google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

19 de julio de 2016

Documentan una inscripción del S. XVI entre los restos de un molino en Alcalá de Henares

El hallazgo lo han realizado los alumnos del curso de inserción laboral que realizaban trabajos de limpieza y mantenimiento en la zona aledaña.
En la roca puede leerse parte de una frase que reza: “…RA SEHIZO EL…” seguida de una fecha en la que se observan los números “…580” FOTO: AYUNTAMIENTO DE ALCALÁ DE HENARES.
Los trabajos de limpieza y acondicionamiento que se están desarrollado en la zona aledaña a los restos del antiguo molino -situado cerca de la Plaza de la Juventud- están permitiendo recuperar el aspecto original de esta infraestructura industrial de finales del Siglo XV o principios del XVI, cuya finalidad era tomar agua del río Henares y conducirla para ser aprovechada por la maquinaria del molino.

El hallazgo de la roca, en la que se puede observar una inscripción probablemente relativa al año 1580, se produjo hace unos días mientras los jóvenes realizaban sus trabajos en la zona del caz.

Según Sebastián Rascón, Jefe del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, “se trata de un hallazgo interesante porque no es frecuente encontrar epigrafías como ésta claramente conmemorativa de las obras de construcción del molino”. Además, la pieza se conserva in situ lo que potencia su valor como resto de interés arqueológico.


En la roca, que se encuentra algo deteriorada en uno de sus lados, aún puede leerse parte de una frase que reza: “…RA SEHIZO EL…” seguida de una fecha en la que se observan los números “…580”.

TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN Y PROTECCIÓN
Estos datos deberán ser confirmados en las conclusiones que se deriven de los trabajos de investigación y protección que ha comenzado la concejalía de Patrimonio Histórico, de los que también se dará parte a la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

Javier Galán, concejal responsable del área, ha señalado que “este significativo hallazgo pone de manifiesto la necesidad de recuperar y poner en valor diversas zonas y construcciones de la ciudad que durante muchos años han sido víctimas de la desidia y el abandono.

En este caso concreto el papel desempeñado por los jóvenes beneficiarios del Plan de Inserción Laboral en Alcalá ha resultado clave, demostrando la conveniencia del mantenimiento de estos planes y los múltiples beneficios para la ciudad que aporta el trabajo de estas personas”.

El alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, por su parte ha destacado la importancia de este hito para Alcalá porque “unir el empleo y la formación para nuestros jóvenes –ha dicho- con descubrir algo que arqueológicamente y en su historia, tiene mucho interés; descubrir cómo es la entrada a este canal histórico y descubrir que hay una piedra que lo data en 1580, es algo importante. Recuperar el patrimonio, hacerlo con empleo y con la gente joven y desde lo público, es algo fundamental y estamos muy orgullosos de cómo está saliendo este programa y de lo que están descubriendo”.

(Fuente: Alcalá Hoy)

18 de julio de 2016

Descubren un tramo de muralla y el aljibe de la fortaleza islámica de El Castellar, en Alcoy

La defensa de la antigua Alquy tiene un metro de potencia y formaba parte de la antigua fortaleza. El aljibe está construido en mampostería y tiene una profundidad de 3,5 metros.
En este espacio arqueológico no se habían realizado intervenciones desde 1970.
Casi cuarenta años después, un grupo de 15 arqueólogos ha llevado a cabo dos sondeos en el yacimiento del Castellar, en Alcoy. Las excavaciones han permitido conocer más detalles sobre la primera ocupación de la época medieval.

Quince estudiantes y arqueólogos han participado en una actuación impulsada por el Museo Arqueológico Municipal de Alcoy en el yacimiento del Castellar. El proyecto lo ha dirigido el arqueólogo Germán Pérez Botí, quien, además, es autor de diferentes estudios sobre el mismo y profesor del colegio Carmelitas.

MURALLA Y ALJIBE
Los trabajos se han basado en dos sondeos que han permitido descubrir un nuevo tramo de muralla y un aljibe. Con la información recabada, los expertos podrán profundizar y ampliar el conocimiento sobre la primera ocupación que en época medieval ocupó esta fortificación.

Cabe recordar que el punto en el que se encuentra es estratégico, ya que permite dominar y controlar todo el antiguo distrito de «Alquy». Asimismo, las murallas del castillo islámico son de un metro de grosor y se han localizado en la vertiente sureste. A partir de ahí están el resto de casas en las que hace mil años habitó toda una comunidad de campesinos. La información facilitada por el propio Ayuntamiento de Alcoy, data dicha ocupación entre los siglos X y XI.

El segundo sondeo, asimismo, lo han llevado a cabo en la zona alta de la montaña, justo al lado del acceso norte del yacimiento. Es en este punto en el que el grupo ha localizado un aljibe construido de mampostería y con capas de enlucido de mortero de cal.

El antiguo espacio que servía para recoger y almacenar agua cuenta con una profundidad superior a los 3'5 metros y hasta la fecha «se desconocía la existencia de esta tercera cisterna en el Castellar». El estado en el que se encuentra es totalmente cubierta de piedras y tierra.


TRABAJOS DE LIMPIEZA Y RESTAURACIÓN
Los trabajadores del Museo Arqueológico iniciará la próxima semana los trabajos de limpieza y restauración de los materiales, que son, en su mayoría, de fragmentos de cerámica. Acto seguido, los expertos pasarán a procesar la información obtenida durante la investigación arqueológica.

El concejal de Cultura, Raül Llopis, ha visitado el yacimiento para conocer los avances realizados y el estado del yacimiento, un espacio arqueológico en el que no se había realizado ninguna intervención desde la década de los 70. Por ello y, vistos los avances, Llopis ha manifestado el interés del Ayuntamiento en esta nueva investigación en el Castellar y se ha comprometido a que el departamento que dirige financie y apoye futuras actuaciones y estudios.

14 de julio de 2016

Descifran el diseño del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia y su inspiración en las marcas de cantero

Un catedrático de la Universidad Politècnica de Valencia revela cómo se compusieron las asas y el soporte medieval de la reliquia de la catedral
El profesor Songel con los resultados del trabajo de investigación. FOTO: LAS PROVINCIAS.
«Es una contribución humilde, un pequeño avance dentro del camino para conocer la reliquia del Santo Cáliz que se alberga en la Catedral de Valencia». El catedrático de Diseño de la Universitat Politècnica (UPV), Gabriel Songel, trataba ayer de restar importancia a su hallazgo, fruto de casi tres años de investigación, que le ha llevado a descubrir el patrón seguido en el diseño del Santo Grial, en concreto, en la estructura medieval (asas y soporte) que sostiene la copa palestina de ágata datada en el siglo I antes de Cristo.

El patrón «coincide con las marcas de los canteros» de los siglos XII y XIII, es decir, los símbolos grabados en piedra por estos profesionales. «Los análisis compositivos realizados partiendo de los patrones utilizados en la Edad Media para esas marcas demuestran que el orfebre que realizó el soporte para la reliquia conocía esos cánones de diseño y los empleó para su creación, explicó.

En concreto, tomando como referencia la investigación realizada en el siglo XIX por Franz Rziha sobre las marcas de las catedrales centroeuropeas y el dibujo original de la estructura de la reliquia realizado por Antonio Beltrán en 1960, Songel revela que, de los cuatro tipos, las llamadas 'cuadrilobular' y 'ad triangulum' se emplearon para diseñar la estructura de orfebrería que sustenta el Santo Grial, lo que contribuyó a revalorizar «la autenticidad de la copa y a darle mayor perfección».

«También se emplearon para la inscripción de la base de la reliquia de no más de dos centímetros, que probablemente fue realizada por la misma persona», comentó Songel. No es el único hallazgo que ha puesto en valor este catedrático de la UPV, pues también ha concluido que los caracteres de esa inscripción podrían ser hebreos y no árabes «como hasta ahora se creía».

Así, se puede entreleer 'WH', dos letras en hebreo arcaico que aparecen en una de las formas con las que se escribe la palabra Dios. Esta particularidad del hebreo de no incluir vocales, y de escribir de derecha a izquierda -compartida con el árabe-, añadida a la prohibición de mencionar el nombre de Dios en hebreo, «nos remite a los 72 nombres que el Antiguo Testamento utiliza para designarlo, entre ellos el de 'Yoshua Yahweh', que es el que tiene una arquitectura compositiva más parecida a la inscripción», detalló.

UN ORFEBRE JUDÍO
«No se puede afirmar categóricamente pero sí que tenemos esa constatación», comentó. Y se aventura a señalar que el juego idiomático podría deberse a que el autor fuera un orfebre judío «que prefirió ocultar su firma como si fuera árabe debido a las persecuciones de esa época».

Ahora, una vez finalizada esta investigación, que coincide con la celebración del Año Jubilar del Santo Cáliz y que ha contado con el apoyo del Cabildo Catedralicio, Gabriel Songel quiere iniciar un segundo estudio relacionado con las decoraciones de la reliquia y las escuelas a las que podrían pertenecer, para el que busca financiación.

Para llevar a cabo su estudio, el profesor de la UPV, que es experto en la gestión del diseño de marcas, ha recopilado información del Archivo de la Catedral de Valencia, así como del departamento de inscripciones del Museo de Israel en Jerusalén. Además, ha contado con el asesoramiento de especialistas como Carmen Barceló, Daniel Benito Goerlich y José Hinojosa.

El canónigo conservador de la Seo, Jaime Sancho, destacó que «se trata de un trabajo que aporta mucho al conocimiento del Santo Cáliz». A su juicio, «del estudio se desprende que el diseño de toda la reliquia no es caprichoso, sino que la obra en sí misma y el montaje de las asas y soporte que se realizó en la Edad Media se hizo con un rigor enorme conforme a los cánones de la época.

13 de julio de 2016

La Policía recupera en Jaén 46 piezas arqueológicas de gran valor histórico

La investigación de la Policía Nacional ha permitido detener a dos personas en Linares y Guarromán, a las que se ha imputado un delito contra el patrimonio histórico
Los objetos recuperados permanecen intervenidos y a disposición del juez. FOTO: ABC
Agentes de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía han recuperado 46 restos arqueológicos de gran valor histórico, patrimonial y cultural. La recuperación de los restos, según ha informado la Delegación del Gobierno andaluz en Jaén, se ha logrado tras la investigación de dos personas, una de ellas de Linares (Jaén) y otra del municipio jienense de Guarromán, a las que se ha imputado un delito contra el patrimonio histórico.

La investigación, iniciada a finales de octubre de 2015, ha permitido localizar decenas de objetos de piedra, de varios tamaños, que se encontraban en un espacio abierto, anexo a un establecimiento público de Guarromán, cerrado por una valla metálica que permitía su visualización desde el exterior.

PRÓXIMA A YACIMIENTOS
Los agentes, teniendo en cuenta su forma y apariencia externa y que la zona en la que fueron descubiertos está muy próxima a diferentes yacimientos catalogados de la provincia de Jaén, tomaron diversas fotografías y las remitieron a los especialistas en arqueología adscritos al Negociado de Protección del Patrimonio Histórico de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.

Los especialistas, en las primeras impresiones y a expensas de un estudio más exhaustivo para determinar su cronología, manifestaron la posibilidad de que dichos restos pertenecieran a diferentes yacimientos arqueológicos. El primer investigado en su declaración señaló directamente a la persona que poseía las piezas originariamente, el cual las había mantenido guardadas en el interior de un patio de un edificio sin terminar de construir en una céntrica calle de Linares.

EN UN PATIO EN OBRAS DE LINARES
Los agentes localizaron y tomaron declaración a esta segunda persona como presunto responsable de un delito contra el patrimonio histórico y dieron cuenta a la autoridad judicial competente quien ha emitido una providencia para que se retiren las piezas arqueológicas que pudieran quedar aún en el interior del patio del edificio linarense y gestionar su traslado inmediato al Museo Arqueológico del municipio para garantizar su conservación y custodia.
Valor histórico y cultural

La autoridad judicial también ha dictaminado el trasladado al Museo Arqueológico de Linares de una de las piezas hallada inicialmente en el establecimiento de Guarromán ya que, los peritos en arqueología de la Junta de Andalucía, la consideran «un resto que presenta decoración de la arquitectura funeraria romana, de entre el siglo I a.C. y I d.C., y por lo tanto, procede de excavaciones clandestinas y es patrimonio arqueológico y de dominio público».

El resto de objetos permanecen intervenidos a disposición judicial, y algunos de ellos, los de mayor valor histórico y cultural, custodiados en el propio depósito del Museo Arqueológico de Linares hasta la finalización de todo el procedimiento judicial abierto en el que se determinará su destino final.

(Fuente: ABC)

12 de julio de 2016

Hallan 344 vestigios arqueólogicos en una zona de alta montaña en Lleida

Arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, han liderado un estudio que ha documentado y mapeado 344 vestigios arqueológicos en el parque nacional de Aiguas Tortas y Lago de San Mauricio (Lleida), a más de 2.200 metros de altitud, lo que convierte a este entorno en una de las zonas de montaña europeas con más intensidad de registros documentados.
Abrigo de las Obagues de Rabera, ejemplo de abrigo rocoso con ocupación desde el Neolítico hasta la actualidad.
La mayor parte son restos arquitectónicos al aire libre -muros, cercados y posibles estructuras de viviendas-. El resto son abrigos en las rocas y un pequeño conjunto de círculos de piedras, aún sin excavar, que podrían representar monumentos funerarios. La metodología empleada, la prospección sistemática de la superficie, ha revelado un territorio fuertemente humanizado, difícil de imaginar pocos años atrás, ocupado desde hace más de 10.000 años.

Los datos son fruto de un programa de investigación de arqueología de montaña encargado por la dirección del parque nacional y realizado a lo largo de diez años (2004-2014), que ha incorporado el estudio de prospección sistemática de superficie a su metodología.

La idoneidad de incluir esta metodología en la investigación arqueológica y paleoecológica tradicionales en la alta montaña y los resultados asociados obtenidos los han explicado en un artículo en Quaternary International, en el que también han repasado los hallazgos realizados en más de una década.

“Nuestro conocimiento sobre el pasado histórico y arqueológico del parque ha cambiado radicalmente, revelando un territorio humanizado difícil de imaginar pocos años atrás. En 2001 no había ningún registro arqueológico de las zonas estudiadas, solo conocíamos unos pocos vestigios por referencia oral de los pastores. Lo que tenemos ahora contradice nuestra percepción de las zonas de montaña como reservas naturales, preservadas de la intervención humana”, indican los autores en el artículo.

VINCULACIÓN CON LA GANADERÍA
Los científicos subrayan que la mayoría de los registros se localizan por encima del actual límite superior del bosque, dentro o muy cerca de zonas de pasto. Este fenómeno reafirma la vinculación de la ocupación humana del territorio con las prácticas ganaderas y, a la vez, abre la incógnita sobre el grado de responsabilidad humana en los paisajes de prados actuales por encima de los 2.200 m de altitud”, explica Gassiot.

Para detectar los restos, especialmente por encima de los 2.000 metros de altitud, han rastreado la superficie del parque dividiéndola en transectos y, complementariamente, han usado sistemas de detección remota (LIDAR), mapas ortofotográficos y fotografía aérea. Los datos obtenidos se han proyectado en un Sistema de Información Geográfica del patrimonio arqueológico del Parque Nacional, que facilita su gestión y análisis.

Ello les ha permitido tener una perspectiva más general sobre la dimensión espacial de las prácticas sociales que se llevaron a cabo y avanzar patrones de ocupación a lo largo del tiempo. También proponer una nueva definición, interpretación y documentación de los vestigios identificados, que incluyen principalmente restos arquitectónicos, pero también abrigos, túmulos y hallazgos aislados de objetos como cuchillos de sílex y recipientes cerámicos.

ASENTAMIENTOS COMPLEJOS
La mayoría de los yacimientos identificados, 221, son restos arquitectónicos al aire libre: muros, cercados de diferente medida y funcionalidad y posibles estructuras de viviendas, muchos de ellos interrelacionados formando asentamientos complejos. El resto son abrigos que aprovechan acumulaciones de origen glaciar de grandes bloques de roca, muchos con estructuras, como muros para la distribución interior y para proteger la entrada. Finalmente, un pequeño conjunto de círculos de piedras podrían representar monumentos funerarios, aunque de momento no se ha excavado ninguno.El hecho de que la mayoría de los restos estén en las zonas más elevadas ha sorprendido a los investigadores. 165 se encuentran entre los 2200 y 2400 metros de altitud, una zona que sólo supone el 25% del Parque; y entre los 2.400 y 2.600 m, el 27% del Parque, hay 69. Por encima de los 2600 aún hay hay diez más. Los ubicados a mayor altura no son ni más pequeños ni menos importantes que los de las zonas más bajas, contra lo que se podría pensar en un principio, por el desplazamiento humano hacia los valles o a la mayor dificultad para transportar cargas.

Otro elemento sorpresivo ha sido la presencia de hasta 69 yacimientos, a menudo de grandes dimensiones y algunos con ocupaciones de varias épocas, ubicados en zonas de tartera, un tipo de terreno a priori poco amable para el asentamiento humano y que ahora se presenta también como un espacio de interés arqueológico.

OCUPACIÓN DESDE HACE 11.000 AÑOS
A lo largo de estos diez años, los investigadores han realizado 76 dataciones de Carbono 14 de 39 de estos yacimientos, lo que hace del parque una de las áreas con información cronológica más detallada de los Pirineos y de los sistemas montañosos de Europa. En total, las fechas registradas sugieren una ocupación humana continuada en el territorio desde hace unos 10.700 años.

Destaca la elevada presencia de yacimientos de finales del Neolítico, entre los años 3400 y 2300 a. C., mientras que en los 2000 años posteriores -del 2300 al 300-, durante toda la Edad de Bronce y de Hierro, se constata una reducción importante. Las únicas evidencias arqueológicas de este periodo consisten en depósitos de materiales de diferentes tipos de cerámica del segundo milenio antes de Cristo, y también posibles sepulcros.

Estos datos se contradicen con los registros paleoambientales –polen o carbón- que se han encontrado del mismo periodo en otras zonas alpinas y subalpinas de los alrededores del Parque y que muestran un incremento del impacto humano sobre la vegetación en esta época.

CAMBIOS EN LOS PATRONES DE ASENTAMIENTO
Esto hace pensar a los investigadores que aunque no se produjo un abandono del territorio, sí que debió haber un cambio en los patrones de asentamiento entre ambos periodos. En el PNAESM, los abrigos en las rocas se abandonaron, quizás a favor de asentamientos al aire libre más grandes, a pesar de que no se han podido detectar arqueológicamente. La ausencia de prospecciones de superficie en altitudes más bajas, como las cordilleras exteriores del Parque o en los valles pre-pirenaicos de los ríos Noguera Pallaresa y Ribagorzana dificulta poder comparar las dos áreas para valorar si este aparente vacío fue, o no, un fenómeno local.

“La presencia de registros arqueológicos de periodos posteriores va aumentando progresivamente, especialmente entre los siglos IV d.C. y el siglo XIV, para decrecer hacia principios del siglo XX. Muchos de los yacimientos fueron ocupados a lo largo de épocas diferentes, mostrándonos un territorio que ha formado parte importante de las dinámicas sociales y económicas de la zona desde la Prehistoria hasta hoy día”, apunta Ermengol Gassiot.

La investigación continúa para ampliar el número y extensión de las excavaciones y acabar el rastreo en algunas zonas pendientes, lo que probablemente aumentará la cifra de vestigios registrada hasta ahora. Al mismo tiempo, los investigadores han ampliado el estudio de prospección de superficie al Pirineo aragonés y es muy posible que también lo hagan en el andorrano.

NUEVAS TECNOLOGÍAS
A su juicio, las nuevas técnicas utilizadas en el estudio de prospección se están revelando una herramienta primordial para investigar en las zonas de alta montaña y demostrar que las que, hasta hace poco más de veinte años, se han denominado 'zonas marginales' en la investigación arqueológica, no lo han sido tanto.

En la investigación, además de los departamentos de Prehistoria, Geografía, Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UAB, han participado científicos de la Institución Milá y Fontanals (IMF-CSIC) y del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS).

11 de julio de 2016

El Marq impulsa de nuevo las excavaciones en el Poblado Medieval de Ifach, en Calpe (Alicante)

Un total de 32 estudiantes de Arqueología procedentes de más de quince universidades españolas participan este verano en la XII Campaña de Excavaciones de la Pobla Medieval d’Ifac que impulsa el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).
Los trabajos afectaran a la zona de la Puerta de Ifach, reforzando la zona y una reintegración volumétrica. 
Los trabajos que se iniciaron el pasado 1 de julio y se prolongarán hasta el 31 de agosto, se centrarán este año en el recinto amurallado. En concreto, en un lienzo de la muralla Norte con más de doce metros de longitud y cinco de altura y en la Torre de Guardia, ambos sectores ubicados en las cercanías de la Puerta de Ifach, donde se reforzará la zona y se realizará una reintegración volumétrica para evitar futuros derrumbes.

DESCUBRIR EL CORREDOR CUBIERTO DE ACCESO
Además, este año se intentará terminar de descubrir el corredor cubierto de acceso a la pobla que se encuentra entre las dos primeras puertas de ingreso y que, previsiblemente, ofrecerá una información vital para el estudio de la organización interna de este enclave urbano construido a partir de año 1298 por Roger de Llúria, Señor de Ifach y almirante calabrés al servicio de la Corona de Aragón.


“Aunque el principal objetivo se centra en la consolidación preventiva, el proyecto nos permitirá también continuar con la documentación del sistema de acceso a la pobla, ubicado en el Sector Oeste del yacimiento y descubierto parcialmente en ediciones anteriores”, ha explicado el director de la campaña y arqueólogo del museo alicantino, José Luis Menéndez.

AMPLIACIÓN DELA NECRÓPOLIS
Los trabajos contemplan, asimismo, la ampliación del área de la necrópolis, un espacio descubierto en 2008 y situado frente a la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Este edificio, uno de los más emblemáticos del yacimiento, fue construido entre los años 1320 y 1340 por Doña Margarita, Condesa de Terranova e hija del Almirante Roger de Llúria. Las tareas se van a centrar principalmente en la finalización de las excavaciones del área funeraria, donde hasta el momento se han localizado 55 tumbas con más de 85 inhumaciones documentadas.

En este enclave destaca una que podría ser la de un caballero y otra que posiblemente perteneciese a un clérigo o cargo eclesiástico, ya que porta entre sus manos un grial o copa litúrgica. Asimismo, son especialmente relevantes una tumba en la que apareció una mujer embarazada con su feto y otra colectiva con más de 16 inhumaciones.

“Tres puertas consecutivas y un complejo sistema de acceso convierten a Ifac en un yacimiento de referencia en lo que se refiere al estudio de los asentamientos posteriores a la conquista cristiana durante los siglos XIII y XIV, germen histórico de lo que ahora es la Comunitat Valenciana”, ha puntualizado Menéndez.

La campaña de excavaciones de la Pobla Medieval d’Ifac, un espacio declarado Bien de Interés Cultural en el año 2011, cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Calp y la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural.
(Fuente: El Periodic)

8 de julio de 2016

Hallan los posibles restos de la ciudad romana de Sucro en Cullera (Valencia)

El descubrimiento casual realizado por dos instructores de buceo podría relacionarse con la existencia del Portum Sucrone que relatan las fuentes clásicas al referirse a la desembocadura del río Júcar, y que hasta la fecha es de paradero desconocido. 
El emplazamiento de Portum Sucrone lo han disputado históricamente Cullera, Albalat de la Ribera, Alzira y Sueca
La existencia del puerto de la mítica ciudad romana de Sucro (Portum Sucrone) en el entorno de Cullera parece encontrar una nueva y clara evidencia. El ayuntamiento afirmó que «un extraordinario hallazgo arqueológico apunta a la existencia de esta infraestructura en la bahía del municipio o bien en su entorno».

Un gladium o espada romana, un busto metálico partido, gran cantidad de restos de ánforas (bordes, cuellos, panzas, asas, pivotes), como mínimo ocho cepos (anclas romanas) y dos de almirantazgo, lo que parecen ser tablones de madera descompuesta, piezas metálicas de difícil catalogación o material de construcción, entre otros restos, configuran parte del tesoro que alberga el fondo marino cullerense. Todos ellos parecen corresponder a la época clásica romana.

DESCUBRIMIENTO CASUAL
El descubrimiento lo hicieron por casualidad en diciembre los instructores de buceo cullerenses José Puig Olmo y Óscar Pellicer Alonso mientras estaban realizando una inmersión. Ambos observaron lo que parecían ser pequeños restos de ánforas, pero que dada la mala visibilidad de área (entre 10 y 30 centímetros) y el oleaje de mar de fondo, además del lodo subsistente de la pantanada de 1982, no pudieron concretar la zona ni el rumbo.

Desde aquella fecha los dos instructores del Centro de Buceo Delfín de Cullera intentaron volver a localizar la zona aplicando técnicas específicas subacuáticas de búsqueda y localización. Su objetivo era determinar si se trataba de restos de escasa entidad y aislados o de mayor envergadura. Durante más de 20 inmersiones 'de combate' -como se denomina a aquellas que se efectúan en duras condiciones- les resultó imposible volver a divisar los restos.

ALTA CONCENTRACIÓN DE MATERIALES
Finalmente, el 8 de diciembre, casi por pura casualidad y gracias a que había una visibilidad medianamente aceptable (alrededor de dos metros), dieron de nuevo con los restos y ante su sorpresa comprobaron que se trataba de una zona de alta concentración de material arqueológico de toda índole.

La información fue comunicada al arqueólogo municipal Kike Gandía Álvarez a quien mostraron las fotos. Éste aconsejó posicionar la zona del hallazgo mediante un GPS desde la superficie cuando fuera posible, mantenerlo todo con la máxima confidencialidad y realizar más fotografías, lo que precisaba de nuevas inmersiones que dada la época invernal fue difícil pese a los reiterados intentos que hicieron los dos instructores. El pasado abril volvieron a encontrar una mejora en la visibilidad y posicionaron la zona con un GPS. Gandía ha emitido un informe en el que deja claro que «nos encontramos ante un hallazgo arqueológico de una singularidad excepcional y de una potencialidad arqueológica enorme». El documento defiende que «con toda probabilidad se trate de un área de fondeo, lo que podría relacionarse sin duda con la existencia del Portum Sucrone que relatan las fuentes clásicas al referirse a la desembocadura del río Júcar, y que hasta la fecha es de paradero desconocido».

De la magnitud del hallazgo se ha dado debida cuenta a la Jefa de Arqueología Subacuática, Asunción Fernández, así como a las autoridades municipales, con el alcalde Jordi Mayor a la cabeza.

"ALGO MÁS QUE UN SIMPLE CARGAMENTO"
El primer edil aseguró ayer que el hallazgo puede suponer «un hito no sólo para Cullera sino para la Comunitat Valenciana y España, ya que todo apunta a que los restos encontrados desvelan algo más allá de un simple cargamento perdido. De confirmarse la presencia del Portum Sucrone frente a las costas de Cullera, nuestra ciudad recibirá un empuje turístico importante». Al respecto, Mayor dejó claro que «vamos a luchar para que ese patrimonio se quede en Cullera y sea visitable».

Por último, el primer edil felicitó a los autores del hallazgo: «Su aportación a la historia de Cullera y su trabajo desinteresado por nuestra ciudad es impagable y nos sentimos muy orgullosos de todo lo que están realizando para recuperar nuestro fondo marino y el rico patrimonio que éste alberga».

Por su parte, Puig manifestó que un hallazgo de estas características es algo «sorprendente y único» y sostiene que probablemente es la primera vez que un instructor de buceo de la Comunitat Valenciana haya tenido la oportunidad de realizar un descubrimiento de estas características.

EN EL MUSEO DE CULLERA
El responsable del Centro de Buceo Delfín Cullera ha puesto a disposición del consistorio sus medios para ayudar en las prospecciones arqueológicas del hallazgo como ha hecho hasta la fecha en la extracción de cepos y estudios con la universidad de forma desinteresada a cambio de que lo encontrado se quede en el museo de Cullera.

Este descubrimiento, finalizaron desde el Ayuntamiento de Cullera, es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años y puede ayudar a averiguar, si no de forma definitiva, al menos con mayor precisión, dónde estaba Portum Sucrone, la ciudad romana más importante de la comarca de la Ribera y cuyo emplazamiento se han disputado históricamente Cullera, Albalat de la Ribera, Alzira y Sueca, si bien también es posible que el Portum (o Puerto) esté en Cullera y Sucro pudiera ubicarse en la misma ciudad o más hacia el interior.

(Fuente: Las Provincias / Manuel García)

7 de julio de 2016

Descubren una veintena de tumbas visigodas en Herrera de Pisuerga (Palencia)

Al menos tres de las tumbas contienen importantes ajuares funerarios. Algunos de los esqueletos contenidos en ataúdes de madera están bien conservados y permitirán recoger muestras de ADN para conocer la procedencia originaria de los habitantes meseteños.
Tumbas visigodas en Herrera de Pisuerga. FOTO: IE UNIVERSITY.
La Unidad de Arqueología de IE University ha descubierto al menos una veintena de tumbas visigodas de finales siglo VI y principios del VII durante los trabajos arqueológicos que están llevando a cabo en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga.

Estos importantes restos han salido a la luz durante los trabajos arqueológicos previos que exige la ley de Patrimonio de Castilla y León antes de que se acometa la ampliación del trazado de la calle Victorio Macho en Herrera de Pisuerga. Se trata de unas obras promovidas y ejecutadas por el ayuntamiento de la localidad palentina y la Unidad de Arqueología de IE University y cuentan con la colaboración del Instituto de Estudios Pisoraca.

Los enterramientos hallados ahora completarían los descubiertos a principios del siglo XX (1930-31) en la necrópolis visigoda de Herrera de Pisuerga, que ya fue documentada en los años treinta del siglo XX por el arqueólogo español Julio Martínez Santa-Olalla, cuyo estudio-memoria (1933), significó en su tiempo el mejor trabajo de documentación español sobre una necrópolis visigoda.

Hasta el momento, los arqueólogos de IE University, dirigidos por el doctor Cesáreo Pérez González, han hallado al menos una veintena tumbas que, según todos los indicios, formarían parte de una zona aún desconocida de la necrópolis visigoda de la ciudad de Herrera de Pisuerga, sin duda, uno de los cementerios visigodos más importantes de la Península Ibérica y mejor documentados del norte de España.

CONOCER EL ADN
“Estos nuevos restos arqueológicos descubiertos en Herrera de Pisuerga ayudarán a conocer el ADN y la procedencia originiaria de estos pobladores meseteños y enriquecerá el conocimiento de esta necrópolis”, afirma Cesáreo Pérez, que subraya que “los nuevos datos permitirán la puesta al día de las investigaciones ya iniciadas en la ciudad de Herrera de Pisuerga por la Unidad de Arqueología de IE University”.

Los arqueólogos señalan que algunos de los esqueletos, descubiertos en cajas funerarias de madera, se encuentran en buen estado, mientras que otros restos óseos recuperados presentan un peor estado de conservación. Algunas de estas tumbas, al menos tres de ellas, contienen importantes ajuares funerarios; “esto revela la importancia del hallazgo y corrobora el uso de dicho espacio urbano como cementerio”, señala Pablo Arribas, miembro de la Unidad de Arqueología.

NUEVOS ENTERRAMIENTOS
Los especialistas de la Unidad de Arqueología de IE University y del Instituto de Estudios Pisoraca no descartan el hallazgo de nuevos enterramientos a medida que avancen los trabajos. En este sentido, proseguirán con la excavación en esta zona con el fin de documentar todos los restos localizados para su posterior análisis, estudio, conservación y divulgación.

Herrera de Pisuerga, cuyo yacimiento arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1993, posee un importante legado prehistórico, romano, visigodo y medieval. En esta ciudad palentina fue donde la Legión IV Macedónica se asentó entre los años 19 a.C. al 39 d.C., y durante la época romana, Herrera de Pisuerga fue un importante núcleo de población en la meseta conocido con el nombre de Pisoraca, ciudad origen y final de vías romanas como nos dicen los miliarios de época de los emperadores Tiberio y Nerón, conocidos hasta ahora.

UNIDAD DE ARQUEOLOGÍA
La Unidad de Arqueología de IE University cuenta con una amplia y larga experiencia en la impartición de docencia especializada en sus áreas de conocimiento, como son la prehistoria, la arqueología clásica y medieval, la arqueología americana, la arqueología industrial y la arqueología de la arquitectura. La Unidad de Arqueología elabora y ejecuta excavaciones, proyectos, estudios y catalogaciones del patrimonio artístico-histórico e industrial. En sus proyectos, la Unidad cuenta con la colaboración de otros grupos de investigación de IE University, y de profesores y alumnos de distintas universidades, tanto españolas como extranjeras.

(Fuente: DYCIT)