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4 de octubre de 2013

El desplome de una iglesia en Sarria descubre unos murales del siglo XVI

El desplome de parte de la cubierta de la iglesia de Santa María da Pena, en Sarria (Lugo), ha dejado al descubierto un valioso hallazgo: unas pinturas murales que, según las primeras estimaciones, datarían de principios del siglo XVI.
El desplome obliga al traslado de los elementos que quedaban en la iglesia. Foto: Óscar Cela
Por ahora, el conjunto artístico ha quedado tapado por un plástico para que la lluvia no lo estropee. Sin embargo, la Diócesis ya ha puesto el hallazgo en conocimiento de Patrimonio y juntos estudiarán las medidas oportunas para recuperar los murales.


Actuaciones urgentes
Ante el desplome de parte de la cubierta del templo, el lunes por la noche, el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Lugo, César Carnero explica que son necesarias actuaciones urgentes, tanto para las pinturas murales como para los tres retablos barrocos, que desmontarán para su conservación en un lugar seguro de la Diócesis. También será necesario reparar la cubierta, un problema que no es nuevo.

La iglesia de Santa María da Pena se quedó sin culto hace unos años. El cementerio se quedó pequeño y los feligreses empezaron a utilizar el de la parroquia vecina y, de ese modo, cambiaron también el lugar de culto. De modo que este templo se quedó primero con una misa al mes, luego con una misa al año y finalmente con ninguna. El deterioro fue ganando terreno y desde la Diócesis pidieron ayuda a Patrimonio, sobre todo, pensando en preservar los retablos.

El problema es que, al tener tantas iglesias y capillas, se priorizan las actuaciones en los centros con culto, así que propusieron una solución provisional: desmontar la pizarra y colocar una cubierta metálica. Desde Patrimonio no autorizaron esta alternativa porque corría el riesgo de convertirse en definitiva. Lo que sí hicieron fue autorizar en junio un proyecto para restaurar la cubierta con técnicas y material tradicionales. Eso incluía la sustitución completa de las tablas y losas de la iglesia para evitar la entrada de agua, además de una limpieza superficial para garantizar una ventilación natural. Las obras no se llevaron a cabo debido a su elevado coste.

Hoy estudiarán los restos

Ayer mismo, los técnicos de la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural se reunieron con miembros de la Diócesis de Lugo para acordar medidas urgentes para proteger la iglesia y los bienes que alberga. Además, técnicos de la Consellería de Cultura se desplazarán hoy a Sarria para comprobar el estado de la iglesia y determinar otras medidas para su conservación. Desde la Xunta explicaron que se está preparando un informe sobre el estado del inmueble, que se presentará en la próxima comisión territorial de Patrimonio Histórico de Lugo.

La Xunta también recordó que los propietarios de bienes históricos, en este caso, la Iglesia, «están obrigados a conservar, coidar e protexer debidamente para asegurar a súa integridade e evitar a súa perda, destrución ou deterioro».

(Fuente: La Voz de Galicia / Laura López)

5 de septiembre de 2013

Encuentran restos del "León de las Cavernas" en el yacimiento de Cova Eirós (Lugo)

Se trata de una especie poco frecuente en esta zona. En el noroeste "no hay apenas" rastros de este animal.
En las excavaciones de este año han participado alumnos de las universidades de Santiago y Rovira Virgil (Tarragona).
Los arqueólogos que realizaron en las últimas semanas excavaciones en la Cova Eirós, en el municipio lucense de Triacastela, terminaron el trabajo de campo previsto para esta campaña con "un balance positivo", después de hallar abundante "herramientas líticas" y restos de fauna, con vestigios incluso del llamado "León de las Cavernas".

En esta última campaña, que se desarrolló durante el mes de agosto en la misma cueva donde hace un año fueron hallados los"primeros restos de arte parietal paleolítico" localizados en Galicia, en forma de "pinturas y grabados rupestres", han participado una docena de arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y de la 'Rovira y Virgill' (Tarragona).

En declaraciones a EFE, uno de los coordinadores de estas excavaciones, Arturo de Lombera, explicó que este año el trabajo de campo ha dejado "hallazgos menos vistosos", pero "muy interesantes", porque contienen "mucha información" y son "muy diagnósticos" de cara al estudio del paleolítico.

Alcanzan estratos del Paleolítico Medio

De hecho, en esta ocasión, el equipo de arqueólogos acabó de "excavar en los niveles del paleolítico superior, con unos 30.000 años de antigüedad", y ha conseguido alcanzar en toda la superficie del yacimiento los estratos de 80.000 años, que se corresponden con el paleolítico medio.

Entre los hallazgos, los investigadores han encontrado un buen número de herramientas líticas, labradas incluso con minerales "que no se encuentran en la zona", lo que demuestra que "neandertales, para hacer ese tipo de lascas, recorrían varios kilómetros para recoger materiales de buena calidad".

El "león de las cavernas" fué el mayor felino que existió
 hace 50.000 años. Foto: Zoo Tycoon 2

Marcas "de corte"
Además, aparecieron también vestigios de la fauna de la época, con "marcas de corte", que "indican que esos animales fueron cazados y consumidos por los humanos", y "restos del León de las Cavernas", a pesar de que "en el noroeste no hay apenas" rastros de la presencia de esa especie.

"Esos materiales se llevarán ahora a Santiago para ser estudiados", explicó Arturo de Lombera, para "sacar la mayor información posible de esos restos" y "preparar publicaciones" que llegarán a diferentes revistas de ámbito "internacional".

Las investigaciones que se están desarrollando en el entorno de la Cova Eirós, por parte de arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y de la 'Rovira y Virgill' (Tarragona), forman parte del proyecto "Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño".

Desde 2008, se han desarrollado, con la de este año, seis campañas de excavaciones en la cueva, y en la entrada ya se han localizado varios niveles de ocupación del Paleolítico Medio y Superior, con una antigüedad que oscila entre 85.000 y 35.000 años, así como restos de la Edad de Bronce y el medievo.

El director del proyecto es el historiador Ramón Fábregas, mientras que Arturo de Lombera y Xosé Pedro Rodríguez actúan como coordinadores de las investigaciones.

(Fuente: Faro de Vigo / EFE)

7 de junio de 2013

Una autovía pone en peligro el castro y la necrópolis de Coeses (Lugo)

Los elementos localizados durante las obras de la autovía Santiago-Lugo, han sido calificados como un "hallazgo excepcional", dado que "permiten comenzar a despejar" la "gran incógnita sobre lo que hacían los castreños con los muertos".
El tercer trazado planteado para la autovía pasaría por encima
de la necrópolis destruyéndola.
Foto: La Voz de Galicia.
Varios grupos culturales de la ciudad de Lugo han expresado su preocupación por el conjunto arqueológico singular localizado en Coeses (en el municipio de Lugo), en la zona de obras de autovía de Santiago, la A-54.

La excavación, realizada en una zona muy próxima al lugar en el que también se encontró un castro, ha sacado a la luz una estructura singular, nunca vista antes en Galicia y que guarda similitud con algunos yacimientos funerarios del norte de Europa.

Así, la asociación Cultura do País presentó una solicitud de información a la Dirección Xeral de Patrimonio y al Ministerio de Fomento para que se aclaren los planes respecto al hallazgo.

De su lado, la asociación cultural Lugo Patrimonio remitió un escrito a la Consellería de Cultura en el que reclama que la Dirección Xeral de Patrimonio que adopte las medidas necesarias para "garantizar la unidad" del conjunto.

"Un hallazgo excepcional"

La asociación muestra su "preocupación" por el futuro del "singular y extraordinario conjunto arqueológico" formado por el Castro Valente y la necrópolis de inhumación e incineración situada en la Chousa de Rodeiro. Estos elementos, localizados durante las obras de la autovía Santiago-Lugo, han sido calificados como un "hallazgo excepcional", dado que "permite a comenzar a despejar" la "gran incógnita sobre lo que hacían los castreños con los muertos".
  • De hecho, según los expertos citados por Lugo Patrimonio, ambos elementos constituirían un único hallazgo arqueológico, que, de continuar las obras por el trazado actual, "quedaría dividido en dos partes", el Castro de Valente por un lado y la Chousa por otro, "y la autovía por el medio, destruyendo la necrópolis de inhumación", censuran.
Castro y necrópolis
Lugo Patrimonio explica que el yacimiento de Coeses está formado por un castro (Castro de Valente), un recinto circular cerrado mediante un parapeto (Chousa do Rodeiro o Chousa do Castro) y una necrópolis de inhumación. Señala que los tres elementos citados probablemente constituyen un único yacimiento. El castro -recuerda- estuvo a punto de desaparecer debido a las obras de la autovía, pero se salvó al cambiar el trazado. Añade: «A Chousa do Rodeiro é un sitio arqueolóxico único, composto por un recinto circular que mide uns 60 metros de diámetro e está defendido por un parapeto. Neste recinto apareceron unhas grandes olas de cerámica, con posibles restos de incineracións, que constituirían os primeiros enterramentos deste tipo que se coñecen en Galicia». El segundo trazado -señala- afectaba a la necrópolis, y, como se trata de un hallazgo excepcional, Fomento decidió otro cambio.

Enterramientos

Entre los dos ámbitos reseñados, los arqueólogos -indica Lugo Patrimonio- hallaron una necrópolis de inhumación. Explica: «Trátase dun espazo delimitado por gabias e alineacións de pedras no que se atopan unhas cavidades circulares de aproximadamente 1,5 metros de diámetro. Os arqueólogos aseguran que estas cavidades son enterramentos de inhumación, aínda que non se conservan restos óseos debido á acidez do solo. Si se atoparon, en cambio, olas de cerámica que formarían parte do enxoval funerario». El tercer trazado de la autovía, el actual -dice- pasa sobre la necrópolis y la destruirá. De ahí la petición de la citada asociación a la consellería para salvar «un patrimonio que ten máis de 3.000 anos».

21 de marzo de 2013

Descubierta una mina de oro romana en Lugo

Se trataría del aurífero romano más grande de Galicia, y el único conocido que lavaría el metal precioso no en dirección a un río, sino a una ría. El yacimiento puede llegar a ocupar 150 hectáreas. Es el primero de estas características que aparece en A Mariña, entre Foz y Barreiros.
"Pepitas" de oro extraídas actualmente de las arenas del río Miño
 en Salvaterra por la empresa "Áridos do Mendo".
FOTO: La Voz de Galicia / Óscar Vázquez
Las jornadas micológicas dan a veces frutos inesperados. Sobre todo cuando el amante de las setas sabe leer los mensajes ocultos bajo los montones de piedras y las formas onduladas del terreno, que no acostumbran ser caprichosas. En A Mariña coincide que hay varios de estos aficionados al níscalo y el cantarelo que además son capaces de emocionarse ante un petroglifo, una mámoa o lo que podría parecer el parapeto de un castro.

La última vez, en Foz, cesta de mimbre en mano, lo que creyeron toparse dos de estos vecinos de la comarca lucense fue precisamente eso, un parapeto y el consiguiente foso. Pero pasó que después de este foso se levantaba otro parapeto, seguido nuevamente de un foso, y de otro parapeto y otro foso. Parecía una sucesión eterna. La fortificación semejaba excesiva, imposible, y entonces Manuel Miranda, que era precisamente uno de los dos colectores de setas, se llevó la duda a casa tras la excursión. Y no se le ocurrió mejor cosa, a quien también ejerce de portavoz del colectivo Mariñapatrimonio, que empezar a despejar su intriga repasando la toponimia de la zona.

Toponimia referida al agua

Rego Grande, Pozo Mouro, Quebradoiro, Cal, Furada, Piego, Meixador, por la banda de Foz. Lagoa, Covas y Carral, ya al otro lado del límite municipal, en el ayuntamiento de Barreiros. “Nos dimos cuenta de que muchas de estas palabras hacían referencia al agua, a las conducciones, a los pozos, y que eso tenía que indicar algo”, explica Miranda. “Cal es canal; Piego es piélago, que en castellano tiene también la acepción de estanque; Meixador es, según algunos estudiosos de la toponimia, un lugar por donde se vierte agua; Carral es, entre otras cosas, un lugar con surcos que recuerdan el rastro de las ruedas de los carros”.

Los miembros de Mariñapatrimonio, un grupo que en el último lustro ha informado a la Xunta de numerosos hallazgos arqueológicos que nadie antes había identificado, comprobaron que aquella extraña estructura de fosos y parapetos encontrada en el lugar de A Espiñeira (Foz) tenía su continuidad en la vecina zona de As Covas, al borde de la ría, en Barreiros. Y descubrieron otros signos, como unos montículos de cantos rodados que bien podían ser murias, las escombreras que dejaban a su paso los romanos después de explotar una mina. 

Fotografía aérea del año 1956
Fotografía aérea de 1956 que ayudó a limitar la zona de la mina.
Las fotos aéreas que consultaron en Internet no ayudaban mucho. La zona está repoblada con pinos y eucaliptos que apenas dejan ver el suelo desde el cielo. Hasta que, buscando con paciencia, se toparon con imágenes en blanco y negro, del año 56. Ahí la vegetación todavía no había crecido, y el terreno aparecía dibujado de surcos que desembocaban en otros canales más grandes, ladera abajo.

Por entonces, y ya con la sospecha de que aquello se trataba de una mina, habían telefoneado al arqueólogo Santiago Ferrer, uno de los mayores expertos gallegos en yacimientos romanos, que dirige en Bande la excavación del campamento militar de Aquis Querquennis siempre que lo permite el nivel de las aguas (las ruinas duermen buena parte del año sumergidas en el embalse de As Conchas). Según Miranda, cuando le enviaron la vieja foto aérea, la respuesta de Ferrer fue rotunda. No cabía duda de que se trataba de una mina de oro romana, con canales, balsas y depósitos para el lavado y la decantación del mineral. 

Primera mina de oro en A Mariña
Nadie antes había sospechado que en A Mariña se hubiese extraído oro. Es la primera mina que aparece, y según Mariñapatrimonio, a juzgar por las estampas aéreas, podría alcanzar unas dimensiones enormes: 150 hectáreas de terreno repartidas entre Foz (50 hectáreas) y Barreiros (unas 100). Efectivamente, si así fuese, se trataría del aurífero romano más grande de Galicia, y el único conocido que lavaría el metal precioso no en dirección a un río, sino a una ría.

Pero el arqueólogo, que visitó el lugar con miembros de Mariñapatrimonio y el alcalde de Foz, es cauteloso. Según él, lo que de momento se puede decir de este yacimiento es que se encuentra en buen estado de conservación y que es “novedoso”, porque “nadie imaginaba que pudiera existir”. Miranda añade que esta mina, “una obra de ingeniería bestial”, podría explicar la abundancia de castros en la zona. Alrededor hay registrados 20 asentamientos que pudieron haber surgido para alimentar de mano de obra el filón. Se supone que los técnicos que dirigieron la construcción del complejo sistema de canales y compuertas eran ingenieros de la Legio VII Gemina, es decir, de León. La mina era propiedad de Roma, y los pobladores castrexos pagaban los impuestos al Imperio con su trabajo y las pepitas de oro que con él obtenían.

La actividad pudo llegar a extenderse, como en el resto de las minas romanas, del siglo I al III. “Entonces, todas se abandonaron”, ilustra Santiago Ferrer. “Se cree que en algún momento se dio una fluctuación en el precio del mineral. Bajó mucho y ya no interesaba... No, no fue porque se acabase el oro. El oro todavía sigue estando”.

(Fuente. El País / Silvia R. Pontevedra)

22 de agosto de 2012

Descubren en Cova Eirós las primeras pinturas rupestres de Galicia

Los investigadores han logrado documentar "líneas que dibujan motivos figurativos", como segmentos o cabezas de animales. También han apreciado la presencia de elementos "no figurativos", como "signos de puntos o grabados reticulados", que también aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico.
Parte de las pinturas halladas en Cova Eirós,
 y su representación gráfica (abajo).
Los trabajos arqueológicos desarrollados en Cova Eirós, en Triacastela (Lugo), han propiciado el descubrimiento de los "primeros restos de arte parietal paleolítico" del noroeste, en forma "de pinturas y grabados rupestres". El resultado de la investigación ha sido presentado esta mañana en Triacastela por el conselleiro de Cultura de la Xunta, Xesús Vázquez Abad, acompañado por el rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Juan Casares e integrantes del equipo responsable de los trabajos arqueológicos.


"Todavía estamos a la espera de confirmar las sólidas hipótesis presentadas con los resultados de pruebas como las de fecha radiocarbónica', explicó el conselleiro, pero también recordó que 'el excelente nivel científico del equipo multidisciplinar que se ocupa de las intervenciones arqueológicas, permitirá contar con información precisa y fiable". Uno de los coordinadores de estas excavaciones, Arturo de Lombera, recordó que la principal implicación de este hallazgo arqueológico es el hecho de que se trata "de la primera cueva en todo el noroeste peninsular" donde se han encontrado este tipo de manifestaciones de arte rupestre paleolítico, dado que las más próximas están en el centro de Asturias y en la zona del Duero. 

"Durante la campaña de excavaciones del año pasado encontramos indicios de lo que parecían pinturas y grabados en el interior de la Cova Eirós, por lo que, a lo largo de este año, estuvimos haciendo una serie de trabajos analíticos y estudios descriptivos para confirmar la presencia de arte rupestre prehistórico", explicó Arturo de Lombera.

El investigador confirmó que la campaña de excavaciones continuará este año hasta el día 9 de septiembre, por lo que todavía quedan por delante tres semanas de trabajo, para seguir profundizando en el conocimiento del sector de la entrada y en el interior de la cavidad, donde aparecen los grabados, para buscar nuevos "vestigios arqueológicos relacionados con esas pinturas rupestres".

Con respecto a los motivos de las pinturas encontradas en la Cova Eirós, el coordinador de las excavaciones reconoció que están muy difuminados, a causa del agua, el paso del tiempo o la formación de depósitos naturales de sedimentos que pueden tapar parte de las imágenes.

"Los motivos no son muy evidentes, ni tan característicos como los que estamos acostumbrados a ver en arte rupestre del Cantábrico", aclaró, aunque los arqueólogos de la expedición, en la que participan catorce personas, han logrado documentar "líneas que dibujan motivos figurativos", como segmentos o cabezas de animales. Los expertos también han apreciado la presencia de elementos "no figurativos", como "signos de puntos o grabados reticulados", que también "aparecen en el arte paleolítico de otras cuevas del Cantábrico".

Las investigaciones que están desarrollando en el entorno de la Cova Eirós arqueólogos de las universidades de Santiago de Compostela y Rovira i Virgili (Tarragona) forman parte del proyecto 'Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno en la cuenca media del Miño'.

Desde 2008 se han desarrollado, con la actual, cinco campañas de excavaciones en la cueva, y en la entrada ya se han localizado varios niveles de ocupación del Paleolítico Medio y Superior, con una antigüedad que oscila entre 35.000 y 85.000 años, así como restos de la Edad de Bronce y el medievo.

El director del proyecto es el historiador Ramón Fábregas, mientras que Arturo de Lombera y Xosé Pedro Rodríguez actúan como coordinadores de las investigaciones.

(Fuente: Agencias)

8 de agosto de 2012

La exploración de Cova Eirós avanza hacia dentro del monte

Los arqueólogos estudiarán zonas de la gruta no examinadas hasta ahora.
Boca del túnel de acceso a la parte más profunda de la cueva,
todavía no investigada. Foto: Alberto López.
El día 13 comenzará la quinta campaña anual de excavaciones en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós (Triacastela, Lugo), en la que está previsto estudiar por primera vez la parte más profunda de la gruta. En esta zona no se espera encontrar rastros de ocupaciones de tipo doméstico, pero sí podría contener otros materiales arqueólogicos de un carácter diferente a los hallados hasta el momento.

Las excavaciones en Cova Eirós se limitaron por ahora al sector de la entrada de la cueva, una cavidad abovedada de una veintena de metros de longitud por cuatro de anchura y dos de altura. En esta zona es donde aparecieron todos los restos arqueológicos encontrados hasta la fecha en el yacimiento, que abarcan desde el Paleolítico Medio época del hombre de Neandertal hasta la Edad Media.

Al fondo de esta cavidad se abre un túnel mucho más pequeño, de unos quince metros de largo, por el que solo se puede andar a gatas. Este túnel da acceso a una sala de dimensiones mucho mayores, donde nunca se realizaron prospecciones arqueológicas. La cueva tiene en total una longitud de 104 metros desde la entrada hasta su parte más profunda, según las cartografías realizadas en los años ochenta y noventa por varios grupos espeleológicos gallegos.

«Es seguro que esa parte de la cueva no sirvió de habitación, porque no presenta las condiciones adecuadas, pero es posible que se utilizase para usos de tipo simbólico, como ocurrió en otras grutas», señala Arturo de Lombera, codirector de las excavaciones.

En busca de pinturas
Los investigadores creen que en esa sala podrían conservarse artefactos vinculados a rituales de tipo mágico-religioso. Cabe también la posibilidad de que en las paredes que aún no se han examinado haya rastros de pinturas rupestres. Mientras reanudan las excavaciones en el sector de la entrada, los arqueólogos realizarán las primeras catas en la sala interior e intentarán averiguar si sus paredes fueron decoradas por los hombres del Paleolítico.

(Fuente: La Voz de Galicia / Francisco Albo)

20 de julio de 2012

Encuentran un calendario lunar magdaleniense en Becerreá (Lugo)

Se trata de un hueso, posiblemente de pájaro, grabado con incisiones con múltiplos de siete, mediante las que los antiguos medirían las fases de la luna.
Calendario lunar del periodo Magdaleniense hallado en Becerreá.
En el interior de las montañas de Becerreá se encuentran las cuevas de Valdevara en las que están sacando a la luz objetos de gran valor histórico. Estos restos primitivos son descubiertos gracias al minucioso trabajo del equipo de arqueólogos de Manuel Vaquero, que en cada campaña, desde 2007, revisa palmo a palmo la tierra de las montañas lucenses y halla objetos tan valiosos como un calendario lunar descubierto hace unos días. Las grutas esconden estratos que a cuentagotas van dando sus frutos.

En la expedición de este año, que comenzó a principios de mes, los ocho arqueólogos de las universidades de Santiago y Rovira y Virgili de Tarragona se han centrado en examinar la cámara de entrada y el interior de las cuevas. En esta zona han descubierto cientos de restos de gran valor, entre ellos, Manuel Vaquero destaca un calendario lunar del periodo Magdaleniense (18.000-8.000 a.C.), «uno de los pocos ejemplares de este tipo que se conserva en la actualidad», asegura. Se trata de un hueso, posiblemente de pájaro, grabado con incisiones con múltiplos de siete, mediante las que los antiguos medirían las fases de la luna.

25 de marzo de 2012

Galicia protege el castro costero de Foz (Lugo)

Vista aérea del castro de Foz (Lugo).
Es un castro más de los muchos que salpican la costa de Lugo, pero por sus dimensiones tal vez no sea un castro cualquiera. Patrimonio acaba de inventariar y, por lo tanto, proteger, los restos de un antiguo asentamiento costero que se extiende a lo largo de cuatro pequeñas penínsulas ubicadas en la zona de O Carreiro- Marzán, a solo 300 metros del casco urbano de Foz y frente al litoral que une las playas de A Rapadoira y Llas. El Cantábrico cavó durante siglos los cantiles y dejó al descubierto los muros de lo que posiblemente sean las paredes de viviendas y molinos, además de fragmentos de cerámica constructiva con armazón vegetal y un sistema de tres fosos y parapetos (murallas defensivas) que aíslan el poblado.

Manuel Miranda, portavoz Mariña Patrimonio, el colectivo que lo descubrió y solicitó a los técnicos de Patrimonio que estudiasen el yacimiento, cree que “hay indicios suficientes para considerarlo un castro costero”. Hasta ahora, nadie había alertado de la presencia de este asentamiento, sometido a un maltrato urbanístico de décadas. La línea de costa entre A Rapadoira y Llas puede caminarse gracias a un paseo marítimo construido en 1994 encima del propio yacimiento e incluso se han levantado cuatro viviendas unifamiliares sobre sus restos. Pese a la magnitud de las agresiones, Miranda asegura que buena parte de las seis hectáreas que ocupa este antiguo enclave a los pies del Cantábrico se conservan “presumiblemente intactas”. En A Mariña solo lo supera, con 6,5 hectáreas, el vecino castro da Atalaia (Cervo), desmantelado por una constructora en 2008 ante los ojos de Patrimonio, que paralizó la obra ya consumado el estropicio.

La comunicación de la Dirección Xeral do Patrimonio, remitida a Mariña Patrimonio el pasado 24 de febrero, no especifica a qué tipo concreto de construcción responde el yacimiento, ni tampoco su datación, pero los restos encontrados son muy parecidos a los del resto de castros marítimos de la costa lucense, no solo por la similitud de sus construcciones defensivas sino también por la presencia de indicios de una importante actividad de fundiciones, que ha dejado partes de tierra roja causadas por una combustión constante. Pero a diferencia de yacimientos como el castro de Fazouro (también en Foz) o el de As Grobas (en Ribadeo), que apenas superan las 1 y 2 hectáreas, el recién descubierto destaca, según Miranda, “por su tamaño y complejidad”. En la comarca, solo los castros de Cangas de Foz y de San Tirso de Xove se extienden por más de una península. El primero está inventariado como de una, pero era más grande, y el segundo tiene dos.
(Fuente: El País / Diana Mandía)

25 de enero de 2012

Cova de Valiña, un hito en el estudio del Paleolítico gallego

Hace cincuenta años, en 1962, una voladura con dinamita en una cantera de piedra caliza del municipio de Castroverde puso al descubierto el primer yacimiento paleolítico gallego ubicado en una cueva que fue objeto de una investigación sistemática. El hallazgo, por tanto, es el precedente más destacado de las excavaciones que se realizan actualmente en diversas cavidades de las sierras orientales lucenses, que han supuesto un avance importante en el conocimiento de la prehistoria remota del noroeste.
Excavaciones arqueológicas realizadas en los años ochenta.
Las excavaciones en este yacimiento no se llevarían a cabo hasta mucho más tarde, en la segunda mitad de los años ochenta. Pero los primeros materiales arqueológicos que proporcionó fueron recogidos poco después del descubrimiento de la cueva por el entonces director del Museo Provincial de Lugo, Manuel Vázquez Seijas, quien fue avisado por los propietarios de la cantera, que era explotada con procedimientos casi artesanales. Las piezas consistían en varias azagayas talladas en astas de cérvidos y un buen número de fragmentos de fósiles de diversas especies animales: oso de las cavernas, oso pardo, hiena, reno, zorro, ciervo, corzo, jabalí, caballo... Estos materiales fueron depositados en el museo lucense y los más importantes de entre ellos están expuestos al público desde hace bastantes años.
Estudio interdisciplinar
A partir de 1987 se llevaron a cabo tres campañas de excavación que supusieron el primer estudio interdisciplinar realizado en Galicia de un yacimiento prehistórico situado en una cueva. En estas intervenciones se utilizaron a la vez métodos de investigación arqueológica, paleontológica y edafológica.
Aunque el yacimiento había quedado muy dañado por la propia explosión que lo puso al descubierto, los trabajos dieron como resultado la recuperación de cerca de un centenar de artefactos líticos -depositados y expuestos en el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba- y de numerosos fósiles animales. Los datos obtenidos en estas investigaciones fueron difundidos en publicaciones científicas y ayudaron en gran medida a incrementar el interés por el potencial arqueológico y paleontológico de las cuevas lucenses, cuya exploración se intensificó en las dos siguientes décadas.
(Fuente: La Voz de Galicia / Francisco Albo)

17 de noviembre de 2011

Aparecen restos del lienzo original de la Muralla de Lugo

Muralla de Lugo.
Las obras de remodelación de la Praza do Cantiño, en la ciudd de Lugo, han dejado al descubierto restos del lienzo original de la Muralla romana, de forma que el Ayuntamiento tendrá que realizar un proyecto complementario para "integrar" el hallazgo arqueológico en este espacio. Además, se ha descubierto que este lienzo está remetido medio metro para atrás.  La jefa del servicio, Covadonga Carreño, señaló que "en algún momento se han comido el paramento originario de la muralla y han hecho otro más al interior", y después, en el siglo XVIII, se le pegó una escalera que si que respetó la pared original. Carreño destacó la importancia de este hallazgo para el estudio de la Muralla, dado que se trata de "un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y declarado Patrimonio de la Humanidad -por la Unesco-". 
También explicó que el descubrimiento se produjo al rebajar la tierra en los controles arqueológicos realizados y confirmó que ya le fue comunicado a la Dirección Xeral de Patrimonio, dado que la Xunta de Galicia tiene la titularidad del monumento romano. De hecho, señaló que los técnicos del servicio municipal de Arqueología y de Patrimonio han acordado realizar un proyecto complementario para integrar los restos arqueológicos descubiertos dentro de la remodelación de la Praza do Cantiño.
(Fuente: La Opinión Coruña)

2 de noviembre de 2011

Dos milenios de historia bajo el Vicerrectorado de Lugo

Entre las ruinas aparece un templo de culto a Mitra y una domus del siglo I
"Más de 2.000 años de historia comprimidos en un solar". Es la frase con la que el arqueólogo Celso Rodríguez define el hallazgo arqueológico descubierto hace 11 años a raíz de la construcción y rehabilitación de la sede administrativa del Vicerrectorado de la Universidad de Santiago en Lugo y su edificio anexo. Las obras y las investigaciones arqueológicas han permitido encontrar una 'domus' romana en la que se construyó el templo de Mitra más occidental del Imperio Romano.
Interior del templo de Mitra "oculto" bajo un edificio universitario.
Foto: Pedro Agrelo
Mitra fue un dios originario de Persia muy difundido por los romanos. Las ceremonias de culto se hacían en lugares subterráneos, de ahí que el 'mitreo' de Lugo esté embutido en el interior de una gran 'domus'. El templo estaría formado por un vestíbulo, una nave central con bancos corridos para la celebración del ritual y una sala anexa para guardar materiales y ropa. La cabecera, pendiente de excavar, contendría un podio donde estaría la escena central, el icono esencial del mitraísmo occidental.
Según la investigación realizada por los arqueólogos, la 'domus' romana dataría del primer cuarto del siglo I y se correspondería con los restos de mayor antigüedad encontrados en la parcela. La musealización aprobada por la Xunta de Galicia, cuyas obras todavía no se han iniciado, prevé recuperar los restos del inmueble que todavía se conservan, así como el recorrido por las diferentes estancias en las que se dividía la casa.
Los investigadores creen que la construcción sufrió diferentes modificaciones, algunas de las cuales no podrán conocerse, ya que parte del hallazgo permanece enterrado bajo el edificio de la Universidad. La domus pertenecería a una clase social alta como la de un centurión, de ahí su amplitud, próxima a los 600 metros cuadrados, especialmente visible a través de la dimensión de muchas de sus estancias y a varias de las ampliaciones que sufrió desde su construcción.

El altar, fundamental en la investigación

El yacimiento en pleno subsuelo.
El director del proyecto de recuperación, el arqueólogo Celso Rodríguez, destaca la cuidada geometría en sus proporciones y una depurada técnica constructiva en sus dos plantas. Los cambios en la organización espacial llegaron, previsiblemente, con la creación del templo, uno de los pocos monumentos mitraicos de España que puede ser fechado con fiabilidad como perteneciente al siglo III d.C. y que se mantiene hasta el siglo IV.
La pieza clave de todas las halladas en el templo es el ara o altar de granito, recuperada de la nave, cuyo descubrimiento permitió hacer una nueva interpretación de la introducción del mitraísmo en España. El ara puede verse en la exposición organizada por la Universidad de Santiago en el Vicerrectorado, junto con numerosas piezas exhumadas en la excavación correspondientes a diferentes épocas, como vidrio, metales o monedas.
La estatua de Mitra, labrada en bronce, no ha podido ser conservada íntegramente porque fue reciclada para otros usos. Se conserva, sin embargo, parte de su fisonomía, entre la que pueden verse pequeños trozos de la cara. Más tarde la casa fue expropiada para la construcción de la muralla de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace 11 años. En el año 350, la llegada del cristianismo arrasó el templo de Mitra, momento en el que fue posible recuperar el altar.
Los trabajos militares de construcción de la fortificación y de una calzada romana dieron al traste con parte de la estructura de la 'domus', aunque se han podido recuperar muchas de las paredes sobre las que todavía se conservan, en perfecto estado, pinturas geométricas de la época, en la actualidad tapadas con textiles para evitar su deterioro.

Restos mortales de la Edad Media

Se conservan las bases de las diferentes estancias del templo.
En la Edad Media, conforme avanzaba la ciudad, sobre la 'domus' original se construyó una calzada de cantos rodados. Al iniciarse la edificación de la catedral románica el solar pasa a ser un vertedero y, más tarde, un cementerio. Los trabajos sobre el terreno han recuperado esqueletos de adultos y niños, sobre todo mujeres, todos ellos enterrados en sepulturas sin fondo en las que se ponía el cadáver directamente sobre el terreno.
El estudio de los esqueletos por parte de la Facultad de Medicina de Santiago y de la Universidad de Londres permitió fijar la fecha de su muerte entre los siglos XIII y XIV. "De su estudio sabemos que la esperanza de vida estaba entre los 40 y los 45 años, que la mortandad infantil era elevada o que la peste afectó a muchas mujeres embarazadas", explica Celso Rodríguez.
Con la llegada de la Edad Moderna se abandona el solar como punto de enterramiento, se construye el Pazo de Montenegro, vinculado al Cabildo catedralicio, y la plaza frente a la catedral, que llega hasta la actualidad.
El arqueólogo, Celso Rodríguez, director del proyecto explicando
la historia del yacimiento.
Sobre el templo de Mitra se levanta un patio con un pozo de paredes cuadradas en el que más tarde se encontraría orfebrería medieval. Hasta el año 1930 el solar es ocupado por un aserradero. A partir de ahí se le conocen varios usos como una alpargatería y una chocolatería, hasta queen el año 1960 la Universidad compra la parcela. Aún habría que esperar 40 años más para conocer todos los secretos que atesora.
El Vicerrectorado abrió el templo y la exposición al público durante las pasadas fiestas de San Froilán, que se celebran en la capital lucense entre el 4 y el 12 de octubre. Desde entonces ya ha sido visitado por más de 3.000 personas. Una vez finalice la musealización, cuyas obras se pueden prolongar durante varios años según el arqueólogo, la parcela recuperará el esplendor del paso de 2.000 años a través de todas las ruinas que han aparecido bajo tierra.
(Fuente. El Mundo / Silvia Pena)

7 de septiembre de 2011

La Xunta de Galicia licita nuevas excavaciones en el castro de Viladonga (Lugo)

El contrato que saca a licitación la Xunta de Galicia contempla los trabajos de consolidación arqueológica y acondicionamiento del castro durante los próximos tres años, concretamente hasta el 1 de diciembre de 2013, y será cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, en el marco del programa Feder Galicia.
Vista aérea del Castro de Viladonga, próximo a Lugo.
El director del museo, Felipe Arias, ha explicado que los trabajos de limpieza que contempla el contrato plurianual abarcan toda la superficie del yacimiento, pero los de consolidación arqueológica se centrarán en "determinados barrios" del castro, especialmente en las zonas norte, centro y en la entrada.


De hecho, el contrato también incluye, ha precisado, "una parte de investigación", con nuevas excavaciones arqueológicas en la zona sur del castro, también cerca de la entrada al yacimiento.


Arias ha indicado que serán empresas especializadas en restauración y arqueología las que realizarán el trabajo de campo en el yacimiento, pero siempre "bajo la supervisión y el control del propio museo", mientras que la Xunta de Galicia ejercerá la dirección técnico-administrativa.


En principio, el presupuesto asignado en el contrato que sale a licitación establece un gasto de 55.460 euros en 2011, 85.550 en 2012 y la misma cantidad en 2013.


Con respecto al funcionamiento del museo, Felipe Arias ha confirmado que "a pesar de la crisis" se mantiene la cifra de visitantes de los últimos años, en parte gracias a la exposición temporal "Castros lucenses: investigación y puesta en valor", que fue abierta al público el pasado 18 de mayo, coincidiendo con el 'Día Mundial de los Museos'.


La muestra se podrá ver hasta el próximo 30 de septiembre y exhibe los trabajos arqueológicos realizados en doce castros de la provincia de Lugo.
(Fuente: ABC)

24 de agosto de 2011

Los arqueólogos duplican la zona a excavar en Cova Eirós (Lugo)

El grupo de arqueólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) iniciaron una nueva campaña de excavaciones en Cova Eirós, en el núcleo de Cancelo (Triacastela), que se prolongará hasta el próximo mes de septiembre. Los estudiosos duplicaron en la primera semana de trabajos la zona a excavar, llegando hasta los 21 metros cuadrados.
Algunos de los investigadores en Cova Eirós. (Foto:Porto)


Ésta es la cuarta campaña llevada a cabo en el yacimiento por este grupo de arqueólogos. Los trabajos arrancaron hace una semana, periodo en el que los diez estudiosos que trabajan en la cueva hallaron un centenar de pequeños restos de fauna y herramientas de cuarzo, similares a los encontrados en anteriores campañas, explicó el arqueólogo Xosé Pedro Rodríguez. Algunos de los huesos hallados se encontraban quemados.


Estas piezas fueron localizadas en los niveles superiores, del Paleolítico Superior, es decir, los que tienen una antigüedad de entre 17.000 y 30.000 años.


Los investigadores esperan también encontrar materiales en los niveles inferiores, del Paleolítico Medio y que están datados entre los 84.000 y 118.000 años.


Vacío


Según explicó Rodríguez, también buscan una explicación a que exista un vacío de 50.000 años, pues no se encuentran restos que tengan entre 30.000 y 84.000 años. «En todo el Cantábrico se da este fenómeno, de este vacío de restos. Esto se debe a que sería erosionado, a lo mejor por causas climatológicas, y los restos más recientes se posaron sobre los más antiguas, del Paleolítico Medio. Aquí tenemos que contar con el apoyo de geólogos para poder interpretar este vacío», señaló el arqueólogo.


Al ampliar la zona a excavar el equipo halló restos de animales y cerámica de época moderna, por lo que tuvo que sacarlos para llegar al nivel del Paleolítico. Estas piezas modernas estaban mezcladas con elementos de los niveles superiores, aunque parece que los más antiguos no se vieron afectados.


«Al aumentar el espacio excavado, de 11 a 21 metros cuadrados debemos igualar toda la superficie, regularizar la situación de excavación. Esperamos encontrar buen material. Es un yacimiento suficientemente interesante para excavar más superficie», indicó Rodríguez.


Otro grupo de investigadores se encuentra en el colegio de Triacastela, donde lava las piezas para investigarlas y estudia la tierra retirada de la cueva porque pueden existir restos de microfauna, apuntó Rodríguez, quien agradeció el interés y la colaboración económica del Ayuntamiento.
(Fuente: El Progreso)

22 de mayo de 2011

Lugo recupera la piscina romana 50 años después de su hallazgo

La piscina romana de la Plaza de Santa María se descubrió en 1960 al realizar los trabajos de pavimentación del entorno de la catedral. Ante la falta de recursos para extraerla, decidieron dejarla bajo el pavimento de la plaza. En 2004 los técnicos relocalizaron la piscina y documentaron su situación exacta. En mayo de 2011 las obras de recuperación evolucionan a buen  ritmo.

Por su cronología, temática y situación, diferentes autores la consideran como un posible baptisterio paleocristiano, aunque parece más probable que se trate de una pequeña piscina de agua fría, perteneciente a un frigidarium de un complejo termal o de un balneum doméstico. Ante la falta de recursos para extraerla, decidieron dejarla bajo el pavimento de la plaza.
La piscina romana de Lugo en su hallazgo en 1960, antes de que se sellara
con una capa de arena. 
En el año 2004 los técnicos del Servicio Municipal de Arqueología localizaron la piscina y documentaron su situación exacta. También se comprobó que la piscina no es una estructura aislada, sino que formaría parte de un complejo arquitectónico mayor.


El estado de conservación de la piscina sólo lo conocemos a través de las fotografías y dibujos de 1960. 
En aquel momento se selló con una capa de arena y se trasladaron al Museo Provincial los fragmentos de mosaico desprendidos.
Al localizarla en 2004 se desestimó su excavación para evitar que se produjesen nuevas alteraciones.
Planos de 1960 de la piscina lucense.
Por lo que podemos apreciar en la documentación de 1960, parece que perdió una parte del muro perimetral y también una parte importante del mosaico que revestía este muro y el fondo.
En las zonas conservadas de mosaico se observan importantes lagunas, fisuras y desprendimientos.
No obstante, el carácter repetitivo de los motivos decorativos permitirá su reconstrucción.
El ámbito de actuación será limitado para no interrumpir el tránsito y los usos públicos de la plaza. El acabado se ejecutará con un vidrio transparente a nivel de rasante protegido con bolardos.
Localización actual de la piscina.
El objetivo fundamental es garantizar la conservación de los restos arqueológicos en las mejores condiciones posibles y hacerlo accesible al público.
Para ello es imprescindible dotar el espacio de una cubrición transparente y un sistema de ventilación permanente.
En la restauración de la piscina se utilizarán materiales y técnicas tradicionales y compatibles con los materiales originales, basadas sobre todo en el uso de la cal.
Estado actual de la piscina y los trabajos que se realizan en ella.
En la reconstrucción de las partes perdidas se integrarán los fragmentos de mosaico conservados en el Museo Provincial; para diferenciar las partes originales de las añadidas, las lagunas se reintegrarán con mortero de cal y se reproducirá el dibujo con color.
Para la restauración de la piscina se va a seguir un tratamiento de conservación compatible con los materiales que componen su estructura. 
Para ello, antes de comenzar la intervención se analizarán las teselas de ambos colores y el mortero de asiento y se estudiará su sistema poroso, así como un análisis por termoluminiscencia del opus signinum para aproximarnos a la fecha de construcción de la piscina.
(Fuente: lugo.es y por gentileza de El Rincón del Losal)

15 de mayo de 2011

Eremitorio perdido en la Ribeira Sacra de Lugo

Excavado en la roca, tiene grabada una cruz latina sobre una especie de altar. Puede ser uno de los primeros templos de culto cristiano en suelo gallego


Muy bien podría ser uno de los primeros lugares destinados al culto cristiano en Galicia. Un eremitorio milenario, perdido y olvidado en pleno corazón de la Ribeira Sacra. Se encuentra en la parte alta de la ribera del río Cabe en Cotillón, pequeña aldea lucense de la parroquia pantonesa de San Román de Acerdre.
El altar del eremitorio de San Román de Acerde (Lugo).
Se trata de una pequeña cueva de planta cruciforme, en cuyo interior, en una reducida capilla pétrea, que semeja excavada en la roca por el hombre, puede verse grabada una cruz cristiana sobre una especie de altar o arca de la alianza, enmarcados por un arco semicircular. Todo ello resaltado en color blanco.
Formas y símbolos parecen vincular esta singular gruta a los primeros cultos cristianos en esta apartada zona, que florecieron aquí en la Alta Edad Media, de la mano de eremitas y monjes que comenzaron a poblarla en busca de sus tranquilas soledades, propicias para orar y celebrar los ritos del nuevo culto.
El monaquismo es uno de los fenómenos más claros del cristianismo de los primeros siglos. Galicia no fue ajena a este movimiento y entre los siglos IV y IX d. C. comienzan a extenderse por el suelo gallego eremitorios, cenobios y movimientos monacales estructurados y jerarquizados.
En el caso de la Ribeira Sacra, su topónimo podría proceder de época medieval y, en un principio, se atribuye su origen a la denominación Rivoira Sacrata, que podría responder a la gran cantidad de monasterios y templos ubicados en los impresionantes cañones y escarpadas laderas que jalonan los cursos de los ríos Miño, Sil y Cabe a su paso por estas agrestes tierras. De hecho, en la actualidad se pueden visitar una veintena de monasterios en estos parajes, entre los que cabe destacar el de San Estevo de Ribas de Sil, en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín (Orense) y el de San Vicente del Pino, en Monforte de Lemos (Lugo).
El eremitorio de Cotillón se encuentra en una casa particular, ahora cerrada, que lo utilizaba como bodega. La vivienda corona la ribera del Cabe en Acedre, poco antes de su desembocadura en el Sil. Es un lugar resguardado y aunque hoy el acceso es fácil, en sus orígenes, llegar a ese núcleo tenía que ser una tarea complicada. Una circunstancia que lo alejaba de posible visitantes no deseados. Se trata de un punto estratégico ideal para un eremitorio o una pequeña comunidad de cenobitas. Con estas señas de identidad este primitivo templo muy bien pudo haber sido uno de esos lugares de culto cristiano en la geografía gallega.
 PATRIMONIO OLVIDADO. Hoy este singular templo primitivo se encuentra olvidado y cerrado a los ojos de posibles visitantes. Es un recurso desaprovechado que podría incorporarse a la nómina patrimonial de la Ribeira Sacra como un referente destacado en ese fenómeno monacal que vivió la Ribeira Sacra entre los siglos IV y IX d.C. y que es uno de sus signos de identidad, junto con el vino, cuyo cultivo, precisamente, impulsaron las órdenes religiosas hace ahora un milenio.
Aunque esa cueva se encuentra en una propiedad privada, desde determinados sectores vinculados con el turismo en la zona apuntan a que alguna Administración debería intentar negociar la adquisición de la propiedad, cerrada desde hace algunos años, y poner en valor ese vestigio patrimonial de alto interés para la particular historia de la Ribeira Sacra. No cabe duda que esta gruta sería un atractivo interesante para la zona de cara a ese turismo rural emergente en la Ribeira Sacra, que en su gran mayoría tiene un especial interés por el patrimonio artístico, etnográfico y natural de estos parajes, que todavía son, como en tiempos de los eremitas, un remanso verde de paz y sosiego.
(Fuente: El Correo Gallego)

3 de marzo de 2011

Obras en una plaza de Lugo ponen al descubierto restos del acueducto romano

La construcción de una gran plaza frente al edificio de la Diputación de Lugo ha dejado al descubierto parte de los restos del antiguo acueducto romanos así como parte de la cimentación del hospital de Isabel II, informó hoy la responsable municipal de arqueología, Covadonga Carreño.
Restos del acueducto en un parque público de Lugo.
La representante del Ayuntamiento ha destacado en la zona la relevancia de esos hallazgos y ha mostrado el compromiso de conservarlos y de acondicionar el espacio.
El director de la excavación, Celso Rodríguez, ha precisado que la cimentación descubierta pone de manifiesto que el proyecto arquitectónico del hospital "era bastante más amplio" que el edificio actual, que ahora alberga la sede de la Diputación de Lugo.
La cimentación rompió el trazado del acueducto, del que se han podido recuperar algunos tramos y que permitirá determinar si fue utilizado a mediados del siglo XVIII para suministrar agua a la ciudad de Lugo.
"En este tramo que quedó al descubierto se podrán concretar todos esos momentos cronológicos exactos y saber si era muro corrido o pilastras y la relación con la pizarra", ha dicho el arqueólogo.
Ha añadido que en las excavaciones también han sido hallados varios restos de cerámica romana tales como sigillata y cerámica común.
Vista aérea de Lugo y su muralla romana.
Las excavaciones en esa zona han contribuido además a determinar con mayor precisión el trazado del acueducto que, en algunos puntos permanecía escondido.
Cerca del lugar donde se produjo el hallazgo se ha localizado además otro tramo del acueducto y ahora ha quedado al descubierto una parte "bastante larga", según Carreño.
"La importancia es grande y nos permite conservarlo y, quizá, en un tramo, integrarlo dentro de este espacio que se está acondicionando", ha agregado.
El alcalde de Lugo, José López Orozco, ha visitado la zona para interesarse por los hallazgos y ha considerado que hoy es "un día de alegría para los lucenses" porque permite "conocer más la historia de la ciudad".
López Orozco ha dicho que espera informes técnicos para determinar el valor de los descubrimientos pero que la intención del Ayuntamiento es que en la plaza de San Marcos "puedan quedar los restos visible a través de una ventana arqueológica, en las debidas condiciones".
Eso permitirá "la oportunidad de ver la historia del acueducto romano y, posiblemente, la historia del acueducto de Obispo Izquierdo", ha dicho el alcalde.
(Fuente: ABC)