Intentan obtener un mapeado de las posibles estructuras subterráneas en ambas fortificaciones, a fin de planificar futuras excavaciones arqueológicas que se llevarían a cabo el próximo año
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Miembros del equipo junto a las murallas del castillo de Molina de Aragón. |
El equipo, formado por investigadores de las Universidades de Reading (Reino Unido) y de Granada (España), ha sido dirigido científicamente por Aleks Pluskowski, encargándose de la dirección de los trabajos de campo Guillermo García-Contreras Ruiz. Junto a ellos, Rowena Banerjea, David Thornley, Rob Fray, Cristina Martínez y Antonia Pérsico, junto con la colaboración puntual de Álvaro Piña, Marcos Ruiz (ambos de la Universidad de Alcalá de Henares) han estado trabajando a primeros de mes en la provincia con investigaciones arqueológicas que se han simultaneado en Atienza y Molina de Aragón.
MAPEADO PARA FUTURAS EXCAVACIONES
En primer lugar, en el complejo fortificado de Molina de Aragón, donde ya el año pasado llevaron a cabo la toma de muestras para análisis paleoambientales precisamente bajo la dirección de Guillermo García-Contreras Ruiz, a partir de los sondeos realizados hace algunos años por el arqueólogo Jesús A. Arenas Esteban y de nuevas catas que se abrieron ex profeso entonces. Continuando con las investigaciones, este año han realizado un estudio de la arquitectura, las transformaciones y restauraciones operadas en todo el castillo, para lo cual han tomado más de 6.000 fotografías y trabajado con una "Estación Total" con el objetivo de crear un modelo tridimensional a partir del cual poder ir analizando sus distintas unidades construidas. A la vez han realizado una prospección geofísica, con magnetómetro, en la totalidad de los dos recintos superiores (alcazaba y segundo recinto amurallado) con el objetivo de detectar todas las anomalías subterráneas que puedan indicar la existencia de estructuras, espacios vacíos, pozos, silos, canales, etc.… Exactamente la misma metodología se ha aplicado en Atienza, investigando tanto la parte superior del castillo como sus dos laderas y el área alrededor de la iglesia de Santa María del Rey.
El objetivo de esta parte del trabajo es obtener un mapeado de las posibles estructuras subterráneas en ambas fortificaciones, a fin de planificar las futuras excavaciones arqueológicas estratigráficas que se pretenden llevar a cabo a partir del año que viene.
El interés del equipo va más allá de las fortificaciones: con la intención de reconstruir los paisajes medievales están trabajando en distintas zonas de cultivo, tanto de secano como en las huertas irrigadas, donde a partir de distintos sondeos que se han realizado se tomarán muestras que luego analizarán en el laboratorio. Las muestras de palinología, carpología, micromorfología de suelos y geoquímica permiten obtener una idea aproximada del tipo de vegetación que existía en la Edad Media, los cambios de uso del suelo, los cambios hidrogeológicos o las evidencias de otras actividades, como pudiera ser la minería o la metalurgia, que también dejan su impronta en el terreno.
INVESTIGAR CAMBIOS EN LA EDAD MEDIA
El origen de todas estas investigaciones fue la tesis doctoral de Guillermo García-Contreras Ruiz sobre el poblamiento andalusí en la zona del Alto Henares y el valle del río Salado. Con posterioridad, a partir de su etapa postdoctoral, se han ampliado los intereses de investigación y con el equipo de trabajo internacional formado por ingleses, españoles, italianos, franceses y estonios, se pretende investigar un periodo de tiempo más amplio que cubriría todos los siglos centrales de la Edad Media, desde la época de Al-Ándalus a la conquista feudal, con el fin de determinar los cambios medioambientales y socio-ecológicos que hubo en el periodo.
La intención de todos estos trabajos es preparar un proyecto de ámbito europeo de mayor envergadura que se desarrollará en los próximos años; de momento, estos proyectos previos o pilotos están contribuyendo al conocimiento histórico y arqueológico del Norte y Este de Guadalajara.