google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

28 de junio de 2016

Recuperan el yacimiento de la Cueva de las Brujas de Benitachell (Alicante)

En el proceso han salido a la luz interesantes restos cerámicos y material constructivo de época ibérica hasta los primeros pobladores cristianos, destacando la presencia andalusí.  Abandonada a finales del siglo XIII pasó a convertirse en guarida de bandoleros
El yacimiento fue localizado en 1987 en el Tossal Gros por Joaquin Bolufer.
La concejalía de Cultura de Benitachell apuesta por retoma las excavaciones de la Cueva de las Brujas y poner en valor el patrimonio arqueológico municipal. La primera fase de los trabajos ha sido conducida por los arqueólogos Miquel Sánchez y Josep Ahuir, y se ha centrado en la limpieza del área con seguimiento arqueológico ya que la cueva se hallaba cubierta de maleza.

En el proceso han salido a la luz interesantes restos cerámicos y material constructivo que se enviarán al Museo Arqueológico de Jávea, donde se unirán a los hallazgos de excavaciones anteriores. “En este yacimiento tenemos presentes algunas de las culturas que han pasado por este municipio, desde los íberos hasta los primeros pobladores cristianos, destacando la presencia andalusí. Su recuperación nos puede decir muchas cosas de la vida cotidiana de nuestros ancestros” ha apuntado Manolo Segarra.
La cueva, que formaba parte de la alquería del Abiar y cuya primera ocupación data de cerca de 2200 años, fue utilizada como corral y vertedero en el periodo ibérico, romano y andalusí. Las excavaciones del 2001 ya sacaron a la luz interesantes hallazgos como cerámicas ibéricas pintadas, sigillatas y otras importadas de la zona de la Campania italiana. Entre ellas cabe destacar una pieza completa de cerámica íbera. Está en el Museo Arqueológico de Jávea y aparece también en el cartel promocional del yacimiento.


El yacimiento fue localizado en 1987 en el Tossal Gros por Joaquin Bolufer. Según la historiografía local, a finales del siglo XIII, ya abandonada, pasó a convertirse en la guarida perfecta de bandoleros. La leyenda también sugiere que los contrabandistas ahuyentaban a la gente haciéndoles creer que allí habitaban brujas. Para ello derramaban azufre que producía misteriosas llamas alrededor de la cavidad. Sería, por tanto, el miedo lo que llevó a los habitantes de El Poble Nou de Benitatxell a llamarla “Cova de les Bruixes”.

RUTAS GUIADAS
Cuando finalicen los trabajos arqueológicos, la cueva se abrirá por primera vez en la historia al público. Se creará, además, un espacio de interpretación y divulgación de una cueva que, como una cápsula del tiempo, puede ayudar a comprender la vida cotidiana de nuestros ancestros. De momento, desde el departamento de Turismo se han organizado unas rutas guiadas hasta la entrada. Comenzarán este mismo viernes, 1 de julio, a las 18:30. Con todo, la ruta guiada histórica y etnológica de la Cova de les Bruixes, se unirá este año al interesante programa de rutas estival que incluye la Ruta de los Acantilados y la de Terra del Moscatell. Las reservas deberán realizarse en el departamento de Turismo o llamando al teléfono 966493646.

(Fuente: Xábia al día)

27 de junio de 2016

Los trabajos arqueológicos en el castro detectan nuevas cabañas y restos de cerámica, en A Guarda (Pontevedra)

La intervención en el castro de Montealegre se está realizando en un área marginal del yacimiento, ya que la parte más importante no está afectada por los trabajos de ampliación del corredor. En 2004, con motivo de la construcción del corredor y de los dos túneles existentes, se documentaron al menos 8 cabañas.
Los trabajos de conservación pretenden salvar el yacimiento del desdoblamiento de una carretera.
Un equipo de 18 personas, dirigidas por el arqueólogo Miguel Ángel Vidal Lojo, trabaja desde el pasado 12 de mayo en la excavación del castro de Montealagre, en A Guarda (Pontevedra), para su protección, con motivo de las obras de ampliación del Corredor do Morrazo, en cuya construcción hace más de diez años, ya se salvó este yacimiento con un túnel que ahora se va a desdoblar por el margen que da al mar.

Lojo señala que los trabajos consisten en la excavación de toda la superficie que ocuparán las futuras boquillas del nuevo túnel proyectado y se estima que se prolonguen a lo largo de tres meses y medio "aunque todo dependerá de los restos arqueológicos que vayan apareciendo", señala el arqueólogo.

Aunque es prematuro para aventurar resultados, ya que el trabajo se encuentra en una fase incipiente, "todo parece indicar que se localizará alguna cabaña y material arqueológico asociado a estos espacios de habitación, como restos de cerámica fundamentalmente y piezas de otro tipo: objetos de piedra, metálicos..., de hecho algunos de estos materiales ya se están detectando". Ya cuando se realizó la otra excavación en 2004, con motivo de la construcción del corredor y de los dos túneles existentes, se documentaron al menos 8 cabañas , lo que abre muchas posibilidades para una futurible excavación y recuperación: "Además se localiza en un enclave fantástico desde un punto de vista paisajístico con unas vistas imbatibles a la ría de Vigo".

CASTRO "DE MUCHA ENTIDAD"
Reconoce que se trata de un castro de "mucha entidad" y que la intervención se está realizando en un área marginal del yacimiento, ya que la parte más importante no está afectada por los trabajos de ampliación del corredor.

El arqueólogo considera que la solución del túnel sí reduce la afección sobre el castro y salvaguarda lo más significativo del yacimiento " a su vez, la zona afectada objeto de intervención y estudio, se convierte en una oportunidad para conocer más sobre este yacimiento".-

Lojo ha dirigido multitud de proyectos de excavación, sondeos y seguimientos en obra civil, fundamentalmente en grandes obras de carreteras o de ferrocarril, además de otro tipo de responsabilidades como arqueólogo de la oficina de rehabilitación del casco histórico de Muros, compromisos que compagina con la investigación en forma de diferentes publicaciones, colaboraciones en libros y artículos.

(Fuente: Faro de Vigo)

24 de junio de 2016

Sale a la luz un complejo alfarero romano en Málaga

Se han encontrado dos hornos de alfarería de la época romana y un habitáculo para almacenar las piezas de cerámica. De momento no se ha determinado el destino de los restos.
Algunos de los hornos ya han sido cubiertos con geotextiles. FOTO: FERNANDO GONZÁLEZ.
El resultado de las excavaciones arqueológicas que se desarrollan desde hace meses en la parcela que ocuparon las naves de Citesa, junto al paseo de Martiricos, donde está prevista la construcción de un edificio de 80 VPO (primera fase de un total de 224), ha dado un giro inesperado en las últimas semanas. Los arqueólogos han encontrado restos de lo que parece una industria alfarera de la época romana en este enclave, por lo que la Consejería de Cultura, que hasta ahora había autorizado la documentación y retirada de los hallazgos, fundamentalmente vestigios de antiguas huertas, está analizando el modo de proceder con este descubrimiento.

Así lo confirmó la delegada territorial de Cultura, Monsalud Bautista Galindo, quien apuntó que se han encontrado dos hornos de alfarería de la época romana y un habitáculo para almacenar las piezas de cerámica que se fabricaban en este lugar. «Estamos en conversaciones con la promotora para ver qué decisión se toma respecto a estos restos. Se trata de una industria alfarera de la época romana», señaló la delegada.

En el mismo sentido, desde la promotora, la empresa Espacio Medina, indicaron que las excavaciones arqueológicas han finalizado pero aún se desconoce qué resolución es la que va a tomar Cultura respecto a los hornos romanos encontrados. «Se está lavando la cerámica que se ha encontrado y estamos a la expectativa de lo que decida la consejería», expusieron fuentes de la promotora, que reconocieron que, ante esta tesitura, la obra está «ralentizada». Así, detallaron que han podido realizarse los muros-pantalla que delimitarán las plantas de sótano del edificio en sus laterales este y oeste, pero no así en el norte y el sur, para no interferir con las tareas de los arqueólogos, que en los últimos días se han centrado en la limpieza de los restos encontrados.

CIMIENTOS DE CITESA
Desde Espacio Medina confían en que, en un breve espacio de tiempo, se pueda aclarar el destino de los restos y, con la autorización de Cultura, seguir adelante con la construcción del edificio. Asimismo, aclararon que algunos de los restos que han salido a la luz, como unos pilares de sección circular, no corresponden a épocas de siglos pasados, sino que formaban parte de los cimientos de Citesa.

Las excavaciones en estos suelos de Martiricos, que además del edificio de VPO albergará un parque, han sido realizadas por la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas. Semanas atrás, su responsable, Ana Arancibia, ya avanzó que habían encontrado restos un horno que demuestra actividad alfarera en esta parte de la ciudad desde el siglo II antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo. Según indicó esta experta arqueóloga, podría tratarse de una especie de industria para producir en este lugar ánforas con las que transportar vino y aceite que venían desde el interior en odres de cuero. El río Guadalmedina podría ser navegable en la época romana hasta este punto, lo que facilitaría el transporte de las ánforas. Han aparecido restos de algunas de ellas que han sido retirados para su restauración y catalogación. Además, también es posible que estos hornos, retirados de lo que era la ciudad, sirvieran para fabricar tejas y ladrillos.

(Fuente: Diario Sur / Jesús Hinojosa)

23 de junio de 2016

Un terremoto dejó a los fenicios sin casa en el Cabezo del Estaño de Guardamar (Alicante)

La actividad sísmica debió producirse en el primer tercio del siglo VIII a.C. y motivaron que la población se desplazara hasta La Fonteta.
La excavación arqueológica la están llevando a cabo varios licenciados y alumnos del Máster de Arqueología de la Universidad de Alicante y de la Universidad de Murcia. FOTO: TONY SEVILLA.
Los arqueólogos que dirigen la nueva excavación en el yacimiento del Cabezo Pequeño del Estaño de Guardamar trabajan con la hipótesis de que durante el primer tercio del siglo VIII a.C. se registraron uno o varios terremotos que causaron numerosos destrozos y que motivaron que la población se desplazara hasta el yacimiento de La Fonteta, en la misma localidad.

Según explicó ayer el director del Museo Arqueológico de Guardamar, Antonio García, los indicios apuntan a que en un momento determinado las estructuras defensivas que bordeaban el poblado y ciertas casas se vinieron abajo, probablemente por la actividad sísmica. Aunque se pusieron refuerzos laterales, siguió habiendo problemas estructurales y algunas de las edificaciones se vinieron abajo. También hay que tener en cuenta la inestabilidad del suelo, formado principalmente por areniscas. Los investigadores creen que cuando empezaron a tener tantos problemas es posible que los pobladores dejaran la zona originaria para desarrollar actividades metalúrgicas y trasladaran sus casas a la otra zona. Ahora se ha encontrado una vivienda de planta circular ovalada con bancos de arcilla adosados a los muros y ánforas y vasos cerámicos que probablemente servirían para contener agua. A este respecto, no descartan la próxima aparición de hornos ligados a esa actividad con los metales.

La excavación arqueológica la están llevando a cabo varios licenciados y alumnos del Máster de Arqueología de la Universidad de Alicante y de la Universidad de Murcia, junto con voluntarios de Guardamar y de Torrevieja. El promotor de dichos trabajos es el Ayuntamiento de Guardamar, quien subvenciona los gastos de la actuación. Los trabajos arqueológicos se enmarcan en un proyecto conjunto entre la Universidad de Alicante y el Museo Arqueológico del municipio.

MURALLA DE CASAMATAS
La actividad se retomará en otoño y los restos encontrados se someterán a un proyecto de consolidación y restauración para preservar el yacimiento de cara a su posterior puesta en valor ligado al turismo cultural. El Cabezo Pequeño del Estaño es a día de hoy el único poblado con murallas de casamatas de origen fenicio en la península ibérica, con una cronología que se remonta al primer tercio del siglo VIII a.C., dentro de la fase arcaica de la colonización fenicia del territorio español.

22 de junio de 2016

Taladran murallas del siglo XV para un espectáculo en la Alcazaba de Almería

La Junta admite la gravedad pero culpa a la empresa, que hizo decenas de grandes agujeros en las paredes. En Mérida intentaron convertir el anfiteatro romano en una pista de pádel, esto sin embargo, va a más.
Las murallas del tercer recinto de la Alcazaba, declarado Bien de Interés Cultura (BIC). FOTO: VOXPOPULI.
Los operarios debieron de pensar el pasado viernes que el fuerte viento que sopla habitualmente sobre la Alcazaba de Almería podría echar abajo el escenario, las gradas y los aparatos de iluminación para los espectáculos de las jornadas de teatro del Siglo de Oro que se van a celebrar en este monumento los próximos días. De ahí que, ni cortos ni perezosos, y sin ningún arqueólogo o técnico que controlase su trabajo, los operarios de la empresa encargada de instalar el escenario apostaron por taladrar las murallas y paredes del siglo XV del Patio de Armas, situado en el tercer recinto de la Alcazaba, para sujetar con firmeza la estructura.
  • Al frente de los trabajadores se encontraba un capataz de la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales. Testigos presenciales de los hechos apuntan que los operarios llegaron desde Sevilla.
Justo después de que la directora del monumento abandonara el recinto, grandes taladros se introducían en la piedra en decenas de ocasiones, practicando agujeros de cinco a diez centímetros de profundidad en algo que, como sostiene la Asociación de Amigos de la Alcazaba, puede considerarse un delito contra el patrimonio cultural, histórico y artístico.

De hecho, la propia Junta ha llegado a presentar denuncias en otras ciudades por hechos similares. Lo hizo, por ejemplo, en 2010, cuando denunció al Ayuntamiento de Granada cuando colocó toldos para el sol en las inmediaciones de la Catedral.

La directora fue informada de los hechos el sábado por la mañana, y el delegado de Cultura en Almería, Alfredo Valdivia, pudo ser testigo directo del destrozo realizado esa misma noche, cuando en el recinto se celebró una gala contra el cáncer.

Sin embargo, Valdivia dijo ayer que la Junta no ha sabido nada de las perforaciones hasta el lunes, precisamente cuando el asunto empezó a darse a conocer a través de las redes sociales. Es más, hasta el lunes no se personó en el lugar ningún técnico para confirmar los daños causados.

Según Valdivia, el lunes, una vez que la directora tuvo conocimiento de que «la empresa no había hecho las obras según la documentación que ella iba teniendo, inmediatamente llamó a la Delegación y se cursó una visita de inspección». A continuación, añadió, el lunes se visitó a la empresa para que restituyese al estado original los muros de la Alcazaba.

Algo que, según técnicos consultados, no será tan fácil como apunta el delegado, quien comunicó que esperaba que los trabajos se hicieran ayer mismo. Eso sí, Valdivia reconoció que no se podían permitir estos hechos «en ningún monumento ni bajo ningún concepto», aunque no reveló que al frente de los trabajos estuviera un capataz de una empresa de la Junta.

NO HAY ARQUEÖLOGO
Una de las claves para que hechos tan graves como estos puedan producirse en la Alcazaba de Almería es que el monumento, a pesar de su alto valor histórico y artístico, no cuenta ya 'en nómina' con ningún arqueólogo o técnico que pueda controlar este tipo de trabajos, de lo que sí disponen espacios como la Alhambra.

Y es que la Junta decidió eliminar la plaza de arqueólogo que tenía desde enero de 2015. Igualmente preocupante es el hecho de que la Alcazaba no disponga siquiera de unas normas de uso, como tiene la Alhambra, que obligue a que, para realizar cualquier trabajo, esté presente un arqueólogo o técnico que lo supervise.

21 de junio de 2016

Convenio sin plazos ni dinero para rescatar Ategua (Córdoba)

El convenio no tiene dotación presupuestaria alguna, sino que funcionará mediante «convenios específicos» en los que estarán presentes todas las instituciones.
Vista aérea del yacimiento de Ategua, a 30 kilómetros de Córdoba. FOTO: DIARIO CÓRDOBA.
La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la Diputación, el Ayuntamiento, la Universidad de Córdoba y la Asociación Cultural de Amigos de Ategua firmaron ayer un protocolo general de colaboración para el impulso de la investigación y puesta en valor de Ategua y el apoyo e impulso de actividades de investigación y puesta en valor del patrimonio histórico en el enclave arqueológico. Tras la firma, la consejera de Cultura, Rosa Aguilar aseguró que este protocolo "abre una etapa nueva para Ategua, un nuevo tiempo lleno de seguridad y certeza", ya que supone la puesta en marcha de una serie de iniciativas que, según la consejera, "vamos a desarrollar con convenios específicos y que culminarán cuando la ciudadanía pueda visitar y disfrutar de Ategua".

A pesar de que este protocolo no especifica acciones concretas y carece de un presupuesto determinado, la Junta indicó que "establece el inicio de una línea de colaboración, intercambio de información y experiencias, impulso de actividades, investigaciones de interés mutuo, jornadas, proyectos y publicaciones encaminadas a la realización de proyectos o actuaciones de cooperación que favorezcan acciones de desarrollo basadas en la conservación, investigación, difusión y puesta en valor del patrimonio histórico en el enclave arqueológico de Ategua". Así, las actuaciones derivadas del desarrollo de estos objetivos y su financiación "serán definidas en futuros convenios específicos".

Aguilar mostró su agradecimiento expreso a la Asociación Cultural de Amigos de Ategua "por su trabajo y compromiso a lo largo de los años, que ha hecho posible que Ategua se mantenga viva y activa", así como a los vecinos del barrio de Santa Cruz.

20 de junio de 2016

Documentan un claustro gótico olvidado en el centro de Santiago de Compostela

Se trata de un claustro gótico de finales del siglo XIV y principios del XV que está conectado con la catedral y permanecía oculto entre las casas parroquiales de Santa María Salomé y varios comercios de la Rúa Nova
La iglesia parroquial de Santa María Salomé, en el centro de la Rúa Nova de Santiago, era conocida hasta ahora por su portada con las imágenes de la Virgen de la Leche y la Anunciación; por los ángeles con gafas en uno de sus retablos barrocos; por su campanario modelo San Fiz de Solovio; incluso por su puerta principal pintada en tiempos recientes de un atípico color azul. A partir de ahora lo será por albergar en su conjunto arquitectónico un claustro gótico del que se conservan parte de las arcadas.

Algunos de los arcos eran de conocimiento público porque estaban a la vista, cuatro de ellos en un local que fue bar y al menos otros tres en sendas tiendas sitas en los números 29 y 31 de la Rúa Nova, junto a la iglesia. Pero es a raíz de unas obras de rehabilitación de una vivienda ubicada sobre el antiguo bar Los Porches, ya cerrado al público en la parte posterior del conjunto, cuando empiezan a descubrirse, el pasado mes de marzo, nuevos elementos que sustentan la tesis de que el edificio perdido era un claustro gótico de finales del siglo XIV y principios del XV.

La investigación dirigida por el arqueólogo José Suárez Otero ha atraído ya la atención de especialistas españoles y extranjeros, y el interés de las administraciones que habrán de decidir con el Arzobispado de Santiago, propietario del conjunto, el futuro de la intervención. Suárez Otero, profundo conocedor de la Compostela medieval y de la Catedral, donde desarrolló gran parte de su trayectoria profesional, presentó ayer la investigación de Santa María Salomé mediante una conferencia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.


«Todo el mundo hablaba de los arcos, pero nadie del claustro»,explica el arquitecto Ricardo Sáez, encargado de la obra de rehabilitación origen de los nuevos hallazgos. Sáez narra con entusiasmo cómo al empezar abrir muros ruinosos afloraron restos que, analizados por el arqueólogo, hilvanan un relato coherente producto de una unidad de diseño y de construcción. Primero un muro de entramado con ladrillos del siglo XVIII, sillares góticos con restos de policromía, un dintel gótico, una dovela, una piedra con inscripción, incluso un dintel con dos leones rampantes y una cruz patada, parte de un tímpano gótico que se encontraba en la fachada del edificio, adornando el portal junto al bar. Había muchas evidencias, pero hasta ahora no se habían investigado en profundidad y con una visión de conjunto. Uno de los arcos de la tienda de bisutería adosada a la iglesia de Salomé tiene una flor de lis, y dentro del templo también hay restos muy visibles, como el salmer de otro arco decorado en la capilla de San Andrés e indicios de lo que fue el suelo del propio claustro.

Este recinto gótico tendría una extensión aproximada de 400 metros cuadrados, delimitado en cada uno de sus lados por lo que hoy son la iglesia, las casas parroquiales, la sacristía y las dos tiendas de la rúa Nova. Al patio se accede desde la iglesia. Actualmente es una huerta en cuyos laterales se aprecian arcos, sus bases, cornisas y dovelas. Una de las partes más llamativas por su belleza es el conjunto de canecillos que debieron estar en el tránsito de la iglesia al claustro y que más tarde, en la transformación del románico al barroco, fueron recolocados bajo la cubierta del templo, en el lado que da al patio. Son hermosas esculturas en piedra, principalmente representaciones de animales.

  • Quién lo mandó construir y por qué estuvo en pie solo dos siglos es el misterio por descubrir
La iglesia de Santa María Salomé, primero románica y finalmente barroca, fue el centro de un conjunto de edificios en el que el claustro gótico tuvo una vida corta. Uno de los misterios que deberá descubrir la investigación arqueológica es quién lo mandó construir, con qué finalidad y el motivo de que estuviera en pie apenas dos siglos, hasta finales del XVI.

Esta falta de datos históricos en torno al claustro gótico contrasta con los existentes de los orígenes de la propia iglesia, que fue construida bajo mecenazgo de Gelmírez y fundada por Pelayo Abad. También está ampliamente documentada a partir de ese momento por su condición parroquial.

Sin embargo, «solo hay menciones difusas sobre la existencia de todo lo demás; menciones, por otra parte, únicamente referidas al proceso de su desaparición a finales del siglo XVI». Actualmente no hay más datos para una explicación histórica el claustro de Santa María Salomé que los restos que han empezado a salir a la luz, afirma el arqueólogo José Suárez Otero.

Una de las hipótesis respecto al claustro es que, al no estar documentada la existencia de una comunidad religiosa, pudo ser construido al mismo tiempo que un pequeño hospital que habría funcionado vinculado a la iglesia, pero no hay datos históricos al respecto: «Tampoco se ha reconocido ningún hospital de esas dimensiones y en ese lugar entre los muchos que poblaron Compostela en la Baja Edad Media».

Este fue uno de los temas abordados ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por Suárez Otero, que presentó los hallazgos de Santa María Salomé en una conferencia bajo el título Secretos de la Compostela medieval. Para el arqueólogo, es menos complejo sacar conclusiones sobre la construcción del claustro que su razón de ser asociado a una iglesia parroquial. Lo primero puede leerse en la tipología de los arcos, su decoración, las ventanas, la pintura mural también encontrada y los restos escultóricos. Aunque la investigación no ha hecho más que empezar, los técnicos no tienen duda de que el edificio es un claustro y que los hallazgos revelan complejidad arquitectónica.

Próximamente se realizarán catas arqueológicas en el suelo del antiguo bar Los Porches y la idea que se plantea ahora es abordar con posterioridad una excavación en el patio, pero esto deberá ser acordado entre la administración y el Arzobispado de Santiago.

17 de junio de 2016

Un yacimiento romano descubierto gracias a un puchero lleno de monedas en Lugo

Hace veinticinco años se produjo en una aldea de Chantada el hallazgo un puchero con 3.431 monedas romanas de bronce. Un estudio -todavía inédito- pone de manifiesto que el yacimiento de A Grade contiene probablemente los restos de una población relevante que incluiría una granja y una posada. El lugar está situado en el cruce de dos importantes vías romanas, la que iba de Lugo a Braga por Ourense y la que coincide con el trazado del Camino de Invierno.
En 1991 los especialistas calificaron de "tesoro de calderilla" el hallazgo de 3.500 monedas de bronce romanas. FOTO: ROI FERNÁNDEZ
Hace un cuarto de siglo, una sencilla obra de canalización de una traída de aguas en la aldea chantadina de Quintá -en la parroquia de A Grade- puso al descubierto uno de los más notables yacimientos arqueológicos del sur lucense. A finales de mayo de 1991, al abrir una zanja en aquellos trabajos, fue desenterrado un puchero de cerámica lleno de monedas romanas. Poco después, el 11 de junio, empezó en el lugar una intervención arqueológica de urgencia -que duraría cerca de un mes- en medio de la expectación de los vecinos.

Al principio no se dio mucha importancia al hallazgo y uno de los especialistas que participaron en el estudio lo calificó como «un tesoro de calderilla», según informó por aquellas fechas este diario. Pero una serie de catas arqueológicas que se practicaron poco después en siete fincas de la zona pusieron al descubierto algo de mucho mayor calado. Las monedas recuperadas, todas de bronce, fueron en total 3.431.Los arqueólogos estudiaron las veinticinco mejor conservadas, que fueron acuñadas en diferentes épocas del siglo IV y principios del V, durante los reinados de los emperadores Constantino I, Constancio II, Valentiniano I, Valente, Teodosio y Arcadio. La más antigua fue datada en el año año 324 y la más tardía, en el 402.

RESTOS DE CONSTRUCCIONES
En las excavaciones se pusieron al descubierto los restos de varias estructuras constructivas. Entre ellas se identificaron vestigios de viviendas -una de ellas con una lareira de gran tamaño- y una canalización de alcantarillado. También se encontraron numerosos fragmentos de cerámica y tégulas -tejas romanas de barro cocido-, utensilios domésticos, objetos de adorno y escorias de fundición de hierro. En el yacimiento apareció además una lápida dedicada a los lares viales, los dioses romanos de los caminos. Los materiales recuperados por entonces fueron depositados en el museo provincial lucense.

Desde aquella intervención de emergencia, en la zona no se realizó ninguna otra excavación, a pesar del gran interés que los especialistas ven en el yacimiento. El especial valor de este hallazgo es puesto de manifiesto en el estudio A cultura castrexa e galaico-romana no condado de Pallares -una obra todavía no publicada-, de los profesores Javier Gómez y Mar Neira, que llevó el premio de investigación Condado de Pallares en su última edición.

Gómez también habla de este conjunto arqueológico en un trabajo anterior, titulado Epigrafía romana de la provincia de Lugo. A su parecer, el yacimiento de A Grade contiene probablemente los restos de una población relevante que incluiría una granja y una posada. El lugar está situado en el cruce de dos importantes vías romanas, la que iba de Lugo a Braga por Ourense y la que coincide con el trazado del Camino de Invierno. La zona estuvo densamente poblada en la antigüedad, como lo prueba la presencia de siete castros en los alrededores.

  • En Pantón, la Xunta adquirió en la misma época una estela funeraria por 250.000 pesetas
El hallazgo del yacimiento de Quintá no fue el único acontecimiento arqueológico de relevancia que se produjo en el sur lucense en la primavera de 1991. Mientras se llevaban a cabo las excavaciones en la aldea chantadina, en la parroquia de Atán, en Pantón, se llegó a un acuerdo para la adquisición de una estela funeraria romana que había sido encontrada por un vecino de la localidad dos años antes.

La pieza arqueológica fue descubierta de manera fortuita cuando el propietario de la finca donde apareció estaba arando un terreno de uso agrícola. El hallazgo le produjo algún sinsabor, ya que por desconocer la legislación vigente sobre el patrimonio arqueológico -que después le fue explicada por funcionarios de la Consellería de Cultura- no comunicó el hallazgo a las autoridades durante los treinta días siguientes. Por ello, según le informaron, podría perder el derecho a cualquier gratificación e incluso incurrir en un delito.

No obstante, las negociaciones que entabló el dueño del terreno con los representantes de la Xunta llegaron a buen fin y dieron pie a un acuerdo que permitió a la administración autonómica adquirir la pieza por 250.000 pesetas. La estela fue trasladada más tarde al museo provincial, donde sigue depositada en la actualidad. La escultura fue examinada en su momento por el arqueólogo lucense Antonio Rodríguez Colmenero, quien la dató en el siglo IV y la calificó como de excepcional belleza. A juicio de este investigador, la pieza pudo haber salido de un taller escultórico ubicado en Lugo, en el que quizá también fue tallada otra importante estela funeraria descubierta en Vilar de Sarria.