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31 de octubre de 2022

Hallan la fragua principal del Castillo de Montiel

También se ha podido localizar una amplia estancia de planta rectangular de 60 metros cuadrados que se adosaba al templo y a la muralla
Trabajos arqueológicos en el Castillo de la Estrella de Montiel.

La campaña arqueológica que se ha desarrollado en el Conjunto Arqueológico del Castillo de La Estrella de Montiel en 2022 ha logrado unos resultados "muy significativos y, desde el punto de vista histórico, espectaculares", con la localización e identificación de la fragua principal de la fortaleza, fechada entre finales del siglo XIV y mediados del XV.

Así lo ha asegurado uno de los arqueólogos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que ha dirigido esta actuación, David Gallego, junto al también arqueólogo Jesús Molero y la conservadora Cristina Peña, con el apoyo de un equipo técnico de esta misma universidad y otros investigadores que se han sumado al proyecto.

En esta campaña, enmarcada dentro del Plan Recual de la Junta y la investigación del Grado de Historia de la UCLM, se tenía previsto, como objetivos básicos, continuar avanzando en el estudio de la zona exterior de la iglesia de los caballeros de Santiago, ubicada en el frente sur del castillo, por lo que se amplió la zona de excavación.

De esta manera, ha indicado Gallego, se ha podido localizar, al este de la misma, una amplia estancia de planta rectangular de 60 metros cuadrados que se adosaba al templo y a la muralla, conectando con el área principal del castillo, muy próxima al área de la puerta de Hierro.

ESTÁ FECHADA ENTRE FINALES DEL SIGLO XIV E INICIOS DEL SIGLO XV
En su interior se han documentado hasta tres grandes fases de ocupación superpuesta pero, en la más antigua, fechada entre finales del siglo XIV e inicios del XV, se ha podido identificar la existencia, posiblemente, de la principal fragua de la fortaleza, que conservaba un nivel de uso tallado en la roca y cubierto de un suelo de tierra torrefacta.

Dentro de la misma se han localizado tres hornos: uno principal, de planta circular y realizado en adobe, de un metro de diámetro, así como dos pequeños hornos de pequeño tamaño, cuya cámara cilíndrica se talla en la roca y donde se pudo recuperar la última carga de uso, con pequeños fragmentos de hierro y el material de combustión a base de arena arcillosa y restos vegetales.

En el resto de la estancia se ha localizado, en la zona central, una gran piedra para la colocación del yunque, los vestigios del anclaje de una tinaja o pileta y, junto a la misma, un canal de salida de agua que permitía evacuar las aguas que se utilizaban durante el proceso de forja.

"Los materiales arqueológicos han sido, ciertamente, interesantes y se asocian con el hallazgo en la campaña pasada, de todo un conjunto de armamento en transformación", ha destacado el arqueólogo.

De hecho, ha detallado David Gallego, dentro de la estancia se han recuperado diversos fragmentos de hierro, como alguna punta de flecha, y bronce, como fíbulas o pinjantes, algunos de ellos en los entornos de los hornos donde iban a ser transformados, destacando, además, un pequeño crisol relacionado con la actividad.

Posteriormente, ya en el siglo XVI, este espacio se suprimió para usos residenciales y se amortizaron todas las estructuras de la fragua anterior, dejando sellado todo el nivel arqueológico.

PERMITIRÁ CONOCER EL PROCESO DE FORJA
El equipo que ha trabajado en la identificación de la fragua ha calificado su hallazgo como uno de los más interesantes, a nivel peninsular, por el estado de conservación de la estructura y los materiales recuperados, para poder conocer cómo era el proceso de forja y transformación de los metales en un contexto militar como eran estas fortalezas de las Órdenes Militares.

Las excavaciones realizadas en la fortaleza están subvencionadas con cargo a las Ayudas a la investigación arqueológica de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y el apoyo de la Fundación Castillo de la Estrella y el Ayuntamiento de Montiel, una pequeña localidad de algo más de 1.300 habitantes orgullosa de su pasado medieval y de un patrimonio hasta hace unos años desconocido.


5 de octubre de 2022

Sacan a la luz un yacimiento almorávide intacto en Uclés (Cuenca)

La presencia de este sector de Uclés, fechable en época almorávide, reviste un interés excepcional ya que sería uno de los pocos yacimientos con esta cronología, intacto, a nivel nacional, lo que constituye un hito fundamental para la investigación de este periodo.
Equipo de trabajo en el yacimiento de Uclés.

La Fundación Fernando Núñez ha presentado en el Monasterio de Uclés los resultados del proyecto concedido a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) “Uclés de Madina Islámica Cabecera de la Orden de Santiago II”, que han permitido sacar a la luz un yacimiento almorávide intacto y de extraordinario valor,  uno de los pocos a nivel nacional de los siglos XI y XII

El proyecto arqueológico está dirigido por los profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha David Gallego Valle, Jesús Manuel Molero García y Cristina Peña Ruiz. Continúa trabajos de la campaña anterior, y ha contado con la financiación de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Fundación Fernando Núñez y Facultad de Letras de Ciudad Real de la citada Universidad, además del apoyo del Ayuntamiento de Uclés y el Obispado de Cuenca.

Durante los trabajos arqueológicos llevados a cabo, en este caso en la excavación arqueológica del Cerro de la Defensa de Uclés, se ha localizado un asentamiento de extraordinario interés, como es la presencia de un barrio o ciudad anexa de cronología de época almorávide, fechable entre fines del siglo XI e inicios del XII, que se extiende a lo largo de unas 9 hectáreas en el costado oeste de la población actual.

En este asentamiento, no alterado por culturas posteriores, se ha documentado la presencia de una fortaleza coronando la elevación, formada por un recinto interno, un muro perimetral y dos o tres torres de flanqueo. En la parte más elevada de la fortaleza, entre los derrumbes de la misma, se han localizado algunos enterramientos de rito cristiano, que van a ser estudiados a partir de este momento.

Además, al norte de esta fortificación, se documenta un edificio de planta rectangular (parcialmente delimitada), que por los materiales que aporta es de la misma cronología. Esta construcción, puede estar relacionada con un edificio civil de cierto tamaño o quizás, por su orientación, con una mezquita, aunque ambas interpretaciones solo se podrán aclarar con futuras excavaciones. Los materiales arqueológicos localizados en las excavaciones apuntan, todos ellos, a una cronología del periodo almorávide, habiéndose recuperado fragmentos de elementos de vajilla entre los que se encuentran, de forma excepcional, algunos ataifores. Por otro lado, se han recuperado elementos metálicos relacionados con el mundo militar como puede ser un puñal o la contera del mismo, clavos de tiendas así como algunos restos de puntas de flecha.

La presencia de este sector de Uclés, fechable en época almorávide, reviste un interés excepcional ya que sería uno de los pocos yacimientos con esta cronología, intacto, a nivel nacional, lo que constituye un hito fundamental para la investigación de este periodo. El mismo parece estar relacionado con un campamento militar, fortificado, que posteriormente pudo dar paso a un barrio propio donde los almorávides se separaban de la propia población andalusí de Uclés, una vez que conquistó el lugar en 1108, tras la famosa batalla en la que muere el hijo de Alfonso VI, el infante Sancho.

De forma coetánea se han podido documentar mediante estudios de paramentos y prospecciones arqueológicas, la presencia de nuevas fábricas almorávides en el entorno de Uclés y en la propia medina. En estos momentos se está trabajando en la documentación de los mismos así como, gracias al proyecto de estudio de la citada batalla financiado por la Fundación Fernando Núñez, en la compresión de todo el conjunto de elementos fortificados del periodo almorávide que se extienden por el entorno de Uclés, donde se han documentado más de una veintena de recintos militares relacionados con este periodo.
(Fuente: Enciende Cuenca)

9 de junio de 2020

Concluyen los trabajos de conservación del castillo de Argamasilla de Alba

Durante la intervención en el castillo de Argamasilla de Alba (Ciudad Real) los arqueólogos han podido documentar la planta del edificio y diversos materiales como cerámica medieval cristiana, vidrio, hueso trabajado y una moneda de Alfonso VIII
La fortaleza fue construída por la Orden Militar de San Juan de Jerusalén en el siglo XIII.
La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha concluido la tercera campaña arqueológica en el castillo de Santa María del Guadiana en el municipio de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), una fortificación cristiana construida por la Orden Militar de San Juan de Jerusalén a principios del siglo XIII y que estuvo en uso hasta finales del XV.

La campaña, financiada por el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, es resultado de un contrato de investigación con éste para la documentación, conservación y restauración de los restos del castillo, ha informado la UCLM en nota de prensa.

Su tercera edición se inició a principios del mes de marzo y tuvo que suspenderse a raíz del confinamiento decretado por la alerta sanitaria de la COVID-19.

Retomada la actividad, que ha durado un mes, en esta edición los historiadores se han centrado en los trabajos de conservación y consolidación de los muros del castillo y han concluido la misma con la instalación de un panel informativo que resume la historia de la fortificación y los hallazgos arqueológicos de esta desconocida fortaleza de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén.

La dirección de las tareas de la campaña arqueológica ha corrido a cargo del profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero y en la misma han participado los investigadores Cristina Peña, Jaime García-Carpintero y David Gallego, todos ellos especializados en la historia y arqueología de las órdenes militares.

El castillo de Santa María del Guadiana en Argamasilla de Alba estaba destinado a garantizar los derechos de la Orden Militar de San Juan en el Alto Guadiana y la explotación económica de la amplia dehesa que se extendía a su alrededor.

La primera y segunda campaña arqueológica en el castillo se llevaron a cabo en los años 2016 y 2017, respectivamente, y estuvieron centradas en los trabajos de excavación; mientras que la tercera ha girado en torno a consolidar las estructuras exhumadas y adecentar el yacimiento.

"Es un castillo del que se desconocía prácticamente todo hasta nuestra intervención y hemos podido documentar la planta del edificio y materiales arqueológicos diversos, como cerámica medieval cristiana, vidrio, hueso trabajado y una moneda de Alfonso VIII", explica el profesor Molero.

24 de septiembre de 2019

Hallan la muralla andalusí del siglo IX del Castillo de La Estrella de Montiel

La primitiva estructura ya había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros. También se han encontrado gran cantidad de material cerámico, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.
Trabajos en la muralla andalusí levantada por los omeyas en el castillo de La Estrella. FOTO: EFE
Los trabajos que se vienen desarrollando en el Conjunto Arqueológico Castillo de La Estrella de Montiel (Ciudad Real) han permitido identificar la primitiva muralla de la fortaleza andalusí, que fue construida a lo largo del siglo IX por el Emirato Omeya.

La estructura localizada está construida mediante una forma muy característica de este periodo como son los sillarejos de arenisca dispuestos a tizón, que se apoyan sobre el basamento de roca, ha explicado a Efe el arqueólogo David Gallego que, junto a la restauradora Cristina Peña y el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Castilla-La Mancha Jesús Molero, dirige las excavaciones.

Gallego ha explicado que, hasta el momento, esta primitiva estructura había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado mediante los estudios de Arqueología de la Arquitectura, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros.

Durante los trabajos de conservación preventiva de la muralla se ha podido documentar cómo tras la ampliación del castillo por parte de la Orden de Santiago, el espacio intramuros fue amortizado sin dañar toda un área de estancias almohades, lo que ha permitido conservar una excepcional muestra de cultura material de este periodo.

Entre la estructura, que aún se está excavando y estudiando, se ha documentado una gran cantidad de material cerámico, entre piezas esgrafiadas, ataifores vidriados, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.

IMPORTANTE FORTALEZA
Estos hallazgos vienen a confirmar la importancia de la fortaleza de La Estrella en época islámica, como ha constatado la Universidad de Castilla-La Mancha en las campañas realizadas en la ladera del cerro del castillo, donde se ha documentado un barrio de viviendas de este periodo y una maqbara (necrópolis musulmana) de la que se han exhumado una treintena de enterramientos hasta el momento.

Los trabajos que se están llevando a cabo en este conjunto arqueológico están enmarcados dentro del Plan de Recualificación y Reciclaje Profesional que la Junta concedió a la Fundación Castillo de La Estrella de Montiel y que, además de conseguir importantes resultados arqueológicos, permite a los alumnos-trabajadores completar una formación fundamental en el ámbito de la arqueología y la conservación de bienes culturales.

El Castillo de La Estrella fue construido por los árabes en el siglo IX y reformado en el siglo XIII, después de ser conquistado por los cristianos en el año 1226.

Tras la batalla de las Navas de Tolosa, en tiempos de Alfonso VIII, Montiel quedó definitivamente integrado en el Reino de Castilla y, desde 1227, estuvo en poder de la Orden de Santiago que lo cedió al rey Pedro I “El cruel”, que se refugió en la fortaleza después de ser derrotado por su hermano bastardo Enrique de Trastámara el 14 de marzo de 1369.

Sitiado por Enrique, los dos hermanos lucharon entre sí, y Pedro I falleció en el combate.

9 de enero de 2017

150.000 euros para excavaciones en trece yacimientos de Ciudad Real

El patrimonio histórico no sólo es una fuente de cultura necesaria sino también de riqueza para la zona en la que se ubica y, conocedora de esta situación, la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, a través de la Consejería de Cultura, acaba de aprobar 13 proyectos de trabajo en yacimientos arqueológico de Ciudad Real que permitirán seguir avanzando en la investigación de ese patrimonio.
Iglesia de la fortaleza de Calatrava la Nueva.
En concreto, el Gobierno regional ha concedido subvenciones por importe de 149.376,18 euros para llevar a cabo en 13 yacimientos arqueológicos de la provincia ubicados en las localidades de Aldea del rey, Almodóvar del Campo, Valdepeñas, Terrinches, Almadén, Montiel, Poblete y Ciudad Real, Argamasilla de Alba, Albaladejo, Carrión de Calatrava y Daimiel.

CERRO DELAS CABEZAS
Uno de los proyectos más destacados, en lo que a la cuantía de la subvención se refiere, será en el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas, donde los arqueólogos Julián Vélez, José Javier Pérez, Tomás Torres y Domingo Fernández llevarán a cabo un sondeo estratigráfico en el área urbana de oppidum; además del estudio arqueológico-estratigráfico del área urbana y muralla norte. 
En este proyecto aprobado por la Junta también se incluye la realización de dataciones pro termoluminescencia, así como el estudio y clasificación del material metálico del yacimiento arqueológico.

El Cerro de las Cabezas es un punto de referencia en la cultura íbera, por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos y por ser una de las pocas ciudades ibéricas conservadas en su integridad dentro del panorama peninsular. Las campañas sistemáticas que la Junta de Comunidades está llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas, desde años atrás, van poniendo al descubierto parte de las áreas urbanas y defensivas de la ciudad, mostrándonos su urbanización, almacenes, áreas domésticas, santuarios, torreones y murallas.
Esta no será la única actuación que se realice en Valdepeñas, ya que también se ha autorizado y subvencionado otra actuación, en este caso estudios y prospecciones geofísicas para el conocimiento del opiddum oretano que realizarán los arqueólogos Juan José Blánquez y Lourdes Roldán.

SISAPO
También es destacable el trabajo que van a realizar en la antigua Sisapo o yacimiento La Bienvenida, en Almodóvar del Campo, los profesionales Mar Zarzalejos, Carmen Fernández y Germán Esteban.

En este lugar se llevan realizando excavaciones desde la pasada década de los 80 que están siendo de gran utilidad para la reconstrucción de la dinámica histórica de la comarca gracias a importantes hallazgos que demuestran la inserción de la localidad en la cultura y economía de los Tartesos a finales del siglo VIII A. C, además de que se ha descubierto que ya en época romana se convirtió en la capital minera de la comarca debido a su vinculación con la explotación de las minas de cinabrio y plata. El yacimiento ha podido ser identificado con un importante centro minero citado por las fuentes clásicas con el nombre de Sisapo. Se encuadra dentro de la zona denominada como la Oretania prerromana. Esta ciudad tuvo una extensión aproximada de 10 hectáreas y estaba rodeada por una muralla de más de 3 metros de ancho con unas 28 torres. En el interior del recinto se han encontrado restos de viviendas de varios momentos culturales desde el siglo VII a.C. hasta el siglo IV d.C.
CALATRAVA LA NUEVA
Otra de las actuaciones aprobadas por el Gobierno regional tendrá lugar en el castillo de Calatrava La Nueva, en Aldea del rey, gracias a las arqueólogas Ana María Segovia y Concha Claros. El Sacro Castillo-Convento fue fue declarado Monumento Nacional en 1854 está en la cima del cerro Alacranejo, una zona que ya desde la época prehistórica ambos lugares fueron elegidos por gentes de la Edad del Bronce para situar sus poblados como muestran los restos hallados en la zona en la que se ubica el castillo, ocupado hasta 1802 por la Orden de Calatrava.

ALARCOS Y CALATRAVA LA VIEJA
En el parque arqueológico de Alarcos y Calatrava la Vieja se van a llevar a cabo varias actuaciones, entre las que se incluye continuar con la excavación arqueológica de Alarcos a cargo de Antonio de Juan -gran conocedor de este yacimiento ya que dirigió durante años este parque, junto a Macarena Fernández y Diego Lucendo.
El cerro de Alarcos fue ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno y conoció dos etapas esplendorosas: una durante la época ibérica y otra en la Edad Media.
Las excavaciones arqueológicas que se desarrollan desde 1984 han sacado a la luz parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se ha encontrado una fosa común con restos de la batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos.

Por otra parte, entre Ciudad Real y Poblete, María del Rosario García, Francisco Javier Morales y David Rodríguez van a llevar a cabo el estudio e investigación de la necrópolis ibérica y del oppidum de Alarcos. En Calatrava La Vieja se va a desarrollar el estudio y caracterización de materiales arqueológicos y este proyecto lo desarrollarán los arqueólogos Manuel Retuerce y Miguel Ángel Hervás.

En este caso hay que recordar que la antigua Qal'at Rabah islámica es uno de los yacimientos medievales más importantes y mejor preservados de la Península. Su historia, junto al río Guadiana, transcurre entre los s. VIII y XV y fue el enclave urbano del poder califal en la región, la primera posesión templaria en Castilla, lugar de fundación de la primera Orden militar hispana y la ciudad más septentrional del Imperio almohade.
Conserva estructuras tan notables como un foso, todo el recinto amurallado, con torres pentagonales, “albarranas” y “corachas”, y dos puertas acodadas. En el alcázar destacan el magnífico arco triunfal de acceso, la gran sala de recepciones, el aljibe y las iglesias templaria y calatrava, y en los arrabales, los restos de una mezquita.

CASTILLO DE LA ESTRELLA DE MONTIEL
Viajando hasta otro castillo, en este caso el de la Estrella en Montiel, la Junta de Comunidades ha dado luz verde a la excavación arqueológica en el barrio islámico, que llevarán a cabo el profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero; el arqueólogo de la Fundación Castillo de la Estrella, David Gallego; y la restauradora Cristina Peña.
Se trata de una zona de hábitat con restos de silos y viviendas de este período y que según los datos recogidos por este mismo grupo de trabajo en 2013 “tienen una cronología muy temprana (siglo IX-X), lo que convierte al conjunto arqueológico del Castillo de la Estrella en uno de los yacimientos con una secuencia cronológico-cultural de época medieval más amplia y completa de la región”.

LA MOTILLA DEL AZUER
Otro de los yacimientos más conocidos de la provincia, el de la Motilla del Azuer en Daimiel, también forma parte de los proyectos aprobados, en este caso se realizarán investigaciones geoarqueológicas y topográficas en las que participará el arqueólogo Miguel Torres.
La Motilla del Azuer es el ejemplo más representativo de una original cultura de la Edad del Bronce que se desarrolló en las llanuras del norte de la provincia, preferentemente inundables, donde el agua se convirtió en un factor de capital importancia para la supervivencia.

El yacimiento se desarrolla en torno a un profundo pozo protegido por una torre de planta cuadrada, varias líneas concéntricas de murallas de considerable altura en mampostería, entre las cuales se disponían desde áreas de estabulación de ganado, áreas artesanales para la fundición de metales a almacenes de cereales.

PILAR DE LA LEGUA DE ALMADÉN
Hasta Almadén se va también una de las subvenciones más importantes en lo que se refiere a su cuantía, ya que se ha aprobado el proyecto del equipo multidisciplinar que componen Germán Esteban, Mar Zarzalejos y Jesús Martínez para seguir investigando en el yacimiento Pilar de la Legua.
Los dos últimos proyectos que se van a desarrollar son el estudio de contextualización ceramológica, mineralógica y fotogramétrica de la villa romana de Puente de la Olmilla, en Albaladejo, a cargo de Luis Benítez de Lugo y José Luis Fuentes; así como la excavación arqueológica en el castillo de Santa María, en Argamasilla de Alba, que realizarán Antonio José Gómez; David Gallego; Jesús Manuel Molero; Andrés Ocaña; y Juan Ángel Ruiz.

CASTILLEJO DEL BONETE
El proyecto aprobado por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que cuenta con una mayor inversión es el del estudio de túmulos prehistóricos en la cultura de las motillas, que se realizará en el Castillejo del Bonete en Terrinches.
Este yacimiento arqueológico tiene aproximadamente 500 metros cuadrados y está emplazado en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena, en lo alto de una ladera orientada al sur.

El lugar se encuentra al sureste de la provincia de Ciudad Real y en lo que tradicionalmente se ha supuesto el borde meridional del área en la cual se desarrolló la Cultura del Bronce de La Mancha. Se halla estratégicamente situado junto al Camino de Aníbal, vía natural de comunicación entre la Meseta y la Alta Andalucía.

Los arqueólogos Luis Benítez de Lugo Enrich y María Benito Sánchez serán los responsables de desarrollar trabajos arqueológicos de excavación, topografía georreferenciada y fotogrametría. Este yacimiento tiene características que le confieren gran interés arqueológico porque, entre otras, agrupa espacios y utensilios de la vida cotidiana; tiene 5 inhumaciones de diversa tipología, varias con ajuar; posee murallas defensivas; y guarda una cueva fortificada de notables dimensiones intacta desde la Prehistoria.

1 de julio de 2016

Hallan piezas medievales de adorno personal en el castillo de la Estrella de Montiel (Ciudad Real)

Son casi medio centenar de piezas en "magnífico" estado entre los que hay dados de hueso y juguetes de terracota. También se han documentado inhumaciones sin ritual
Pieza de cerámica de la Edad Moderna aparecida en el "basurero". FOTO: LANZA.
Las excavaciones del yacimiento arqueológico del castillo de la Estrella de Montiel han sacado a la luz un gran “basurero” medieval que ha permitido recuperar casi medio centenar de piezas de adorno personal en un “magnífico” estado y ha constatado inhumaciones sin ritual.

Lo confirmó ayer a Efe David Gallego, el director de la excavación promovida por la fundación a la que da nombre la fortaleza y en la que participan 20 personas dentro de un taller de empleo propio y del Plan Extraordinario de la Junta.

Las excavaciones se han centrado este año en delimitar el recinto cristiano y tratar de localizar la puerta de entrada a la fortaleza, lo que ha permitido hallar una serie de estancias intramuros que estaban colmatadas por un nivel de basurero asociadas al momento de su abandono, entre fines del siglo XV e inicios del XVI.

La sorpresa vino por lo numeroso y excepcional del material arqueológico hallado en su interior, incluyendo medio centenar de piezas de adorno personal, además de elementos lúdicos como un conjunto de dados de huesos completos y juguetes de tema zoomorfo realizados en terracota.

También se han localizado numerosas piezas cerámicas, entre las que destacan lozas levantinas o del área toledana, e inhumaciones de varios cuerpos sin ningún tipo de ritual, depositados posiblemente en algún tipo de fardo o contenedor de tela, algo "muy inusual", ha señalado Gallego.

Ante la importancia de los hallazgos, el equipo científico del yacimiento, compuesto por la conservadora Cristina Peña y el doctor en Historia Jesús Molero, comenzará a restaurar e investigar los materiales hallados cuyo estudio "aportará una valiosa información para el conocimiento de la cultura material bajomedieval", subrayó el arqueólogo.

(Fuente: Lanza / EFE)

29 de abril de 2016

Descubren canalizaciones de época ibérica y restos constructivos islámicos en Martos (Jaén)

En la intervención se han descubierto dos canalizaciones paralelas excavadas en roca y una mayor realizada con paredes de piedra datadas entre los siglos II y III a.C. También hay restos constructivos y un vertedero de época emiral. Los hallazgos confirman la importancia agrícola de esta zona arqueológica de la Ciudad de la Peña.
Cristina Gómez con el equipo de excavación de Arq13.
La intervención arqueológica que la empresa Arq13 desarrolla en la Zona Arqueológica del Polideportivo de Martos (Jaén) ha destapado diferentes canalizaciones de agua época ibérica de entre los siglos II y III a.C. así como diferentes restos constructivos correspondientes al periodo califal, que estarían asociados a los documentados por la empresa en las excavaciones realizadas en la zona en 2004.

ZONA AGRÍCOLA
Según comenta la directora de los trabajos Cristina Gómez, se trata de varias canalizaciones excavadas en la roca a niveles muy superficiales, con dirección Este-Oeste y que se abastecerían de agua en una canalización mayor cuyo derrumbe también hemos descubierto en una de las catas realizadas. Esta canalización principal, también de época ibérica, cuyos muros estarían realizados en piedra apoyados sobre la roca tendrían un perfil en forma de "V" y de ella se abastecería agua para regadío en las huertas que debieron abundar en ésta zona arqueológica. Curiosamente, nos comenta la arqueóloga, se da la circunstancia de que también hemos localizado otra canalización de época contemporánea que sigue exactamente el mismo trazado hasta un pozo que hay en las proximidades. De época ibérica también han salido a la luz algunos materiales muy fragmentados entre los que destaca alguno con decoración de bandas rojas.
Parte del derrumbe de la canalización principal.

Las canalizaciones descubiertas tienen la peculiaridad de que debido a la orografía del terreno en algunos tramos están excavadas en roca y en otros se están documentando rellenos de tierra para la nivelación de las mismas. Posteriormente, según nos comenta Cristina Gómez, hemos apreciado como estas canalizaciones se rompen en una época posterior para la construcción de un vertedero en el que han aparecido restos de tejas, cenizas y restos de fauna que se corresponderían con época emiral, de entre los siglos IX y X, junto a otros restos constructivos todavía por documentar pero que podrían estar asociados a los encontrados en las prospecciones que en solares próximos se realizaron hace unos años.

Estos últimos descubrimientos, sumados a los realizados en los últimos años, nos confirman que esta zona arqueológica de la localidad jienense tuvo una utilidad eminentemente agraria y ganadera en época ibero-romana hasta bien entrado el siglo XI.

23 de septiembre de 2014

Una muralla de dos metros de alto protegía el castro de La Ercina (León)

Medía dos metros de alto y veinte de longitud, Los habitantes del castro eran agricultores y ganaderos. Se han hallado ruedas de molino con los que molían semillas, restos de cabras y vacas y azadones y hachas. El castro estuvo habitado entre los años 600 a.C. y el 20 de nuestra era.
En La Ercina se combinan el trabajo científico con la participación social y la dinamización del Patrimonio.
Foto: DIARIO DE LEÓN.
Era una muralla imponente. Los arqueólogos que han trabajado este verano en el castro de La Ercina —con unas dimensiones de doce hectáreas— aseguran que se encuentran ante uno de los yacimientos prerromanos más interesantes del noroeste peninsular. Tanto que en este ‘breve’ espacio de terreno desenvolvió su vida una población cercana a las doscientas personas entre el año 600 a.C y el 20 de nuestra era. 

Fernando Muñoz Villarejo destaca que en este castro vivieron los abuelos de los futuros vadinienses, la ‘cultura’ que cien años después de aquello era capaz de hablar y escribir latín, lo que demuestra la rápida romanización de la población aborigen de la zona. Detalle revelador porque no se puede perder de vista que, aunque sería aventurado afirmarlo, podría decirse que las mujeres y hombres de la Peña del Castro pudieron haber participado en las guerras cántabras. Lo que sí puede afirmarse es que estaban en el lugar y en el momento.

UNA VIDA SENCILLA
Fernando Muñoz y el resto de investigadores de Talactor destacan que la vida social de los habitantes del castro era sencilla. Eran agricultores y ganaderos. Se han hallado ruedas de molino con los que molían semillas, restos de cabras y vacas y azadones y hachas, lo que lleva a pensar que dominaban las labores cinegéticas.


Sus casas eran redondas —sólo se ha encontrado un edificio cuadrado— y medían cinco metros de diámetro. «La muralla de piedra está muy bien trabajada. Se alza dos metros y tiene una longitud de veinte», destaca el arqueólogo, que niega que se hayan encontrado —aún— enterramientos.

Muñoz Villarejo resalta que resulta complicado hallar necropólis. Las fuentes clásicas dicen que los cuerpos de los guerreros muertos se dejaban en la naturaleza para que fueran las alimañas las que hicieran el trabajo. Pero la pregunta surge de inmediato ¿qué pasaba con las mujeres y los niños y qué ocurría con aquellos hombres cuyas labores no eran marciales?

La realidad es que en la zona noroeste de España no hay ningún caso en el que se hayan descubierto enterramientos aunque «nunca se sabe. Podrían aparecer», asegura Fernando Muñoz.

INVENTARIO DE LAS PIEZAS
Tras las labores de campo, los arqueólogos tienen ahora por delante la ardua labor de inventariar todas las piezas que han aparecido en el yacimiento. «Hay muchísima cerámica y metal», explica Muñoz Villarejo, que revela las influencias de la meseta que ha encontrado en el castro.

El proyecto de La Ercina aplica la denominada Arqueología pública, que combina el trabajo científico con la participación social, la divulgación y la dinamización del patrimonio. Y es que la de Peña del Castro no es excavación sin más puesto que los arqueólogos profesionales cuentan con la ‘ayuda’ de voluntarios de la zona.
(Fuente: Diario de León / Cristina Fanjul)