña de 2020, en el interior del barrio se han excavado unos pequeños hornos que todavía hay que estudiar e identificar y que, en todo caso, certifican todavía más la función de este barrio situado entre la parte superior, la ciudadela, y la inferior. La ciudadela, que se extendía por el largo espacio más elevado, en forma de media luna, y que estaba presidido por un monumental edificio, en curso de excavación y estudio, albergaría alguno de los estamentos privilegiados de la sociedad de la época, posiblemente el religioso. Los trabajos de este año han sacado a la luz una buena parte de su fortificación interior, que en gran parte estaba escondida por la densa vegetación intrusiva que a los últimos años está afectando al yacimiento. El tercer barrio topográficamente diferenciado sería el de la parte baja, donde se concentran los edificios más monumentales, identificados por excavaciones anteriores de hace 40 años y otros más, muy visibles a fotos aéreas y planos antiguos. Desgraciadamente, la parte baja, de momento, no es accesible en la investigación.

MURALLA
Hasta ahora, la muralla se había concebido como el principal elemento de patrimonio arquitectónico conservado, pero las diversas estructuras de aterrazamiento que se han identificado confieren en la ciudad un aspecto de núcleo densamente edificado y muy organizado, con barrios jerárquicamente y funcionalmente diferenciados, como dan a entender los hallazgos y las importantes estructuras de contención y urbanización de un cerro fortificado que destacaba unos cuarenta metros por encima del río Turia.

A estas alturas, el proyecto de investigación desarrollado ha permitido interpretar el yacimiento de València la Vella como una ciudad visigoda fortificada de nueva creación, en la segunda mitad del siglo VI y, de la reciente revisión, con 5 ha de superficie. Su muralla constituye hoy en día el elemento más relevante del yacimiento. Hasta la actualidad, el proyecto solo ha excavado unos 250 m² y se ha establecido un perímetro amurallado teórico de unos 981 m, de los cuales hasta ahora se han documentado unos 416 m. Todavía permanecen muchos segmentos ocultos por la vegetación o los terraplenes, además de los de la parte occidental, en gran parte destruidos por obras ilegales entre 1978 y 1990, que se podrán restituir gracias a las fotos aéreas antiguas. Ya se han identificado el acceso principal en la ciudad y siete torres.

El gran reto para el futuro es la investigación de los edificios del interior la ciudad, en gran parte localizados pero todavía para interpretar, y, por último, pero no menos importante, la creación de un gran (por dimensiones) Parque Arqueológico para hacer accesible a todo el mundo este inmenso tesoro monumental e histórico que es València la Vella.
(Fuente: Parc del Túria)

11 de septiembre de 2020

Valenzuela impulsa la primera excavación científica en Cerro Boyero

Cerro Boyero es una de las grandes ciudades del primer milenio antes de Cristo en la Península Ibérica. Con sus casi 20 hectáreas de núcleo fortificado constituye una de las tres primeras ciudades antiguas de la provincia de Córdoba, junto al viejo núcleo prerromano de la propia Córdoba en la Colina de los Quemados y a Ategua.

El Ayuntamiento de Valenzuela (Córdoba) está llevando a cabo, desde hace varias semanas, la primera intervención arqueológica científica dentro del área urbana de la imponente ciudad prehistórica y protohistórica de Cerro Boyero de esta localidad.

Así lo ha indicado el Consistorio de Valenzuela en una nota en la que ha detallado que el alcalde, Antonio Pedregosa, y el concejal de Cultura de este Ayuntamiento, Ildefonso Ruiz Sabariego, han mostrado su satisfacción por ver cumplido un proyecto en el que llevan trabajando desde hace años, y al mismo tiempo han querido agradecer la colaboración altruista de los propietarios de los terrenos.

“Esta actuación partió de la necesidad de limpieza y restauración de una antigua cisterna a bagnarola que se hallaba parcialmente a la vista desde hace varias décadas, en malas condiciones de conservación y en abierto proceso de deterioro, y se ha materializado en un proyecto aprobado por la Consejería de Cultura a través de su Delegación Territorial en Córdoba”, ha afirmado el alcalde.

Cerro Boyero es una de las grandes ciudades (poleis) del primer milenio antes de Cristo en la Península Ibérica. Con sus casi 20 hectáreas de núcleo fortificado constituye una de las tres primeras ciudades antiguas de la provincia de Córdoba, junto al viejo núcleo prerromano de la propia Córdoba en la Colina de los Quemados, y a Ategua.

Todas ellas (y algunas más) importantes núcleos urbanos dentro del denso territorio de la civilización prehistórica y protohistórica de la Campiña del Medio Guadalquivir, que en su fase final (ss. V-I a.C.) formaba parte de la Turdetania y era territorio central del pueblo de los Túrdulos.

El Ayuntamiento de Valenzuela lleva más de una década demostrando su compromiso con el patrimonio histórico local con diferentes actividades, como la publicación en 2015 de un remarcable libro de Historia de Valenzuela. También y en colaboración con otras administraciones, especialmente la Consejería de Cultura, han impulsado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del yacimiento de Cerro Boyero, aprobada en 2018.

“En esta colaboración queremos reconocer la implicación atenta y favorable el veterano arqueólogo de la Delegación de Cultura de Córdoba, Alejandro Ibáñez al que siempre estaremos agradecidos”, ha puesto de manifiesto Antonio Pedregosa.

EXCAVACIÓN
Actualmente se está realizando la excavación arqueológica sobre un espacio de unos cien metros cuadrados con el objetivo de recuperar este elemento patrimonial y estudiar el área de las murallas meridionales del asentamiento, en la que se ubica la cisterna.

Hasta el momento están apareciendo numerosos restos de muros domésticos y de posibles fortificaciones, todavía en estudio, con materiales asociados, que van desde el Calcolítico (tercer milenio a.C.) hasta el final de la República Romana, en el siglo primero antes de Cristo, que es cuando parece que se abandona casi por completo la ciudad.

El equipo científico arqueológico lo componen varios historiadores y arqueólogos del grupo de investigación ‘Arqvipo’, especialmente Pablo Casado, Rafael Saco, Ildefonso Martínez y Violeta Solís, siendo el director de la excavación en esta ocasión el historiador y arqueólogo de Porcuna, Fernando Enrique Salas Herrera.

En el resultado de esta actividad, aún en ejecución, se pretenden unir la investigación científica, conservación y restauración del patrimonio, con la socialización de un espacio patrimonial, con el fin de adecuar este espacio para su visita.

“En el futuro, cuando los hallazgos se puedan mostrar al público, este yacimiento será un pequeño botón de muestra del potencial arqueológico de la antigua ciudad, y servirá de punto de partida para continuar con futuras intervenciones que se sumen a ella, aportando un granito de arena más al patrimonio histórico y cultural de los vinagorros, de los cordobeses y de la humanidad”, ha apostillado el alcalde.

10 de septiembre de 2020

Sale a la luz otro edificio en la villa romana de La Estaca (Asturias)

Los arqueólogos sospechan que la construcción de 40 metros cuadrados daba algún tipo de servicio auxiliar a la Villa.
Juan Muñiz, a la izquierda, y Adrián Piñán, ayer, excavando en la construcción descubierta a 25 metros del edificio central de la villa romana. FOTO: IRMA COLLÍN
La villa romana de La Estaca va camino de convertirse en una caja de sorpresas arqueológicas. Si bien la campaña de este año tenía como objetivo descubrir una habitación contigua a la del mosaico descubierto en 1958 en el mismo yacimiento, un sondeo realizado recientemente obligó a cambiar ligeramente los planes. La aparición de una nueva construcción de 40 metros cuadrados y de origen romano situada a escasa distancia de la construcción principal ha obligado a los investigadores a dividirse en dos grupos hasta el fin de los trabajos, el día 24 de este mes.

El georradar permitió al equipo encabezado por el arqueólogo Juan Muñiz descubrir hace escasos días la existencia de la construcción. Desde ayer, parte de ellos se encuentran trabajando en una zona en la que ya han aflorado parcialmente los muros y en los próximos días se conocerá más acerca de lo que albergaban en su interior. "Sospechamos que daba algún servicio auxiliar a la villa", apunta Muñiz acerca de un inmueble "de indudable origen romano" y "alineado con el resto del conjunto de edificios".

Debido al apremio de los plazos solo se descubrirá una pequeña parte del nuevo hallazgo y se marcará de cara a futuras campañas. Para los investigadores, el hallazgo supone corroborar la hipótesis de que la villa romana de La Estaca formaba parte de un complejo mucho más grande que abarcaría todo el valle situado a medio camino de varias ciudades romanas de Asturias y Galicia.

INICIATIVA POPULAR
La excavación de este año ha sido posible gracias a los 8.500 euros recaudados por el colectivo creado por vecinos de Las Regueras para impulsar las investigaciones en La Estaca. Se trata de la segunda campaña financiada por iniciativa popular tras la exitosa de finales de 2018 que hizo aflorar un gran mosaico romano de 14 metros cuadrados, mejor conservado incluso que el localizado en esa misma finca por José Manuel González en 1958.

Los trabajos iniciados para descubrir la habitación contigua a la del mosaico hallado hace 62 años y trasladado posteriormente al Museo Arqueológico, donde continúa, permitirán ubicar mejor dicha decoración en el contexto de la villa. Por su parte, las indagaciones sobre el nuevo edificio podrían despejar las dudas sobre la existencia de más mosaicos y el modo de vida de los habitantes del conjunto.
(Fuente: La Nueva España / L. Blanco Foto: Irma Collín)

9 de septiembre de 2020

Los arqueólogos investigan bajo los cimientos de la Casa del Mitreo de Mérida

El Consorcio de la Ciudad Monumental, Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida ha iniciado esta semana en colaboración con la Universidad de Granada una excavación arqueológica en la casa romana del Mitreo de la capital extremeña, que tiene como objetivo comprobar la existencia de construcciones anteriores a la propia casa romana.
Excavación en la Casa del Mitreo de Mérida.

Ocho alumnos del Máster y Grado de Arqueología de la Universidad de Granada, dirigidos por la profesora Macarena Bustamante Álvarez realizan trabajos consistentes en concluir la excavación de las dos tabernas situadas junto a la entrada de la casa y hacer pequeños sondeos en el atrio y en el pasillo del viridarium. La excavación se prolongará hasta el próximo 14 de agosto, informa la Junta de Extremadura en una nota de prensa.

Estas actuaciones arqueológicas se enmarcan dentro de los convenios de colaboración del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida con diferentes centros de investigación, en este caso con la Universidad de Granada y la Universidad de Murcia, que también participa en la elaboración y publicación de un estudio monográfico que se derivará de esta excavación en la casa romana del Mitreo, uno de los recintos monumentales más visitados del Conjunto Arqueológico emeritense.
(Fuente: 20 Minutos)

8 de septiembre de 2020

Se abre a las visitas el yacimiento apícola de Ribarroja del Túria

Los arqueólogos consideran el yacimiento como único por su función como productor de miel, que se remonta a los siglos IV-III antes de Cristo, con abundantes hallazgos en forma de fragmentos cerámicos correspondientes a las colmenas que había durante los años de esplendor.
El Ayuntamiento de Ribarroja del Túria (Valencia) ha puesto en valor este verano los hallazgos arqueológicos del único yacimiento apícola de la época íbera ubicado en el corazón de la Vall de Porxinos por su importancia en el conjunto de toda España. Los hallazgos son fruto de los trabajos realizados en 2008 sobre una extensión de terrenos de unos quinientos metros en uno de los enclaves naturales más extensos del municipio.

El yacimiento apícola forma parte de las rutas que ha puesto en marcha para este año el Ayuntamiento con el fin de difundir el patrimonio arqueológico de la localidad, especialmente en cuanto a los restos de época íbera y también una atención a los tramos de los acueductos existentes de la época romana ubicados en el barranco de Porxinos, protegidos como bien de relevancia local (BRL) por el plenario.

Con la denominación de 'Fonteta Ràquia', su descubrimiento ha servido como reclamo turístico y uno de los motivos para visitar un paraje natural dentro del parque del Túria y que fue objeto de un estudio arqueológico por parte de los expertos. En dicho trabajo se encontraron hasta 140 kilogramos de fragmentos que equivaldrían a unos 200 colmenas de la miel producida en el periodo de tiempo en que estuvo en funcionamiento.

Es por ello que el área de Turismo de Ribarroja de Túria ha diseñado varios programas a lo largo de todo el verano adaptados a la normativa marcada por las autoridades sanitarias en cuanto al Covid-19.

PRODUCCIÓN DE MIEL
El yacimiento apícola está considerado por los expertos arqueólogos como el único existente en toda la península por su función como productor de miel, que se remonta a los siglos IV-III antes de Cristo en la zona sureste de Porxinos, con abundantes hallazgos en forma de fragmentos cerámicos correspondientes a las colmenas que había durante los años de esplendor.

El alcalde de Ribarroja del Túria, Robert Raga, ha señalado el valor "ecológico, patrimonial y arqueológico que presenta la Vall de Porxinos, con unos restos que nos recuerdan las formas de vida de las civilizaciones que han pasado durante siglos en nuestro municipio y que para nosotros supone una obligación recuperarlas, mantenerlas y difundir su legado histórico y cultural".
(Fuente: Las Provincias)

7 de septiembre de 2020

Las excavaciones regresan a la Isla del Fraile (Murcia)

El proyecto, coordinado por la Universidad de Murcia, el Museo Arqueológico de Águilas y el Consistorio de la ciudad, pretende poner en valor el yacimiento después de la última intervención hace más de setenta años.
Arranca el Proyecto de Investigación y Puesta en Valor de la Isla del Fraile, un plan que nace de la mano del Área de Arqueología de la Universidad de Murcia (UMU), bajo la dirección del profesor, Alejandro Quevedo y del arqueólogo municipal de Águilas, Juan de Dios Hernández. Además, el proyecto cuenta con la participación del Ayuntamiento de Águilas a través de la Concejalía de Cultura y la el Museo Arqueológico Municipal de la ciudad.

Los trabajos comienzan hoy y está previsto que se lleven a cabo en un periodo de dos semanas. Además, en el plan también participan diez estudiantes de diferentes puntos de España y que en estos momentos llevan a cabo sus estudios en distintas materias en universidades de Murcia, Barcelona, Sevilla, Jaén y Granada. Hace ya casi setenta años que no se realizan excavaciones en la Isla del Fraile, por ello, el equipo de arqueólogos se encuentra «muy emocionado» de poder llevar a cabo este trabajo de campo casi siete décadas después. «Por fin vamos a comenzar, este entorno es un paraíso a nivel medioambiental y arqueológico» explica Juan de Dios Hernández, añadiendo que «la Isla del Fraile tiene mucho potencial». El arqueólogo municipal asegura que «toda la isla es un yacimiento en sí, por lo que esta primera intervención nos servirá para conocer a qué nos enfrentamos». Asimismo, el especialista explica que «las estructuras son imponentes, algunas se conservan emergentes, ya que tienen más de un metro y medio de potencia. También encontramos pavimentos y otros materiales a raudales». Además, «queremos acercarnos a esa factoría de salazón para ver qué nos encontramos de cara a las siguientes intervenciones», apunta.

UN BIC BAJO EL AGUA
La Isla del Fraile, la Punta del Cigarro y su entorno subacuático, fueron declarados como Bien de Interés Cultural en el año 2013. Este fue el primer yacimiento de la Región de Murcia que contó con la protección de una localización que se encontrase bajo el agua y que tuvo una declaración por la categoría de 'lugar histórico'. Esto se debió a «los valores arqueológicos, históricos, etnográficos, técnicos, industriales y ambientales de la zona, cuyas características hacen este lugar único», asevera Juan de Dios Hernández. Además, el arqueólogo apunta que «como yacimiento arqueológico tiene unas expectativas tremendas, aún sin excavar». Según revelan diferentes estudios, «la factoría de salazón que se encuentra ubicada en la Isla del Fraile es de las más representativas de la provincia de Tarraconensis», asegura el especialista. En estos antiguos salazones destacaban productos como el Garum, muy conocido en la antigua Cartago Nova -actualmente Cartagena- para la cual los romanos usaban la Caballa Scomber, a la que el valle de Escombreras debe su nombre.

INTERÉS A NIVEL NACIONAL
De este primer trabajo de campo que se llevará a cabo durante las próximas semanas en la zona están «muy atentos» varios investigadores de otras zonas de España, como Cádiz o Sevilla: «El tema de los salazones despierta la atención en otras Universidades» dice el arqueólogo. Además, se espera que el Proyecto de Investigación y Puesta en Valor de la Isla del Fraile sea solo el primer paso, y que pueda dar lugar a otros proyectos nacionales de mayor envergadura e incluso a proyectos que se desarrollen a nivel europeo.